Si las altas temperaturas del
inaugurado verano amenazan con derretirnos, hemos de prepararnos para un Otoño
Caliente en lo político, que nos someterá a un bombardeo de posibilidades y
opciones de cambio que, cuando menos, será interesante observar.
Se retiran a sus escuelas de
verano, universidades y campus, los sesudos de los partidos para analizar las
jugadas, tácticas y estrategias a poner en marcha a más tardar a finales de
agosto. Hay quien se atreve a asegurar que Rajoy tiene escondida en la manga la
convocatoria anticipada de elecciones generales para el 27 de septiembre,
condenando a la oscuridad las autonómicas catalanas. Para ello, tendría que
disolver las cámaras en el mes de julio, con lo cual saldremos de dudas en los
próximos días.
Lo más probable es que vayamos a
las urnas a finales de noviembre, eso sí, con unos presupuestos 2016 aprobados
por el rodillo popular que obligará al nuevo gobierno a las típicas
modificaciones presupuestarias para cambiar algunas políticas públicas.
Mientras el PP se enzarza en sus luchas internas tras los pésimos resultados de
Andalucía, autonómicas y municipales, el PSOE intenta sacar pecho tras el peor
resultado de su historia desde que las urnas volvieron, amenazados ahora por la
imputación en los ERES de Andalucía de dos de sus presidentes y dos consejeros.
El verano es posible que les ayude a suavizar el impacto, pero no cabe duda que
los viejos partidos están en la UCI desde las europeas del año pasado.
Los llamados “emergentes”,
Podemos y Ciudadanos, aprovechan la situación para ir ganando músculo. Se
enfrentan a la posibilidad de ser gobierno o de decidir el mismo, con lo cual
han de prepararse a fondo para obtener resultados ganadores. Ciudadanos debe
aclararse en sus políticas de pactos, pues en municipales y autonómicas ha
jugado a varias bandas, cosa que no ha gustado a sus nuevos votantes. Ha
apuntalado básicamente al Partido Popular y eso puede traerle consecuencias
negativas en las generales.
Por su parte, Podemos, debe
aprovechar la frescura de las candidaturas ciudadanas y los avances obtenidos
en Cataluña, Galicia, Valencia y Madrid, para impulsar un proyecto lo más
amplio posible, si quiere de verdad ser alternativa de gobierno y no un mero
soporte del PSOE. El pueblo no quiere ser utilizado para las opciones de
cambio, quiere cambio. Por eso habrá que ser muy cuidadoso en lo que se
traslada a los electores para evitar caer en la simplona manipulación de
siempre.
Equo se perfila como la opción
alternativa más consolidada y su apuesta por la confluencia ha sido muy bien
valorada en las municipales y autonómicas. Un partido verde que ha ido calando
en la opinión pública cada vez más concienciada sobre la importancia y
necesidad de la ecología en política.
Así las cosas, el verano y las
vacaciones vienen a darnos un “tiempo muerto”, que hemos de aprovechar para ir
reflexionando sobre las distintas opciones, antes de llegar al otoño caliente
que nos espera.
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