DERECHOS HUMANOS EN BOLIVIA.
He leído, con sorpresa, un
artículo publicado en el diario El País (España) titulado “Las Trampas
autoritarias de Evo Morales”, con fecha 10 de diciembre, Día Internacional de
los Derechos Humanos, firmado por Javier El-Hage, como Director Jurídico de
Human Rights Foundation. Resulta preocupante que el autor no haga ni una sola
referencia a los logros que en materia de Derechos Humanos fundamentales han
progresado en Bolivia adecuadamente bajo los mandatos del presidente Morales y
centre toda su crítica (adornadas con algunas falsedades) en las triquiñuelas
del Presidente para conseguir presentarse a la reelección en 2019.
Resulta paradójico que esta
organización de Derechos Humanos se esté centrando en atacar despóticamente a una
serie de mandatarios por el simple hecho de no responder a los cánones de los
intereses del capitalismo financiero internacional. Bolivia, en su recorrido
histórico, es reconocida en dos periodos: La de antes de Evo Morales y la de
después. Le recordaremos al señor El-Hage la de antes, ya que parece que no le
han informado.
Sumidos en una pobreza extrema, los bolivianos, en su mayoría indígenas, vivían además una situación prácticamente de apartheid. Ser indio, además de ser pobre, implicaba pertenecer a ese eslabón social de casta inferior, los sin acceso, alejados de la Educación, los servicios básicos de Salud, de las opciones de progreso y crecimiento. Una minoría blanca (casi siempre en el gobierno) gobernaba para los blancos y la exigua clase media mestiza, pero nunca para la población indígena mayoritaria.
Los peores empleos estaban
destinados a los indígenas, recortados sus derechos de acceso a lo público y
sintiendo en el día a día el desprecio de las élites dominantes en la política,
la economía, la cultura, las costumbres, etc. Hoy día, después de doce cortos
años de un gobierno distinto, que coloca en primer lugar a las clases más
populares, podemos decir que en Bolivia se ha recuperado la Dignidad de los
muchos manteniendo un respeto en el avance de todo el país.
Situar la cuestión de la
posibilidad de volver a presentarse a la reelección del presidente para
desacreditar la labor realizada en bien de las mayorías durante estos años, es
simple y llanamente, una torpeza impropia de una Fundación que dice dedicarse
al respeto y cumplimiento de los Derechos Humanos. He de recordarle al Sr.
El-Hage que en más de la mitad de los países del mundo la reelección es de
carácter indefinido, sin ir mas lejos en el mío, España, donde el actual
presidente se niega en rotundo a reducir los mandatos a dos y puede ser
reelecto indefinidamente. Todos los gobernantes intentarán, de una forma u
otra, mantenerse en el poder el mayor tiempo posible y aunque
constitucionalmente esté establecido, se puede cambiar la constitución o como
en el caso de Bolivia recurrir ante el tribunal constitucional para hacer
posible la presentación a un tercer mandato.
Desilusiona ver en manos de
quienes están las organizaciones de defensa de los Derechos Humanos a nivel
internacional, cuando como en este caso acusa al Presidente Morales de
“derrocar” al anterior presidente Sánchez de Losada, pues bien sabe que es
rotundamente falso.
Las críticas al gobierno de
Morales hay que realizarlas en base a la labor de gestión, lo que se ha hecho
bien y lo que se ha hecho mal, lo que se puede mejorar y lo que se puede
replicar. Centrar en un día como hoy la máxima descalificación de Bolivia por
el hecho de la posibilidad de reelección es cuanto menos ruin, enjuto y
malintencionado. Menos mal que reconoce el autor que en Bolivia existe la
oposición política y que está puede ganar las elecciones. Pues para eso no hace
falta ser director en ninguna organización de Derechos Humanos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario