miércoles, 4 de abril de 2012

LOS PRESUPUESTOS Y ANDALUCÍA


Es posible que muchos nos hayamos preguntado el por qué del retraso en la presentación de los presupuestos generales del estado hasta después de las elecciones en Andalucía. Vistas las cuentas de los mismos, podríamos pensar que poco hubieran influido en la decisión de los votantes andaluces de haberse presentado antes, pero la realidad es bien distinta. Veamos por qué.

Ya no cabe ninguna duda de que el Partido Popular en el gobierno tenía una cifra que podría bailar en los presupuestos dependiendo de quién ganara las elecciones en Andalucía. Si se hubiese dado el gobierno del PP en Andalucía las cifras para la comunidad serían unas y si los socialistas consiguen mantener el poder, las cifras serían otras.

Este es uno de los elementos manejados desde el Gobierno de Rajoy y desde la estrategia del Partido Popular en su política basada en la premisa del poder como  interés de partido y no de los intereses de los ciudadanos.

Andalucía mantiene en su Estatuto de Autonomía (al igual que el catalán) que la inversión estatal será equivalente al peso de la población andaluza sobre el conjunto del Estado. Manteniendo dicho criterio en los presupuestos generales debería figurar el 17’8% de inversión, mientras que las cifras finales muestran para Andalucía un 14’6%, es decir, 3’2 puntos menos, lo que viola el cumplimiento estatutario.

Lejos de pensar, como hace el PSOE, que Arenas hubiera callado ante esta medida, lo que realmente estaba previsto era respetar el porcentaje que realmente corresponde a Andalucía recortando de otras partidas, pero al no ganar el PP la inversión se fija en 1.851 millones de euros, castigando de esa forma a los andaluces por su mala cabeza.

Ambos partidos PPSOE hacen lo mismo siempre a la hora de dibujar el mapa de inversiones en los territorios del Estado, fijando sus objetivos en intereses partidistas mirando al calendario electoral y castigando al adversario, olvidándose de los ciudadanos a los que van destinados los fondos y acrecentando así el desprecio de los mismos por este sucio juego político.

El PSOE hizo lo mismo con Cataluña al perder el tripartito el gobierno y ahora el PP castiga a Andalucía y premia a Galicia y País Vasco próximos escenarios electorales donde hay que obtener buenos resultados.

Los andaluces ya estamos hartos de la manipulación de unos y de otros, de servir de moneda de cambio en los intereses partidistas y que nunca primen los intereses del servicio público a los ciudadanos. Cansados de ser considerados gente manipulable sobre la que recaen los males de las políticas estratégicas de turno.

Han conseguido que la abstención sea brutal en las elecciones andaluzas porque a ellos lo que les interesa no es la participación sino el porcentaje que le asigne más o menos parlamentarios y les encanta que el 40% pase de ir a votar. Pero eso puede cambiar y poner a cada uno en su sitio cuando los andaluces se den cuenta de que permanentemente se nos manipula por los intereses de una casta política rancia, obsoleta y vividora.

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