Hoy he ido a votar temprano, a las 9’30, aprovechando que en Málaga dejaba de llover por un rato. Mi colegio estaba prácticamente vacío, lógico por la hora y por el tiempo, a excepción de las 4 mesas que estaban operativas con todos sus miembros listos para recibir a los ciudadanos que emitirán su voto durante todo el día.
Es la primera vez que me encuentro encabezando una lista al congreso, optando a ser Diputado Nacional, uno de los 350 que serán elegidos al finalizar el día. Y a la hora de votar, obviamente la candidatura de UPYD, de votarme, he sentido una responsabilidad que jamás había notado en todas las elecciones anteriores.
Una responsabilidad de pensar que puedo ser elegido para representar a todos los malagueños, a todos los españoles, en el Congreso de los Diputados. Una responsabilidad de ciudadano que quiere asumir su papel de ciudadano en la primera línea del ejercicio político.
Y es inevitable que a uno se le venga a la memoria en un rápido video vital de 15 segundos, las imágenes de lo vivido en mis últimos 25 años de trabajo en relaciones internacionales y cooperación, todos los países recorridos, todas las políticas públicas ejecutadas en lugares remotos, en municipios, en regiones y en países. Descubrir, a la hora de depositar el voto, que es una consecuencia lógica del compromiso personal, de todo un recorrido por mejorar las condiciones de vida de los demás, de los más desfavorecidos, y que me lleva en mi país a asumir la responsabilidad de lo que es necesario.
Muchas personas han aparecido en ese video de 15 segundos en mi cabeza, muchas imágenes, pero sobre todo han sido protagonistas aquellos que no tienen la posibilidad de emitir su voto libremente en sus países, por regímenes dictatoriales o de aquellos que no pueden ejercerlo por estar excluidos del propio sistema y preocupados por una subsistencia que apenas les da para poder respirar.
He asumido, al caer la papeleta en la urna, la responsabilidad de saber que nunca me olvidaré de ellos, que mi trabajo les tendrá siempre presentes, que uno se mete en esto de la política para cambiar las cosas y no para ser uno más de los que han hecho carrera de esto, del servir al ciudadano.
Pues nada, que he votado con la alegría propia de un ciudadano listo para el cambio real y con una enorme responsabilidad personal.
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