El espectáculo ofrecido
por el gobierno de coalición en la Junta de Andalucía, formado por el PSOE e
IU, ha sido bochornoso. En cuarenta y ocho horas han estado cien veces al borde
de la ruptura de los acuerdos de gobierno, que hubieran dado como resultado la
convocatoria de elecciones anticipadas en Andalucía el mismo día que las
elecciones europeas. Se ha escenificado con decreto publicado en BOJA que
retiraba las competencias de Vivienda a la Consejería de Fomento y con otro
decreto que anulaba el anterior decreto. Y aquí no ha pasado nada, todo sigue
igual y el pacto de gobierno sale más fortalecido, según los voceros de ambos
partidos. Mientras el PP, en un alarde de misericordia, ofreciendo sus cincuenta
diputados a Susana Díaz para aguantar la legislatura.
Definitivamente, hemos
de creer que nuestros gobernantes piensan que somos tontos, que nos engañan con
cuatro boberías, que el tiempo lo borrará todo en nuestras mentes y que ahora
con los pasos en la calle nadie se acordará de la pequeña pelea interna que ha
sufrido la coalición de gobierno. Pero la cosa no ha sido tan simple.
Susana Díaz sabe que
tiene que pasar por las urnas, que aún siendo legal su nombramiento como
Presidenta de la Junta de Andalucía, no tiene la legitimidad que da haber sido
elegida por los andaluces. Rubalcaba ya le dejó claro en su momento, que no
quería unas elecciones andaluzas con las europeas, porque empañaría el posible
triunfo sobre el PP el 25 de mayo y eso se lo quería apuntar él de cara a sus
primarias de octubre a presidente del gobierno. A cambio, le dio a Susana todo
el protagonismo en el PSOE a nivel nacional para que tomase su puesto entre los
respetados barones regionales.
Con el lío de las
viviendas entregadas de forma irregular y saltándose una lista de más de 12.000
solicitudes en espera, Susana Díaz intentó tensar la cuerda y justificar el
adelanto, in extremis, para el 25 de mayo. No le preocupaba porque era lo que
ella hubiera deseado, convocar cuanto antes, ganar las elecciones al PP y tener
fuerza, revalidada en urnas, para el diseño de partido para los próximos meses.
Pero una vez más, Ferraz impone la cordura para los intereses del Secretario
General del PSOE Federal: Ahora no tocan elecciones en Andalucía.
A su vez, Izquierda
Unida, tampoco tenía ningún problema en que se adelantarán a mayo las
elecciones, por lo que se ha impuesto la paz ante la ruptura y se ha pasado de
una suspensión temporal de la convivencia a una convivencia temporal de
conveniencia, que se traducirá en unas elecciones anticipadas en otoño, muy
posiblemente coincidiendo con las catalanas del 9 de noviembre, aprovechando
desacuerdos en temas presupuestarios y recordando la herida del lío de las
viviendas.
Así que por mucho que
vendan ambos que aquí no pasa nada, lo que realmente les pedimos no es ya que
hagan cosas por los andaluces, cuestión que resultaría milagrosa, sino que al
menos no nos tomen por idiotas mediáticos y sean serios con la población.
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