Pertenecer a un club de países
que deja al margen a los habitantes de esos países, para obligarles a vivir
arrodillados a los especuladores financieros, no deja de tener su parte de
masoquismo. La Unión Europea se ha construido por arriba, desde los gobiernos y
con sus instituciones financieras, aprobando memorándum leoninos para su
pertenencia y creando con el Fondo Monetario Internacional las bases del
control económico de la población para vivir peor. Grecia tiene actualmente una
deuda de 256.000 millones de euros, engendrada por los gobiernos anteriores al
de Syriza, que ha ido engordándose con los intereses y que hoy por hoy es
absolutamente impagable. Tan impagable como la deuda portuguesa, irlandesa o
española.
Pero desde la Unión Europea y el
Sistema Financiero Internacional, no van a permitir que el gobierno actual de
Grecia les plante cara, creando un precedente que rompería sus dinámicas de
beneficios, fundamentalmente de la banca, y que pondría en peligro su diseño de
una Europa para los mercados, en lugar de una Europa para los europeos. De ahí
que la troika se niegue en banda a aceptar nuevas propuestas renegociadas de la
deuda griega, obligando a todo un gobierno y a un pueblo a acometer sus
condiciones si quiere recibir más dinero.
Es lo mismo que ya han hecho en
otros países. En España, sin ir más lejos, el gobierno de Rajoy aceptó las
condiciones impuestas y fruto de ello fueron los recortes sufridos por una
población que hoy es mucho más pobre que en 2008 y cuenta con unos servicios
públicos de muchísima menos calidad por las restricciones presupuestarias
impuestas desde Bruselas. Nuestra deuda es cuatro veces la deuda griega, pero
nos seguirán dando plazos y dinero si somos fieles observadores de sus
condiciones, aunque sea el pueblo quien haya de sufrir las consecuencias. A los
gobiernos “amigos”, aquellos que actúan bajo el poder de los especuladores
financieros, hay que apoyarles. Pero a aquellos que se resistan a aceptar el
mandato y se crean soberanos, han de sufrir el castigo de los dioses del
dinero, para que no cunda el ejemplo.
Rajoy se ha apresurado a afirmar
que esto es lo que le pasaría a España si Podemos gobernara el país. Le ha
faltado tiempo para difundir el guión que le han marcado desde el Eurogrupo.
Pero se olvida, como se olvidaron en el caso de Grecia, que las medidas de
recortes impuestos por la troika y bendecidas por el PP, han hecho un daño
terrible a una amplia base social de europeos, que no están dispuestos a
sucumbir a cualquier precio para permanecer a un club que nunca fue diseñado
para ellos.
Habrá que buscar otras
alternativas. Seguro que las hay y las encuentran. Pero mientras tanto, el
pueblo griego está llamado a referéndum para decidir, cosa que da grima a los
que gobernaron a golpe de recortes por decreto. La democracia es un sistema muy
sano, pero ojo, si no les gustan sus resultados no dudarán en obstaculizarla
por todos los medios. Legales, claro.