miércoles, 29 de junio de 2011

ELECCIONES EN OTOÑO

Lamentablemente Zapatero se despide pero no se va. Es como aquel invitado pesado que viene a la casa a visitarnos y se pega dos horas diciendo que se va pero nunca lo hace, convirtiéndose en un pesado irresistible. Ayer mismo, en el debate del Estado de la Nación, podía haber aprovechado su despedida y dirigirse a almorzar a la Zarzuela para comunicarle al Rey la disolución de las cámaras y la convocatoria de elecciones anticipadas. Pero no lo hizo. Amenaza con quedarse todo lo que pueda o permitan los grupos que le han estado apoyando en esta gris legislatura. CIU ya le ha enseñado el camino de la puerta y hasta Coalición Canaria se suma al carro de las elecciones en otoño. Todo parece apuntar a que Zapatero esperará los resultados de empleo del mes de agosto, que se publican en septiembre, para anunciar el adelanto electoral, con la intención de vender el humo del inicio de la recuperación bajo el paraguas de los datos del empleo estacional. Así que todo apunta a que en Octubre, máximo primeras semanas de Noviembre, estaremos convocados a las urnas para elegir a los nuevos diputados y, por tanto, al nuevo gobierno. Ganas de estirar la agonía. España necesita de un nuevo brío político, de un perfil distinto de los representantes en el congreso que se tomen esto del país con la necesaria rigurosidad que amerita el caso. Se hacen imprescindibles toda una serie de reformas de nuestro propio modelo de organización del Estado, de la administración pública, la puesta en marcha de medidas serias de recuperación económica, generar la confianza precisa para las inversiones, reconducir el debate y las medidas hacia lo importante para terminar de una vez con el chalaneo político. Mientras el PP continúe escondiendo sus propuestas para España, incluso han dado orden de no realizar demasiados cambios bruscos en las recién ganadas comunidades autónomas para no levantar la liebre, la alternancia que Rajoy representa no acaba de convencer a la ciudadanía. O cambian mucho las cosas en su planteamiento o repetiremos cuatro años más la desazón del no saber hacer, ya que la diferencia en planteamientos de dedicación presupuestaria entre PSOE y PP sólo es de 18.000 millones de euros. No se pueden mantener las diputaciones provinciales, hay que unificar o fusionar ayuntamientos pequeños, fijar el techo competencial y presupuestario de las autonomías, recuperar las competencias de salud, educación y justicia para el gobierno central, adelgazar la administración pública, poner en marcha políticas generadoras de empleo y redistributivas en la economía. Y eso el PP no lo va a realizar, porque ahora son ellos los que gobiernan casi en todas las administraciones del estado y voluntariamente no realizarán los cambios tan necesarios. Serán los ciudadanos los que decidan sobre la composición del nuevo arco parlamentario y sobre el nuevo gobierno, ciudadanos que lejos de estar desencantados de la política lo están de los políticos y de las formas de llevar a cabo su tarea. Por eso se abre la ilusión de recuperar los espacios perdidos de dignidad democrática que pongan en jaque a los poderes establecidos en el bipartidismo y regeneren la democracia en nuestro país. Cambiar la Ley electoral injusta y promover una nueva forma de hacer política serán elementos básicos para que la población sienta la seguridad necesaria y la confianza precisa en sus representantes en las instituciones.

martes, 28 de junio de 2011

AFGANISTÁN, REGRESO A CASA

Cuando George W. Busch decidió la intervención en Afganistán tenía un objetivo claro de venganza sobre los atentados del 11S, buscando la caza y captura de Bin Laden, siendo arropada la medida por la mayoría de la población estadounidense. Obama no quiso enmendarle la plana al republicano porque sabía de los esfuerzos y pérdidas en vidas humanas que la intervención había ocasionado entre los soldados del imperio, pero se propuso, indefectiblemente, terminar con el osado terrorista. La intervención en Afganistán nunca tendrá éxito, si se considera el mismo como el funcionamiento democrático a la occidental, ya que las reglas del juego político interno son bastante complicadas. Por un lado, los talibanes que tienen en realidad un poder reducido en determinadas zonas del país, diezmado por la intervención militar, pero un gran peso político y una fuerte capacidad de reproducción. Un pueblo que en los últimos treinta años prácticamente ha vivido ocupado por ejércitos extranjeros y que tiene precisamente en las ocupaciones su mejor caldo de cultivo para el crecimiento. Pero en Afganistán existen otras fuerzas tanto o más peligrosas que los propios talibanes y que incluso utilizan a estos según sus propios intereses. Son los llamados “Señores de la Guerra”, ricos hacendados que manejan fundamentalmente el comercio de la amapola del opio, que cuentan con pequeños, medianos y grandes ejércitos en defensa de sus negocios turbios, quitan y ponen gobernantes, siendo los verdaderos dueños del país. Karzai sabe que tiene que contar con los talibanes moderados y con los señores de la guerra para poder medio gobernar el país, y que en ese objetivo le sobra ya la intervención militar extranjera en Afganistán, de la cual reniega en estos momentos sin ni siquiera dar las gracias. La incorporación a su gobierno de miembros de estos dos sectores dan fe de sus verdaderas intenciones: llegar a pactos internos de estado que garanticen su continuidad en el poder siempre y cuando salgan los últimos invasores. Así la cosas y después de la operación que culminó con la muerte de Bin Laden, Obama quiere apresurar la salida de Afganistán con la valoración del alto precio en vidas humanas y decenas de miles de heridos, además del coste en dólares, en un periodo electoral el próximo año que le servirá para rentabilizar ambas acciones. En 2013 saldrá el último soldado norteamericano de Afganistán dejando instaladas unas fuerzas armadas afganas y una policía formada y equipada. Con ello, misión cumplida y a casa. España debería acelerar su salida prevista de Afganistán para 2014. No tiene mucho sentido que continuemos allí, en todo caso reforzar el equipamiento y formación de los cuadros militares y policiales afganos y salir cuanto antes del país. Nuestros soldados han cumplido fielmente y con efectividad la misión encomendada, ahora toca regresar a casa. Los plazos marcados por la ministra de defensa deben ser revisados y acelerar los mismos pudiendo cerrar nuestra presencia sin ningún problema un año antes de lo previsto por Carmen Chacón. Que Afganistán sea un país ingobernable, vinculado al narcotráfico internacional y con una fuerte presencia de los talibanes, no lo cambiaremos ni con un siglo de intervención extranjera. El propio ejército soviético se dio cuenta a tiempo y salió con el rabo entre las piernas antes de perder más vidas en su invasión. Si en el futuro el país vuelve a ser un peligro real para occidente, para la convivencia pacífica en el área y estrategia de paz regional y seguridad internacional, será el momento de plantear otro tipo de intervención con otros objetivos. Ahora ya no tiene ningún sentido permanecer por más tiempo en Afganistán. Esperemos que nuestros políticos sean conscientes de ello, tal y como ha planteado Obama, y salgan nuestras tropas más temprano que tarde de la operación finiquitada.

domingo, 26 de junio de 2011

INVOLUCIÓN PERUANA

En la República del Perú se están viviendo momentos dramáticos que no están siendo resueltos con la debida capacidad negociadora por parte del gobierno saliente de Alán García y que ponen al país al borde de una involución sospechosa tras el resultado de las elecciones presidenciales. Ollanta Humala, que no tomará el poder hasta el día 23 de Julio, muestra su preocupación por los nulos recursos para solucionar las numerosas protestas sociales por la vía del diálogo y el entendimiento. Pero los frentes, lejos de ir cerrándose, se ensanchan cada vez más y con mayor virulencia. De momento son 10 muertos los que las diversas protestas han ocasionado, siempre a manos de la policía, y decenas de heridos de bala, lo que han encendido y avivado las protestas en la calle. Alán García no sabe o no quiere parar esto, e incluso ha llegado a declarar que cada vez se hace más difícil mantener el orden público en el Perú y dejó abierta la posibilidad de sacar el ejército a la calle. Curiosamente, está medida está siendo alentada por los sectores más conservadores de la república, entre otros los seguidores de Keiko Fujimori, quien perdiera la segunda vuelta en beneficio de Humala y varios medios de comunicación contrarios al presidente electo. Varios analistas del país andino apuntan la posibilidad de que se esté cociendo un golpe de estado que impida la llegada a palacio del nuevo presidente del Perú. Este tipo de movimientos no es nuevo en el área andina, pues cuando se ha visto peligrar de alguna forma la hegemonía de los gobiernos neoliberales se han intentado poner todas las trabas posibles para abortar la toma del poder a las tendencias más sociales, poniendo en marcha toda una maquinaria mediática, de inseguridad en lo económico y en lo social, que haga posible y bien vista la intervención militar. Dar ese paso en el actual Perú significaría volver a las cavernas, pero podemos imaginar de lo que son capaces las fuerzas enfrentadas en el país para impedir a toda costa que Humala tome posesión. Dentro del ejército peruano tenemos de todo, militares de la vieja escuela y también jóvenes oficiales mucho más comprometidos con el proceso democrático. Pero una cruenta resolución de los conflictos existentes en estos momentos puede dar como resultado la intervención del ejército, incluso que algún salva patrias se anime a presentar el golpe como objetivamente necesario. Vamos a observar con la cautela necesaria los siguientes pasos del gobierno saliente de Alán Garcia y la presión de los Fujimori y sus círculos de poder, pero el terreno está siendo abonado para una asonada que nadie desea, excepto los de siempre.

sábado, 25 de junio de 2011

110/120 km/hora

No voy a entrar en las virtudes o defectos de una u otra velocidad, pues es tan variada que no se ponen de acuerdos ni los técnicos en automoción, mantenimiento, conducción, ni por supuesto ninguno de los conductores habituales. Lo importante del tema, son las conclusiones de la medida y las valoraciones aportadas por el omnipresente Portavoz, Vicepresidente primero, Ministro del Interior y Candidato, Sr. Rubalcaba. La medida, según el susodicho, nos ha permitido ahorrar unos 400 millones de euros en consumo de hidrocarburos, lo que nos ha hecho menos vulnerables de la dependencia del crudo, hemos contaminado un 6% menos de gases a la atmósfera, se han disminuido los accidentes mortales con respecto al mismo periodo del año anterior y hemos utilizado algo más los servicios de transporte público. Entonces, si la medida de colocar la velocidad máxima en carretera y autopistas ha sido tan rentable, ¿por qué volver a los 120 km/hora?. La respuesta es muy sencilla. Simplemente porque los datos proporcionados por el gobierno son falsos. Y nos creen tan ilusos de tragarnos todas y cada una de sus argumentaciones para estas mamarrachadas que nos intentan colar como asuntos de estado. Efectivamente, hemos ahorrado según otras fuentes 250 millones de euros en carburante, pero no sólo por bajar a los 110 por hora sino, sobre todo, porque no tenemos dinero para más. Hemos pagado el carburante al precio más caro de la historia. Antes llenábamos el tanque de gasolina cuando íbamos a la gasolinera y ahora sólo ponemos media carga. La reducción de gasto en las familias obliga a recortar en todos los rubros de la canasta, donde incluimos los gastos de gasolina que ocasiona el movernos en coche. Hemos salido menos con el vehículo y controlado mucho más nuestro gasto para la movilidad. Y al salir menos también tenemos menos accidentes. Eso no lo quiere decir el candidato, porque sería incluir un dato más sobre la afectación de la crisis en las familias. Es lógico que contaminemos menos si no usamos tanto el vehículo, no porque vayamos a 110 sino porque simplemente lo usamos menos. Igual o más se contamina si vamos a esa velocidad y no pasamos de cuarta, los mismos gases o más emitimos. Se han dado cuenta de su paparruchada y han decidido recular a pesar de las excelencias de la medida, fundamentalmente porque entramos en periodo de pre campaña y quieren tener cuantos menos obstáculos en el camino, mejor. La prueba del algodón la tendremos en los próximos meses. El gobierno dirá que hemos consumido más carburante al volver a los 120 km/hora para ensalzar su medida anterior, ignorando que en esta época de vacaciones no tendremos más remedio que utilizar los vehículos para desplazarnos, pues los aviones y los aves nos salen por un pico que no podemos asumir. Pero después de las vacaciones volveremos a consumir lo justo en el carburante, a pesar de que podamos circular a 120.

jueves, 23 de junio de 2011

CFK A LA REELECCIÓN

Emulando a Kennedy, los argentinos gustan de llamar a Cristina Fernández de Kirchner, CFK. Otros la llaman “la Cristina” y otros “La Viuda”, por la muerte de su marido Néstor en Octubre del pasado año. Esta mujer de 58 años ha decidido presentarse a la reelección como Presidenta de la República de Argentina. Las elecciones se celebrarán el 23 de Octubre y de momento en las encuestas cuenta con un apoyo en la intención de voto del 53%. Hay que hacer notar que la normativa electoral argentina señala que, para evitar la segunda vuelta en las elecciones presidenciales, el primer candidato más votado debe obtener más del 45% de los votos emitidos, o un porcentaje superior al 40% y además sacar al menos el 10% al segundo candidato. De momento parece que todo apunta a que CFK puede ganar en la primera vuelta pero aún faltan cuatro largos meses que en política es una eternidad. Su principal rival en la contienda será Ricardo Alfonsín, de 61 años, hijo del fallecido ex presidente Raúl Alfonsín, a quien se parece físicamente como dos gotas de agua, aupado a la candidatura por la Unión Cívica Radical. De momento, Alfonsín cuenta con una intención de voto del 15%, pero ha ido subiendo paulatinamente en cada uno de los sondeos que se han publicado en las últimas semanas. El resto de los candidatos cuenta con un apoyo inferior al 7% y sólo serían decisivos en el caso de producirse una segunda vuelta. Asistiremos pues a típico duelo entre radicales y peronistas que han marcado la vida política en Argentina desde la recuperación de la democracia en 1983. La clave de la candidatura de CFK estará en quién le acompañe como Vicepresidente en la propuesta para aumentar o disminuir la intención de voto. Todo parece apuntar que optará por el actual Gobernador de la provincia del Chaco, Jorge Capitanich, de 43 años, un personaje muy apreciado en todo el país. Sea como fuera, Argentina continúa sumida en un bipartidismo difícil de trastocar que promueve su propia Ley Electoral y que deja fuera a los partidos pequeños, por lo que será muy complicado romper este dualismo cansino que desencanta a los ciudadanos cada vez más de la política. Argentina está creciendo de forma muy lenta pero consolidada en el campo económico, aunque aún perduran algunos efectos del corralito de 2001 y de la crisis internacional de 2008. La demanda más generalizada se centra en los niveles de atención en los servicios básicos a la población y en la urgente redistribución de la riqueza, que pone en peligro la otrora amplia clase media argentina. Resultará muy interesante seguir de cerca el avance hacia las elecciones de Octubre y el apoyo en la votación que obtenga Cristina Fernández en la primera vuelta.

miércoles, 22 de junio de 2011

BLANCO O NEGRO

El bipartidismo español nos ha sometido durante 30 largos años a tener que optar entre lo uno o lo otro. El personal se deja arrastrar porque su voto apoye a una u otra alternancia a sabiendas de lo difícil que la injusta Ley Electoral se lo pone a los partidos pequeños. Por eso es absolutamente prioritario modificar dicha Ley consiguiendo que los votos tengan el mismo valor y no dependan de la circunscripción electoral que nos toque y sean absolutamente proporcionarles a los votos obtenidos. Nos han intentado vender la idea de que fuera de PP-PSOE no hay nada y que tenemos que optar por lo rojo o lo azul, la izquierda o la derecha, o blanco o negro, asunto en el que se han puesto de acuerdo ambos partidos para polarizar y hegemonizar la intención de voto del ciudadano. Por suerte los electores hemos ido madurando y al igual que nuestra democracia nos muestra sus imperfecciones, también tomamos nota de las distintas opciones que pueden darse en el arco parlamentario para modificar esta realidad interesada en obtener más poder para seguir teniendo el poder. También tenemos la suerte de contar con otras opciones políticas que, en el caso de Unión, Progreso Y Democracia (UPYD), han nacido con la intención de regenerar la vida democrática en este país, dar un impulso necesario a la gestión de las políticas públicas desde la transparencia y la honestidad, colocando en la cabeza de la tarea a los ciudadanos, la comunidad y sus problemas y no lo intereses de partido. Un partido que ha sabido incorporar a personas procedentes de distintas tendencias y opiniones políticas, convirtiendo lo transversal en una potencia y no en un inconveniente. Que ha sabido ilusionar a cientos de miles de ciudadanos con una nueva forma de hacer política con la entereza necesaria para transformar la realidad, partiendo de que no estamos condenados a aceptar la imposición del bipartidismo. Cuando nos quejamos de los políticos que tenemos no podemos olvidar nuestro grado de responsabilidad en su elección. Pasa precisamente por nuestra libertad de electores y por la asunción de nuestra responsabilidad ciudadana, decidir quién o quiénes han de representarnos. Así que se acerca el momento donde recuperar cierto grado de dignidad perdido habiendo apoyado las opciones del blanco o negro, del rojo o el azul. Una nueva propuesta, magenta, se perfila como la verdadera alternativa necesaria para ir caminando a una democracia real, alejada de los pactos con los nacionalistas y las alternancias de poder, pegada al terreno y alejada de intereses partidarios. Una propuesta de Unión, Progreso y Democracia, que ha nacido desde el convencimiento pleno de que entre todos podemos reconducir nuestro sistema hacia mejores cauces.

lunes, 20 de junio de 2011

LA CAMPAÑA DE VERANO

Con el calor, caído de golpe, comenzamos ayer a ver todas las playas llenas de gente. Sentarse o tumbarse a tomar el sol, charlar, jugar con los niños, leer, se van a convertir en este verano que comienza, en el deporte nacional. Desde el ámbito de lo económico mirando con desesperación que la campaña nos ayude a salir de la crisis, al menos una salida de temporada que nos de un respiro ante la asfixia del desempleo. Sin embargo, y a pesar del lleno hasta la bandera, los bares, restaurantes y chiringuitos, que son los que realmente le toman el pulso a eso de la recuperación, ya han manifestado su desolación. Mucha gente en las playas, mucho paseo, se llenan los establecimientos, pero muy poco consumo. Y es que la crisis está en las carteras y monederos del personal. Las sombrillas, sillas y mesita, de casa, la nevera con hielo cargada de bebidas fresquitas, los filetes empanados y la tortilla de papas, el embutido para la merienda y el pan necesario para acompañar el día. Las familias recuperamos la tradición de las vacas flacas de llevarnos todo a la playa para evitar, en lo posible, tener que gastar en el chiringuito. Así las cosas, las previsiones de una remontada de nuestra economía en los meses de verano se va esfumando como la espuma de las olas al romper y hasta los extranjeros que llenan nuestros hoteles parecen contagiados del ahorrar en sus gastos, pues gastan muchísimo menos por persona que hace unos años. Los salarios del personal contratado para la temporada han bajado, hoy cobran menos que en 2008. En el mejor de los casos lo mismo y los beneficios para los empresarios también se estancan. El gobierno amenaza con continuar hasta marzo del próximo año mientras los españoles nos apretamos el cinturón del que apenas quedan agujeros para apretar más, aunque confiando en una recuperación del empleo de temporada y una revitalización de nuestra menguante economía podría servirles de gancho electoral para adelantar las elecciones a noviembre. Y no se enteran, o no quieren enterarse por que tengan otros intereses, de que esto ya no da más de sí. Que el problema es de raíz y que ellos son parte del problema y no de la solución. Ayer en la playa muchas de las conversaciones generales pasaban por la política, desmintiendo así las encuestas que indican que el personal pasa de la misma, porque de lo que se pasa no se habla. Y no había oreja que pegaras donde no escucharas hablar de ZP, de Rubalcaba, del PP o de Rosa Díez. Pero lo coincidente era la necesidad de acabar con este gobierno agónico, con encefalograma plano, y dar la voz a los ciudadanos para que con su voto decidan sobre quiénes deben representarles en el Congreso y qué Gobierno desean tener. Así que tendremos un verano de poco gasto pero de mucha charla. Eso es lo que hay.

domingo, 19 de junio de 2011

GLOBALIZAR LA INDIGNACIÓN

Independientemente de los efectos que la crisis financiera internacional tenga sobre cada uno de los países, no podemos perder de vista que la misma tiene un carácter global y, por lo tanto, nos afecta globalmente. Y es obvio que dichas crisis no es sino la punta del iceberg de la crisis social, política e institucional que se encuentra en la base de la misma, siendo el problema fundamental que el poder económico es el determinante de la política y no la política (los ciudadanos) los que determinan el funcionamiento económico mundial. Así considerada la cuestión, podríamos afirmar que la tan cacareada democracia como forma de gobierno menos mala, se encuentra realmente secuestrada por todos los intereses económicos del sistema financiero mundial que nos rodea y que, como la pasarela Cibeles, marca las tendencias, orienta e impone políticas de recortes, apoya o hunde las propuestas políticas, convirtiéndose en el verdadero poder político internacional. Las distintas manifestaciones de indignación que podríamos resumir desde Porto Alegre, hasta el mundo árabe, pasando por los distintos 15M a nivel internacional, adolecen de una falla al no colocar en primer lugar la indignación sobre el funcionamiento de la política internacional, sus organismos internacionales, desde la ONU hasta sus agencias, el FMI, el Banco Mundial, la Organización Mundial de Comercio; a las que habría que sumar las de integración regional, como la Unión Europea, la OEA, la Unión Africana, etc. Si se enfocan las reflexiones y protestas sobre los elementos locales corremos el riesgo de perder la capacidad de observar el todo (lo global), de ahí la necesidad de recuperar el objetivo de modificar las reglas del juego internacionales porque de ellas depende su concreción nacional. El slogan de “actuar a nivel local, para modificar lo global”, está bien como referencia de que lo que hacemos e intentamos transformar a nivel nacional tiene su repercusión a nivel global, pero en realidad necesitamos tocar con la misma intensidad y simultáneamente lo global para ir transformando lo local. Para todo ello, es fundamental que nuestros políticos tengan la altura de miras suficiente para ser capaces de batirse el cobre en las instituciones internacionales introduciendo las modificaciones necesarias que repercutan en los objetivos globales de un mundo más justo, más equitativo, más seguro (seguridad desde una concepción holística y no exclusivamente militar) y más digno. Si no conseguimos modificar la presión del sistema financiero mundial sobre las orientaciones políticas de los propios organismos internacionales que lo sustentan, los cambios y transformaciones logrados en los ámbitos domésticos podrían ser fácilmente absorbidos por el propio sistema para continuar medrando en sus verdaderos objetivos relacionados siempre con el crecimiento y el beneficio. De ahí que se hace imprescindible incorporar el debate sobre lo global en las muestras de indignación de la sociedad y el quehacer político de nuestro país. No estaría mal ir pensando en la convocatoria de una protesta mundial por el cambio de rumbo de los organismos y en las relaciones internacionales, que permita abordar los temas de cambio climático, hambre, pobreza, analfabetismo, agua, destrucción forestal, contaminación, recursos fósiles, energía alternativa, equidad, enfermedades curables, y un largo etcétera de cuestiones que nos afectan a todos y que repercutirán en el devenir del planeta en las próximas generaciones.

viernes, 17 de junio de 2011

DEMOCRACIA INTERNA

Cuando dentro de los propios partidos se echa en falta la democracia interna algo está fallando en la raíz de los que serán representantes de los ciudadanos en las instituciones. Las familias que se crean al interior de cada partido (algunos los llaman corrientes) se convierten en verdaderos grupos de presión, gestionados a veces por barones territoriales, cargos institucionales o sectores, que lo único que pretenden es situarse a la cabeza de las opciones de representación de su partido ante los ciudadanos. En ellos la democracia interna brilla por su ausencia, pues lo que prima es el pacto, el pasteleo, las adhesiones y el clientelismo para la próxima elección interna. Acaban cansando así a la militancia que ingresa a los partidos con otras motivaciones y que ven como determinados grupos de presión son los que realmente mandan en los mismos. Por suerte, dentro de Unión, Progreso y Democracia, (UPYD) se pretende respetar la democracia real al interior del partido. Fruto de esta opción han sido los estatutos y sistema organizativo que el partido se dio en su primer congreso de noviembre de 2009. Resaltar que todos los órganos del partido, sean nacionales, regionales o locales, son electos por todos los afiliados que pertenecen a cada territorio y que cualquiera de los mismos puede presentarse a encabezar el órgano correspondiente. Así mismo, la elección de sus candidatos a cualquiera de las convocatorias electorales se realiza obligatoriamente por elecciones primarias, pudiendo concurrir cualquier afiliado que lo desee sin necesitar para ello ningún tipo de avales y ejerciendo su derecho a elección los afiliados del territorio. Ello da garantías a la afiliación de su poder de elector y de elegible que ningún partido en la actualidad tiene en su funcionamiento, resaltando que el fruto emanado de casa proceso electoral es respetado democráticamente y asumido por los órganos competentes y por toda la afiliación. Ahora que nos andan copiando gran cantidad de ideas y propuestas políticas, no estaría mal que el resto de los partidos se mirara al interior y modificaran sus formas antidemocráticas de funcionamiento interno. Qué menos que un afiliado pueda elegir a sus representantes en los órganos nacionales, regionales y locales, qué menos que un afiliado pueda opinar con su voto sobre quién encabezará las listas de su partido ante cualquier convocatoria electoral. Si pretendemos cambiar las formas de hacer política con los ciudadanos y hacer valer la representación en las instituciones para poder cambiar la realidad, ello debe traducirse en primera instancia en el funcionamiento democrático absolutamente transparente al interior de los partidos políticos.

LA NUEVA DICTABLANDA.

Vivimos una etapa de reestructuración del sistema democrático que tiene que profundizar los niveles de representatividad, la administración pública eficaz y la labor política como elemento transformador de la realidad. En la misma, nos encontramos con un fenómeno que no es nuevo, pero que se muestra en la actualidad sin ningún tipo de tapujo: El poder del sistema financiero. Este poder es realmente el primero en el orden de importancia, porque ha venido marcando todas las políticas a realizar en nuestro país y a nivel internacional. De tal forma incide en la política, que el poder del sistema financiero determina la política y no la política la que determina la regulación del sistema. La mayoría de los países se encuentran sometidos al peso de la deuda, de los préstamos bancarios, de la bolsa, de los tipos de cambio, etc., y ordenan sus políticas en base a las imposiciones que reciben del poder económico. Estas imposiciones, a veces, pasan desapercibidas en forma de recomendaciones, orientaciones o criterios, pero en otras ocasiones se nos muestran totalmente a la cara como cuando vemos que el gobierno recapitaliza los bancos, cuando estos mismos imponen la apertura o el cierre del sistema hipotecario (marcando unas directrices vitales para la mayoría de las familias), o cuando amenazan directamente con invertir en otros países poniendo en serio peligro el crecimiento económico en el nuestro. Es el poder económico tan importante que controla los gastos y los ingresos de los estados, marca la tendencia en cuanto a sus capacidades de endeudamiento y de las familias, y juega a la política en la sombra para determinar con qué partido les irá mejor. La aplicación de esta “dictablanda”, nos afecta a todos los ciudadanos, que vemos como nuestras vidas se ven mediatizadas y ordenadas casi de forma obligatoria por el poder económico. A diferencia de la dictadura, la dictablanda no impide las libertades, las utiliza en beneficio propio; no elimina a los detractores, los compra; no nos pisa con la bota, para ello tiene las hipotecas y los préstamos. Por eso imponen la disminución de los servicios básicos del estado del bienestar, la salud, la educación, donde tendremos recortes muy serios en los próximos años. Y saben que tienen el grifo que puede mantener o hacer caer a un determinado gobierno. Esto viene siendo así por la absoluta dejadez de nuestros políticos que se han dedicado a gestionar la miseria agachando la cabeza permanentemente ante el sistema financiero y de forma lamentable nos han colocado a los pies de los caballos. De ahí que necesitamos zafarnos de esta dictablanda para poder avanzar en libertad, la política debe controlar al sistema financiero y no al contrario. Pero para eso necesitamos políticos valientes, estadistas, serios y honrados. Y como de esos tenemos pocos tendremos que ir buscando los recovecos para intentar burlar al poder económico.

miércoles, 15 de junio de 2011

EL ESTADO DE LA COMUNIDAD

La próxima semana se llevará a cabo en el Parlamento Andaluz el “Debate sobre el Estado de la Comunidad Andaluza”, todo un clásico en la labor parlamentaria. Los portavoces de los tres grupos políticos cantarán sus bondades, se atacarán y defenderán con uñas y dientes, buscarán las frases lapidarias, los titulares, quedando al día siguiente todo como estaba. Andalucía se encuentra en una encrucijada política de difícil solución. Nuestra comunidad mantiene la tasa más alta del desempleo en Europa y es similar o mayor que la de bastantes estados africanos; se han paralizado prácticamente las inversiones públicas y privadas casi en todos los sectores; nuestra agricultura ha caído en picado a cuenta de la crisis del pepino y aunque el turismo no cae, como máximo se prevé un aumento del 2 % con respecto al año anterior, estancando el empleo temporal. Continúan cerrando pequeñas y medianas empresas, siguen los eres en bastantes, baja el consumo de las familias, cerrando un círculo peligroso de enfriamiento permanente de nuestra economía. Se encuentra paralizado en sector de la vivienda con cada vez más pisos en venta y nula construcción; miles de familias se debaten entre pagar la hipoteca o comer; los ayuntamientos no tienen dinero para inversiones que generen empleo y el gobierno andaluz se encuentra en Stand By, funcionando de forma interina, con una administración agigantada y escasez de ideas y propuestas para reordenar nuestra salida de la crisis. La encrucijada política andaluza está representada por un PSOE que será duramente castigado por las urnas después de 30 años en el gobierno, un PP que afila su cuchillo de la vendetta y la venganza, una Izquierda Unida, que se quiere colocar como el brazo necesario para salvar al PSOE de la quema en la hoguera. Ninguno de ellos realiza las propuestas oportunas y necesarias en el parlamento para salir de la situación en que vivimos. Ninguno de ellos ha propuesto un pacto andaluz de concertación política que aúne las propuestas para tirar todos de la misma cuerda, primando los intereses mezquinos que tienen como partidos en lugar de las necesidades de los andaluces. Asistiremos una vez más al debate de los achaques, mientras que en Andalucía hace falta una opción política que termine de una vez con los dos frentes de la cámara y coloque a la población andaluza en el centro del actuar político, que defienda la concertación para la recuperación de nuestra comunidad, que sea capaz de desterrar de una vez las viejas formas de hacer política que tanto daño nos están haciendo. Así que la celebración del debate no va a conseguir máxima audiencia en los medios y sólo servirá para que el hartazgo del personal se eleve algunos enteros más sobre esta “casta política” que no nos merecemos.

lunes, 13 de junio de 2011

CIUDADANOS COMPROMETIDOS

Romper la dinámica de los barómetros del CIS, donde continúan calificando a la “clase política” como el tercer problema de este país, será muy costoso en el tiempo pero ha de convertirse en uno de los principales objetivos del qué hacer político. Dicen que perder la confianza de alguien se puede conseguir en un minuto y, sin embargo, recuperarla puede llevar años. En España se ha pasado de la alegría de los primeros años de la democracia, donde la confianza en los partidos políticos era plena, al descrédito más absoluto del funcionamiento de los partidos, de sus líderes, de sus prebendas y de sus intereses particulares como formación política. Se han encargado, los partidos clásicos, de hacernos entrar en este callejón sin salida que supone la democracia representativa, considerando a los ciudadanos como meros electores, colocándose por encima de todos y de todo, y olvidándose de ellos durante sus cuatro años de mandato. Una de las cuestiones que han ayudado a profundizar esta aparición de la “clase política”, ha sido la configuración de todo un cuadro de políticos profesionales, que entran en un círculo vicioso donde permanecer en el cargo o cambiar a otro se convierte casi en la única razón de su existir, llevándoles a olvidar su responsabilidad ante la sociedad. Recuperar la confianza en la clase política, tendría que pasar, inexorablemente, por un cambio extremo de la concepción del “ser” político, desapareciendo la visión de “casta” en la que muchos partidos se han instalado y hacer crecer la imagen de ciudadanos comprometidos con la política. Ciudadanos que por un periodo de tiempo corto, 4 u 8 años, dedicarán todo su esfuerzo a intentar mejorar las condiciones de vida del ámbito municipal, de su región o del país, para después volver a desempeñar las tareas que venían realizando fuera de la política. Sí conseguimos no hacer de la política una profesión, sino una dedicación altruista en busca del bien común, y acabamos con ciertos privilegios que ostentan los cargos públicos, iremos viendo como gradualmente la aceptación sobre lo político mejora en la percepción de los ciudadanos. Ello nos llevará bastante tiempo, porque es lo que tiene haber dilapidado la confianza ciudadana, pero es necesario emprender esa labor para no arruinar los verdaderos potenciales de nuestra democracia. Huir de los partidos que se convierte en grandes empresas, con miles de “trabajadores”, en los que el objetivo de mantener a la plantilla al precio que fuere les hace perder el norte de su cometido. Buscar la referencia en partidos que defiendan justamente lo contrario a los que demos nuestra confianza (aún de forma coyuntural para revisar nuestro voto a los cuatro años). Serían dos buenas medidas que los electores pueden poner en marcha desde su voto para ir regenerando a la clase política.

sábado, 11 de junio de 2011

LA ESTRATEGIA DE IZQUIERDA UNIDA EN ANDALUCÍA

A pesar de las aparentes directrices de su dirección política, los concejales de Izquierda Unida en Andalucía han propiciado con su voto, por acción u omisión, gobiernos municipales del partido popular. Lo mismo ha ocurrido en municipios de Castilla La Mancha y de Extremadura, donde en su comunidad autónoma está por verse la decisión que toman. Es cierto que en la mayoría de los casos se trataba de desbancar a alcaldes socialistas que llevaban demasiados años apoltronados en el sillón, que seguramente habrán sufrido el rechazo y ninguneo de los socialistas, aprovechando esta situación para castigar tantos agravios. Pero detrás de estos aparentes y puede que hasta justificados argumentos, se esconde la verdadera estrategia de Izquierda Unida. Todos sabemos que la Junta de Andalucía, gobernada por los socialistas durante 30 años, se encuentra en peligro de pasar a ser gobernada por el partido popular. Existe un acuerdo interno entre las formaciones del PSOE y de Izquierda Unida para, en el caso de sumar juntos más votos que el partido popular, gobernar en coalición. Esa experiencia no es nueva para ellos, pues lo hicieron en las recién terminadas corporaciones del Ayuntamiento de Córdoba, de Sevilla y en las Diputaciones Provinciales de Málaga y Córdoba, y en muchos municipios andaluces. Si Izquierda Unida en Andalucía hiciera pública y manifiesto su apoyo en estos momentos para propiciar alcaldías socialistas, saben de antemano que perderían muchos de los votos obtenidos en las municipales, que les han venido de desencantados con el PSOE, los cuales, para votar a lo mismo, cambiarán de nuevo la intención de su voto. Izquierda Unida pretende aparecer ahora ante la opinión pública como una fuerza distinta al PSOE, después de haber gobernado en común tantísimas instituciones hasta el día de ayer. Por eso este gesto, de aparente desobediencia a la dirección política del partido, lo pretenderán vender con el argumento de que no apoyarán a los socialistas hasta que estos recuperen la senda de la izquierda. Pero todos sabemos que lo que realmente pretenden es no terminar con su electorado en alza por la debacle socialista. Sospechan que serían imprescindibles para el próximo gobierno de la Junta de Andalucía y han diseñado toda su estrategia para poder gobernar con los socialistas. Menos mal que no engañan a nadie.

LIBERTAD, IGUALDAD Y FRATERNIDAD

De los tres ideales de la Revolución Francesa y a las alturas que estamos del siglo XXI no cumplimos ninguno. La Libertad, no debe ser entendida exclusivamente como la opción de votar o poder elegir, sino desde una concepción mucho más amplia que abarca al sentimiento de sentirse libre, de ser libre en todos los aspectos. La realidad de estos días dista mucho de una verdadera libertad. No se es libre sin tener cubiertas las necesidades básicas, corriendo el peligro de perder algunos servicios básicos del llamado “estado del bienestar”, ni cuando a la hora de emitir nuestro voto para elegir a nuestros representantes políticos el mismo no vale igual según la circunscripción electoral en la que residas. La libertad de acceder a los bienes básicos como la vivienda, el trabajo, el derecho al descanso, al arte y al ocio. Nuestra sociedad ha derivado a entender la libertad en un sentido restrictivo como libre mercado y elecciones cada cuatro años, reducción que nos coloca en una situación de estancamiento del término. La igualdad, fuera de las grandilocuentes frases constitucionales que a todos nos colocan en pié de igualdad, no se da realmente en ninguno de los campos donde hubiere de aplicarse. Ni siquiera en la justicia se consigue aunque todos tengamos los mismos derechos ante ella, no hay igualdad fiscal, ni territorial, ni de servicios. Se mantienen indefectiblemente las clases sociales, aunque cada vez más atomizadas: bajísima, baja, baja-media, media, media-alta, alta, altísima, y dependiendo de las condiciones que hayamos podido obtener en nuestro recorrido vital nos encuadramos en una o en otra, poniendo de manifiesto la ausencia de igualdad real y manteniéndose toda una serie de privilegios que hacen imposible la equidad social, brillando por su ausencia la igualdad de oportunidades. De la Fraternidad podemos decir que es la más alejada de cumplirse, pues no habiendo resuelto las dos anteriores el ser humano tiende cada vez más a acercarse a la ley de la selva, al todo vale para conseguir más, a pisotear al otro con tal de superarle y tener más. Es el imperio del “tener” el que se ha impuesto en nuestra sociedad y no el del “ser”, del que nos distanciamos a pasos agigantados. Lo fraterno, el trabajo por el bien común, la buena gobernanza, el amor a la humanidad, terminan convirtiéndose en una quimera o en palabras y discursos utilizados en los momentos oportunos para olvidarse de ellos hasta que llegue otro momento oportuno. Si en el 2011 no hemos sido capaces de convertir nuestra sociedad en un paraíso terrenal, si continuamos creciendo en avaricia, ira y envidia, si no nos atrevemos con la necesidad de cambiar esto, estaremos abocados a una consolidación de lo inútil, de lo etéreo, de lo insignificante, e iremos dejando a nuestros hijos y nietos una terrible sociedad del mal, cada vez más egoísta y en manos de banqueros y multinacionales de consumo. Tendremos que espabilarnos. Paco Pineda.

jueves, 9 de junio de 2011

PEPINO Y TURISMO

Además de las pérdidas calculadas por los productores en más de 400 millones de euros, la agricultura almeriense en particular y la andaluza en general, sufren la crisis más profunda conocida sobre los 70.000 trabajadores del sector. Sumados al pepino, productos como el tomate, el pimiento y la calabaza, han sido puestos bajo sospecha por la irracional arremetida alemana a cuenta de la inseguridad alimentaria. El daño en el sector ya está hecho y será muy difícil recuperar en el corto plazo los niveles de confianza suficientes en los consumidores europeos para volver a la situación anterior a la crisis del pepino. Pero mirando un poco más allá de los daños a la agricultura, los efectos podrían repercutir sobre el turismo en Andalucía. No sólo de los turistas alemanes sino en general de los europeos, que se pensarán dos veces lo de viajar a Andalucía en su turismo familiar corriendo el riesgo de contraer algún tipo de enfermedad grave provocada por la mala calidad de nuestros productos agrícolas. Cuando nuestro consejero de turismo se jactaba de que este año sería el de la consolidación y recuperación del turismo andaluza, gracias a que otros destinos estaban siendo descartados por los niveles de inseguridad (Túnez, Egipto, etc.), ahora tendrá que echar las cuentas de cuántos turistas europeos dejarán de venir a Andalucía por la alarma social infundada generada por la crisis del pepino. Aquellos turistas que conocen a la perfección nuestra calidad no dejarán de venir, pero los que sean más aprensivos se lo pensarán dos veces. La conexión entre turismo y pepino está garantizada. Por eso es imprescindible que, además de conseguir las ayudas económicas necesarias para resarcir las pérdidas en el sector, sea contemplada una inversión en toda la Unión Europea para recuperar la seguridad alimentaria de nuestros productos que favorezca la eliminación de miedos a contemplarnos como posible destino turístico de calidad y confianza. La Junta de Andalucía y el Gobierno central, ya deberían estar moviéndose en este sentido por la urgencia del periodo vacacional, centrando su acción en los principales países emisores del turismo europeo hacia nuestra región. Si se deja de lado la influencia de esta crisis sobre el sector turismo, podemos llevarnos una desagradable sorpresa cuando analicemos los datos en septiembre del final de la campaña. Pero aún no se ha dado ningún paso en este sentido, dejando en manos del destino el que no bajen los niveles de reserva y ocupación para los meses de julio y agosto. Si los datos finales fueses malos no dudo que los responsables políticos le echarán la culpa al pepino, pero ya desde ahora tenemos que responsabilizarles a ellos mismos, por no haber sabido gestionar la repercusión de la crisis sobre el turismo.

miércoles, 8 de junio de 2011

PACTO DE ESTADO.

Nuestra economía se encuentra en la UCI desde 2008 y su pronóstico de mejora, de momento, es desfavorable. Los constantes anuncios de brotes verdes realizados por el gobierno no acaban de llegar y analistas y expertos europeos y mundiales vaticinan que con nuestra realidad tardaremos en salir de la UCI al menos cinco años más y ello para ir a planta, lo de conseguir el alta médica se aplaza diez años. La recesión avanza y la deflación va enquistándose en nuestros números y amenazan con colocarnos en una situación crítica si no se toman medidas de urgencia. Nuestro estado del bienestar peligra y estamos obligados a afrontar con un serio Pacto de Estado las políticas necesarias para prevenir su caída. Los baluartes de dicho estado son la Sanidad y la Educación, ámbitos para los cuales sólo podemos plantearnos dos opciones. La primera tiene que ver con la recuperación para el gobierno central de las competencias en ambas materias que garantice el control sobre las inversiones en ambos rubros. Aquí se necesita el consenso generalizado para modificar las competencias autonómicas que registran el mayor gasto de las mismas y suponen una carga sustanciosa de los déficits regionales. La segunda opción, caso de no prosperar la primera, implicaría fijar un techo competencial y un gasto máximo para las comunidades autónomas, que incluyera una intervención sobre las reglas de gasto en las autonomías. Sería algo parecido a un rescate con el símil europeo: La aplicación presupuestaria en las Comunidades Autónomas y el aporte del estado al desarrollo autonómico, debe llevar implícito unas reglas del juego de obligatorio cumplimiento. Si queremos llevar al déficit máximo al 3%, pasando primero por el 6% en 2012, las medidas a adoptar deben contar con el necesario Pacto de las fuerzas políticas y las organizaciones sociales. Nuestro desempleo situado en el 21’3% nos aleja de cualquier expectativa de crecimiento y los escasos resultados de la reforma laboral, la falta de acuerdo en negociación colectiva, las bajísimas propuestas de inversión estatal y la inestabilidad política española, nos colocan con mucha desventaja para que mejoren nuestros índices en el corto plazo. En Europa aún se sorprenden de lo gigantesco de nuestra Administración Pública y hemos de recoger en el pacto citado un adelgazamiento estricto de nuestras instituciones. El control del déficit sólo será posible con un apretón de cinturón conjunto, con propuestas económicas consensuadas como política de estado y ello sólo se conseguirá si la altura de miras de los partidos mayoritarios supera los intereses particulares para fijar una estrategia común de estado. Si el principal déficit lo encontramos en la falta de previsibilidad de nuestros políticos, hemos de considerar un cambio real que devuelva la perdida ilusión en nuestro sistema colocando la prioridad en la defensa de nuestro estado del bienestar. Igual es mucho pedir para la escasez de estadistas con la que contamos.

martes, 7 de junio de 2011

NAUFRAGIO Y DESPISTE

Mientras los socialistas continúan nadando en aguas profundas agarrados a pequeñísimas tablas de salvación después del naufragio, desde el partido popular comienzan a jugar su estrategia del despiste. Consiste la misma en situar a los españoles en la tesitura de bancarrota de las Comunidades Autónomas que se han encontrado hechas un cirio, con más agujeros que el calcetín de Carpanta, y lanzando los mensajes de que peligran incluso los salarios del funcionariado autonómico. Con ello consiguen dos cosas fundamentales. Primero, profundizar el desprestigio hacia los naufragados para que no consigan unas tablas mayores donde agarrarse, hundiéndolos y haciendo imposibles su rescate (recuperación); y segundo, colocar los argumentos de lo mal que lo han hecho los socialistas como excusa y/o premisa para la aplicación de ajustes duros en estas comunidades autónomas, disfrazando de obligatorias las medidas cuando realmente son las que tenían en mente aplicar estuvieran como estuvieran las cuentas concretas. El partido popular, a sólo quince días de las elecciones, comienza a defraudar a muchos de sus votantes, porque han visto como se refugian en el discurso fácil para intimidar a una población que ya de por sí está bastante castigada. Amenazan con realizar auditorías en todas las comunidades y ayuntamientos donde van a gobernar, por supuesto dejando fuera a las instituciones en las que ellos ya venían gobernando. Su objetivo es sembrar la duda sobre lo que había para aplicar su batería de presupuestos constreñidos y no precisamente aplicar la regla de transparencia necesaria para recuperar la confianza de los ciudadanos en las instituciones. Su prioridad está puesta en conseguir el gobierno del estado y para ello harán y dirán todo aquello que crean les beneficia. Pero se están equivocando una vez más si consideran que la ciudadanía le va a aplaudir las gracias con estos tejemanejes de globos sonda para el despiste. Así que a los millones de ciudadanos indignados, a los miles de descolocados socialistas, se unen ahora la legión de despistados del PP, que de forma ilusa siguen considerando objeto de marketing a los electores y planifican su actuar político en base al criterio de los titulares. Todos sabemos que los populares siempre se han situado como la alternancia a los socialistas, nunca como la alternativa, porque ser alternativa significaría afrontar el riesgo de hacer política de otra manera, con otros principios y prioridades. Y ellos nunca correrán ese riesgo porque se sienten cómodos con el actual sistema que les favorece. La diferencia de aplicación política y económica de ambos partidos está cifrada en 18.000 millones de euros. Tal cantidad de dedicación de estos fondos distingue el que nos gobierne un partido u otro. El resto, todo lo demás, son brindis al sol, titulares de prensa e intenciones opacas para esconder la verdad y mantener de forma interesada el bipartidismo. Que tengan cuidado los populares con esta táctica del despiste, porque no somos tontos y además estamos cansados de tanta estrategia de parvulario.

lunes, 6 de junio de 2011

OLLANTA HUMALA, PRESIDENTE.

Nunca se habían dado en el Perú unos resultados electorales tan ajustados. En apenas un punto y medio (1,5%) se ha decidió la presidencia para Ollanta Moisés Humala Tasso, que cumplirá en los próximos días 49 años de edad. El resultado tan estrecho, nos muestra la inmensa división y polarización que sufre el país y que puede ser un síntoma para enfrentamientos provocados en detrimento del desarrollo constitucional que los peruanos tanto necesitan. Ollanta ha dejado claro durante toda su campaña, que no será delfín de Chávez en el Perú, y que su mira la tiene fijada desde hace tiempo en la gestión realizada por el Presidente Lula en Brasil y sus logros obtenidos con el incremento de la producción, la renta per cápita y la redistribución de la riqueza, especialmente dirigida a eliminar las terribles diferencias entre las clases sociales. La mayor parte de la prensa peruana no ha tardo en calificar el triunfo de Ollanta en triunfo del chavismo, la misma prensa que apostó firmemente por apoyar a la Fujimori. Incluso se han atrevido a vilipendiar a Vargas Llosa y Alejandro Toledo por su apoyo a la opción de Ollanta Humala, y a acusarles de haber vendido la patria a la propuesta bolivariana de Chávez. La victoria de Humala ha sido por los pelos, pero el mensaje de esa mayoría simplísima de los peruanos es claro: no quieren que se repitan en el Perú las atrocidades del pasado, las constantes violaciones de los derechos humanos como terrorismo de estado, apoyan las nuevas políticas que garanticen un mejor nivel de vida de las clases más pobres del Perú y es ahora cuando todo el país debe unirse para empujar como uno sólo en busca de mejorar su crecimiento y su equidad. Con la polarización nos quedan varios años de enfrentamientos permanentes, de acusaciones mutuas, sabiendo de antemano que la prensa mayoritaria y los medios, atacaran permanentemente a Humala con cualquier tipo de argumento, y aunque a veces pudieran llevar razón en la crítica, les desautoriza que la hayan asumido como brazo ejecutor de las directrices de la derecha económica y política del país. Observaremos el desarrollo que toman las primeras medidas del nuevo gobierno que sin duda marcarán el camino de lo que serán las políticas redistributivas de Ollanta. Estaremos muy pendientes de cómo evoluciona el conflicto interno abierto en el país y cómo los poderes fácticos intentarán dilapidar el triunfo del pasado domingo, al mismo tiempo que podremos descubrir si efectivamente el Presidente Humala cumple los postulados y propuestas presentadas en su campaña. Mientras tanto no nos queda sino felicitar a los peruanos por el alto nivel participación y haber demostrado al mundo su compromiso con la democracia consolidada en la república andina.

sábado, 4 de junio de 2011

EL CAMBIO EN ANDALUCÍA

Los socialistas andan nerviosos porque están saliendo de las instituciones a manadas. La pérdida de varias Comunidades Autónomas, Diputaciones Provinciales y muchos Ayuntamientos, han colocado en situación de ERE forzoso a los que en otros tiempos andaban captando cuadros para completar todos los puestos a ocupar en la administración. Lejos de situarse en actitud de autocrítica, prefieren continuar con el discurso del siglo pasado de que viene la derecha, en lugar de reflexionar por qué la ciudadanía ha rechazado su preferencia. Y ahora, como un castillo de naipes, todo se les desploma y cada una de las personas que han estado siendo cómplices de tan anodina y dañina forma de hacer política se quedará sin empleo. De momento sólo les queda el Gobierno Central y las comunidades autónomas de Andalucía y Euskadi, que no es poco, para poner en marcha urgentemente la Oficina de recolocación del PSOE, donde intentarán amortiguar su ere particular. Pero esto también desaparecerá y han de prepararse para una larga travesía del desierto con muchísimos menos cargos públicos en nómina. Andalucía se lleva la palma en cuanto a gente a recolocar, pues se han preocupado en su confusión permanente de partido institución de mantener de forma clientelar a innumerables cargos y prebendas sociales, en una actitud ciertamente arrogante y muy andaluza de manejar los cortijos. Treinta años han dado para mucho a repartir y ahora tendrán que desprenderse de tantísimo lastre. Será difícil para ellos, acostumbrados justo a todo lo contrario, tener que mirar con lupa a quién sitúan ahora en los escasísimos puestos a repartir en representación del PSOE de Andalucía, porque candidatos tendrán muchos para la recolocación. Algunos de ellos llevan en esto los treinta años y no han trabajado jamás en otra cosa que no tenga que ver con la política. Andalucía necesita de un cambio radical de la institución autonómica, un cambio que garantice otras formas de hacer política y no dejar en manos de un rancio Partido Popular la gestión de la regeneración. Primero porque no saben y así se ha demostrado en las comunidades autónomas que gobiernan y, segundo, porque no quieren, ya que vienen cargados de sentimientos de revancha política por las constantes derrotas electorales sufridas en terreno andaluz. Por eso, la única opción realmente regeneradora para la vida política en Andalucía es la que representa Unión, Progreso y Democracia, UPYD, con propuestas frescas, gente que no viene a servirse de la política sino a servir a la ciudadanía, a transformar las formas de hacer política y con garantía de abrir a la transparencia la gestión de lo común. Los ciudadanos están cansados de este bipartidismo denigrante que ha degenerado la vida política del país. Reformar la injusta Ley Electoral vigente, replantear las competencias de Educación y Salud para el Estado, achicar las administraciones municipales con la fusión de ayuntamientos pequeños y la desaparición de las Diputaciones Provinciales, poner a dieta estricta a la administración pública, plantear un gasto realista y sin privilegios para la clase política, independencia del poder judicial, y tantas otras propuestas que los progresistas de UPYD planteamos para la transformación efectiva de la política en nuestro país. Andalucía necesita más que nunca un cambio radical y ahora es el momento de propiciarlo rompiendo con los partidos clásicos, siendo valientes y conscientes a la hora de elegir a los nuevos representantes, abandonando a los que lo han hecho mal y a los que lo pueden hacer peor, recuperando la responsabilidad ciudadana para hacer posible una democracia real y profundizar en el avance de nuestras instituciones públicas.

viernes, 3 de junio de 2011

PEPINO ELECTORAL

Con esto de defender la producción nacional de hortalizas, llevo comiendo pepinos toda la semana, y la verdad que además de cansar en mí caso se me repite y tengo que moderar el consumo. Como de lo que se trata es de comprarlos y no necesariamente de comérselos, continuaré comprando un kilo de pepinos en mi cesta semanal de la compra aunque sólo me coma un par de ellos. Es curioso que en cada ocasión que he consumido el “cucumis savitus”, alias el pepino, me he acordado de los alemanes, para ser más exacto del gobierno alemán. La excelencia de calidad en la producción almeriense y de otras zonas de Andalucía y España de nuestras hortalizas, no merecían el escarnio provocado en Alemania, creando una alarma social injustificada y que se ha demostrado, en pocos días, nada tenía que ver con el pepino. Pero me ha llenado de indignación el poco peso y autoridad que España tiene en la Unión Europea, ya que estoy más que seguro que esto a Francia o a Italia no se lo hacían. Y las explicaciones, por buscarle alguna lógica política, debemos buscarlas en los niveles de producción de los países centroeuropeos de frutas y hortalizas. España es de los países más competitivos en la producción y calidad de estos productos, y se dan determinadas campañas en otros países vecinos que se ven mediatizadas por la prioridad de demanda de los productos españoles. Como España se encuentra entre la espada y la pared del grupo de los PIGS (cerdos), sus datos económicos reflejan una debilidad extrema y su debilidad política es manifiesta, podemos aprovechar la coyuntura para darle un zarpazo a los productos agrícolas andaluces en beneficio de las producciones autóctonas de otros países productores europeos. Y aunque se han pasado tres pueblos, forma parte de las estrategias comerciales intentar hundir en la miseria a tu principal adversario en determinados productos en beneficio propio. Pero lo más grave, bajo mi punto de vista, ha sido el posicionamiento de nuestros políticos, siempre con tan bajo perfil. De un lado, Zapatero ni siquiera llamó de inmediato a Ángela Merkel, o a la Comisión Europea, y espero cuatro días para levantar el teléfono cuando todo estaba hecho. Rubalcaba que ahora anda ocupado en su campaña personal de promoción y Rajoy se han limitado a comer pepinos ante la televisión, para echarse en cara los unos a los otros el poco apoyo recibido y la mala gestión de la crisis por parte del gobierno. Nos encontramos en un nivel de indefensión y de baja estima de nuestro gobierno en todos los sentidos, que son motivo suficiente para continuar exigiendo la convocatoria de elecciones generales, por el bien de todos. Algunos se preguntarán qué tiene que ver esto con el pepino si la culpa ha sido de los alemanes. Pues muy sencillo, nuestro peso en el panorama internacional es cada vez menor, incluso en el marco de nuestros socios europeos, que aprovechándose de esa debilidad harán con nosotros lo que quieran.