A mí lo de que me
levanten el espíritu nacional para defender no se qué determinados intereses
nunca me ha gustado. Intentar presentar a los españoles que REPSOL es una
empresa modelo a la que hay que defender a capa y a espada está muy bien como
estrategia de una España en crisis a la que hay que dar algo para entretenerse
y motivarse, pero a poco que uno rasca un poquito en los datos empieza a
conocer entramados que se alejan mucho del buen hacer de la compañía.
Según la diputada argentina
Elisa Carrió, en mayo de 2010 La Caixa ordenó a Antonio Brufau, Presidente de
Repsol, que fuera desmantelando su presencia en Argentina por la inseguridad
que significaba la inversión, porque ya se habían obtenido suficientes
beneficios y porque había recibido opciones de compra de un paquete del 25% de
las acciones por parte de algunos de los gobernadores del país patagónico.
Desde ese momento las
reinversiones de REPSOL en la Argentina prácticamente se paralizaron, iniciando
un juego bursátil sobre el valor de la acción a sabiendas de que más tarde o
más temprano la venta estaba garantizada. La idea base era llegar a un precio
en la acción que permitiera también obtener beneficios en el proceso de venta.
De otro lado, los
movimientos que inician en el país los gobernadores de los territorios donde
opera YPF/REPSOL, suben todas las alarmas de que el proceso nacionalizador o de
expropiación se ha iniciado. Se trataba de una escalada en las trabas, en las
dificultades para la compañía que fueran subiendo el grado de inseguridad para
la propia empresa y que culminara con la intervención por parte del estado
argentino. Con ello se pretendía la bajada en el valor de la acciones de REPSOL
para así conseguir su compra por un precio más moderado.
En esta última fase del
proceso es cuando entra en juego la propia presidenta de Argentina, Cristina
Fernández, conocedora de todas las estrategias sobre la compañía. Un último
empujón mediático y político, para acelerar la bajada en bolsa. Brufau sabía
que contaría con el apoyo del gobierno español en defensa de los intereses de
las empresas españolas en el exterior (sea cual fuera el gobierno) decidiendo
echar un pulso a las intenciones expropiatorias del gobierno argentino.
En medio del proceso
aparecen (cómo no), los chinos, que están detrás de la alternativa de futura
explotación, sobre todo en los nuevos yacimientos, con ofertas suculentas de
regalías para las provincias beneficiadas y sus gobernadores. Con ello se
cierra el círculo y las incógnitas. Un entramado de intereses económicos,
políticos y geoestratégicos, demasiado alejados de nuestra realidad como para
poder manejarlos.
Como en todas las
cuestiones se pueden dar varias versiones del asunto pero sería bueno para la
transparencia en estos momentos convulsos que nos contaran toda la verdad, por
si hay que salir con la bandera española a las calles que sepamos por qué lo
hacemos.