Después de celebradas
el pasado domingo las elecciones presidenciales en la República Bolivariana de
Venezuela y vistos los resultados, podemos extraer algunas conclusiones que nos
ayuden a entender qué les espera a los venezolanos en los próximos meses y
años.
En primer lugar,
determinar de la forma más transparente y urgente posible la limpieza del
proceso electoral. No debe quedar ninguna duda del resultado real del
escrutinio. De no ser así queda abonado el terreno para una escalada de
violencia política que será fuertemente reprimida por el gobierno de Maduro.
Manteniéndose el
resultado actual, Nicolás Maduro será investido presidente el 19 de Abril,
viernes próximo, con un periodo de vigencia hasta 2019. A partir del minuto
uno, Maduro tendrá que comenzar a atender los problemas reales que tiene
Venezuela: Inseguridad ciudadana, con una violencia que convierte al país en un
peligro real para los ciudadanos, con más de 16.000 muertes anuales;
suministros y abastecimiento de productos básicos, procurando erradicar la
escasez actual; empleo y crecimiento económico, pues las últimas devaluaciones
de la moneda han empobrecido el día a día de los venezolanos.
A nivel interno de su
partido, Maduro va a enfrentarse a muchos movimientos autocríticos que le
achacan los pésimos resultados obtenidos, a pesar de la victoria, y de haber
dilapidado la herencia Chávez. Ya ha sido acusado por sus propias huestes de no
saber representar al socialismo bolivariano y van a intentar moverle la silla
desde el primer momento. En ese contexto, Maduro va a tener que dedicar mucho
esfuerzo de su tarea personal a poner freno a la cadena sucesoria y a las
luchas intestinas, en detrimento del ejercicio de la Presidencia.
De otro lado, el
opositor Capriles es la segunda elección que pierde en seis meses y, sin duda,
la Mesa por la Unidad comienza desde ya a buscar un relevo para las próximas
elecciones, máxime con el terreno abonado para que pueda darse la alternancia
en 2019, o quizás antes, dependiendo de cómo vaya evolucionando el mandato de
Maduro.
Los resultados han sido
una verdadera sorpresa por lo pírrica de la victoria. Pero si bien es cierto
que Maduro tendrá problemas en su patio interno no lo es menos que a Capriles
ya lo han dado por amortizado y aparecerán varias propuestas de relevo opositor
poniendo en peligro la propia Mesa por la Unidad, lo que le daría un pequeño
balón de oxígeno a Maduro en su tarea presidencial.
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