Aliados los
interesados en destacar la pésima situación política, social y económica de
Venezuela en la campaña electoral española, PSOE, Ciudadanos y PP, atacan de
forma virulenta a este país, resaltando las semejanzas y peligros que
entrañaría para el nuestro que PODEMOS
implante un régimen bolivariano que nos lleve a la miseria y a un recorte
democrático.
Muchos de
estos críticos no sabían hace unos días localizar a Venezuela en el mapa y
muchos de ellos, sobre todo en las filas del PP y PSOE, miraban para otro lado
cuando hace veinte años el país caribeño estaba siendo saqueado por los
opulentos manteniendo en la más severa de las miserias a la mayoría de la
población venezolana.
No seré yo
quien defienda la situación actual de Venezuela ni a su Presidente Maduro. Antes bien, me encuentro entre los
que analizando la situación piensa que las cosas deben hacerse de otra forma en
el país y apuesto por un diálogo sincero que devuelva a soluciones pactadas el
devenir de los venezolanos. Pero atacar a Venezuela como lo están haciendo
nuestros ilustres y cultos políticos, me saca de quicio.
Hasta el
gobierno en funciones ha convocado el Consejo de Seguridad Nacional (que hasta
ahora estaba reservado a momentos álgidos del terrorismo nacional e
internacional) para abordar, incomprensiblemente, el caso de Venezuela. Albert
Rivera se ha plantado en Caracas para hacer su rueda de prensa y echar unas
lagrimitas y el PSOE aprovecha la jugada para seguir metiendo los apodos de
bolivarianos a las filas de Podemos.
La situación
de violación de derechos humanos, a nivel internacional, es bastante grave como
para olvidarnos miserablemente del gran número de países que sistemáticamente
incumplen los mismos, centrándonos exclusivamente en un ataque brutal a la
situación en Venezuela. Con estrategias electorales de asusta viejos, han
organizado un despliegue mediático para meter en campaña a Venezuela ante el
temor al avance de la fórmula de Unidos Podemos. El resto de los países donde
se violan los Derechos Humanos no les importan, ni siquiera conocen sus
nombres. Su único interés es desviar la atención para conseguir un puñado de
votos ocasionados por el miedo.
Por suerte, la
ciudadanía española ha ido madurando en estos tiempos de democracia y sabe
analizar que en pérdida de derechos fundamentales: Laborales, Sociales y de
Libertad de Expresión, España ha perdido
muchísimos enteros en los últimos ocho años, gracias a la estafa de la crisis.
Por más que se empeñen en incorporar a Maduro a la campaña electoral
asimilándolo a Pablo Iglesias, lo único que conseguirán será el desprecio de
los electores españoles, por manipuladores y mentirosos.
Dicho esto,
señalar que Venezuela necesita un repaso, una especie de reseteo de ordenador,
donde entren en juego propuestas de entendimiento y compromiso de avance
conjunto de una sociedad actualmente polarizada. Pero eso, o se denuncia de
forma global en todos los países del mundo que se encuentran en similar o peor
situación o formará parte del esperpento de nuestros mediocres políticos.
F
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