Estos desplazamientos pueden
darse a nivel interno de un determinado Estado o saliendo del país habitual de
residencia. Cada una de las opciones tiene sus peculiaridad. A nivel interno de
los países, los desplazamientos de personas suelen producirse del campo a la
ciudad, abandonando la vida en lo rural y fundamentalmente los cultivos
agrícolas y ganadería que de forma habitual constituían la subsistencia de los
ahora desplazados. Con la llegada de cada vez más personas a las ciudades, nos
encontramos con la saturación de los servicios básicos, creándose grandes
bolsones de pobreza y miseria en urbes cada vez mayores.
Si el desplazamiento se produce
hacia el exterior, habríamos de distinguir entre países cercanos o limítrofes,
o hacia países lejanos (otro continentes) por efecto llamada o reagrupamiento
familiar. La salida a otros países suele llevar anexa la dificultad del idioma,
de las costumbres, de la preparación para realizar determinados trabajos y,
sobre todo, un alto nivel de discriminación que en determinados lugares suele
parecerse más a una esclavitud tácita que a una acogida.
Sea como fuese, la figura de los desplazados o
refugiados por motivos climáticos o bélicos, han adquirido un nivel preocupante
en lo que llevamos de Siglo y amenaza con convertirse en uno de los fenómenos
más importantes al que tendremos que prestar desde la comunidad internacional
la atención debida. Mientras en el mundo occidental la natalidad se congela y
el crecimiento poblacional se acerca mucho al cero, millones de personas
necesitan un nuevo espacio para vivir, para rehacer la esperanza perdida en un
Planeta que le viene aplicando una hostilidad creciente.
Además de ello, y dentro del mundo
desarrollado, nos encontramos también con determinadas zonas y regiones que
sufren de sequías o inundaciones, tanto ciudades como áreas de cultivo y
ganadería que se verán obligadas a cambiar de rubro productivo, incluso en
muchos lugares a abandonarlos de forma definitiva. Estas situaciones no son
pronósticos más o menos predictivos sino que ya se están produciendo en
diversos países europeos, entre ellos el nuestro.
Por lo tanto, se hace necesario
el diseño de un plan internacional, traducido a cada uno de los países y
regiones, que configure un nuevo mapa poblacional y tenga prevista la movilidad
de millones de personas en los próximos años. Si no avanzamos en estos diseños
nos encontraremos con un alto nivel de improvisación en las respuestas, poniendo
en peligro la vida tal y como la conocemos hoy día y no solo de las personas
obligadas a la situación de refugio o desplazamiento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario