miércoles, 13 de marzo de 2013

ESTO ES COREA.


Mi madre sólo menciona a Corea con esta frase: “Esto es Corea”, para referirse a una situación de cierto grado conflictivo en cualquier ámbito, sea familiar, social, laboral, etc. Y debe ser una costumbre arraigada porque la escucho muy a menudo independientemente del territorio que visite.

La guerra de Corea finalizó en 1953 con un alto el fuego que nunca alcanzó las virtudes de un tratado de paz. Desde entonces, las escaladas bélicas entre las dos Coreas, las amenazas veladas o directas, las maniobras militares para mostrar la fuerza, han sido una constante en la relación de estos dos países irreconciliables.

Estados Unidos apoya de forma permanente a Corea del Sur, país próspero, creciendo anualmente en torno al 6% y con una proyección imparable en tecnologías de la comunicación, industria del automóvil, informática y otros rubros de fuerte salida mundial. Del otro lado, Corea del Norte, siempre se ha mantenido en la más absoluta de las pobrezas, con un régimen comunista de los más cerrados del mundo, con cerrojo a  la comunicación con el exterior y con un desarrollo exclusivo en su carrera armamentística.

En ambas Coreas se utilizan los llamamientos a una posible invasión del enemigo para que toda la población cierre filas en torno a sus dirigentes, hagan patria y aguanten condiciones de vida de explotación y de miseria.

En estos momentos, EEUU realiza unas maniobras conjuntas con Corea del Sur, que han sido calificadas por el régimen de Pyongyang de ensayo de una invasión inminente a Corea del Norte y, se despachan los norcoreanos, con una amenaza directa sobre la utilización de armamento nuclear anunciando que incluso pueden alcanzar territorio americano.

Actualmente, Estados Unidos mantiene en Corea del Sur unos 30.000 efectivos y las maniobras que realizan ahora tienen el nombre de Key Resolve (determinación clave), lo que da idea de lo nerviosos que se han puesto los enemigos del norte, que han optado a su vez por realizar otras maniobras a gran escala en el frente oriental del país.

Desde hace 60 años los coreanos (del norte y del sur) nos tienen acostumbrados a sus bravuconadas, amenazas y siempre parece que la guerra va a rebrotar y nunca sucede nada. Pero no podemos confiarnos, pues como en el cuento de Pedro y el Lobo, siempre cabe la posibilidad de que se encienda la mecha real de los misiles y nos pille a todos mirando para otro lado.

domingo, 10 de marzo de 2013

VENEZUELA


El domingo 14 de abril se celebrarán elecciones presidenciales en Venezuela, tras la muerte de Hugo Chávez Frías. El país vuelve a verse inmerso en la batalla electoral donde, sin duda, el presidente fallecido estará más que presente.

El heredero, candidato oficialista y Presidente interino, Nicolás Maduro, va a aprovechar el tirón mediático y sentimental durante este mes de campaña para consagrarse como la figura del continuismo de Chávez. De otro lado, Henrique Capriles, ha asumido volver a presentarse contra el chavismo representando a la Mesa por la Unidad Democrática. Sin embargo, la contienda tiene elementos épicos que merece la pena reflejar.

Capriles perdió en Octubre contra Chávez y, a partir de ese momento, la oposición comenzó a desmoronarse en cuanto a liderazgo. Volvió en Diciembre a obtener la gobernación del Estado de Miranda, uno de los más importantes del país, pero la Mesa ya estaba dibujando otros escenarios para futuras elecciones sin contar con él.

No obstante, la premura de tiempo transcurrido y la inmediatez de la convocatoria actual, han puesto sobre el tapete su nombre como candidato repetidor, a sabiendas de la enorme dificultad que tendrá para obtener buenos resultados. La idea principal de la oposición es quemar a Capriles en esta contienda para no sacrificar a otros candidatos en el futuro.

Nicolás Maduro, por su parte, cuenta con un voto seguro de partida que es el de Octubre pasado, que sin duda se verá incrementado por algunas capas de la población a las que la figura personal de Chávez les resultaba demasiado exagerada. Sin duda, aprovechará todo el aparataje del estado, como Presidente interino, para realizar su campaña electoral y su mensaje se va a centrar en la fidelidad a la figura y programa del presidente fallecido, comprometiéndose a profundizar en el ideal bolivariano chavista.

Maduro tiene la campaña hecha, solo le falta pasear su rostro por todo el país durante 30 días. Capriles ya hizo su campaña en Octubre y ahora sólo puede añadir algunas controversias interpretables de la Constitución porque el programa del oficialismo será el mismo.

Venezuela avanza a un cambio de persona donde todas las encuestas dan como seguro vencedor a Nicolás Maduro. Nadie puede esperar de estas elecciones una propuesta de cambio social o de transición, ya que la imagen de Chávez revoloteará sobre los cielos venezolanos el 14 de Abril a la hora de ingresar el voto en el colegio electoral.

De lo que haga Maduro en el futuro inmediato dependerá que Venezuela recupere en el panorama mundial una imagen diferente, mucho más abierta, menos personalista, dialogante, respetuosa y ganarse el respeto que supone pasar de  asumir una presidencia por designación a una elección directa del pueblo venezolano.