lunes, 16 de abril de 2012

REPSOL EN ARGENTINA



A mí lo de que me levanten el espíritu nacional para defender no se qué determinados intereses nunca me ha gustado. Intentar presentar a los españoles que REPSOL es una empresa modelo a la que hay que defender a capa y a espada está muy bien como estrategia de una España en crisis a la que hay que dar algo para entretenerse y motivarse, pero a poco que uno rasca un poquito en los datos empieza a conocer entramados que se alejan mucho del buen hacer de la compañía.

Según la diputada argentina Elisa Carrió, en mayo de 2010 La Caixa ordenó a Antonio Brufau, Presidente de Repsol, que fuera desmantelando su presencia en Argentina por la inseguridad que significaba la inversión, porque ya se habían obtenido suficientes beneficios y porque había recibido opciones de compra de un paquete del 25% de las acciones por parte de algunos de los gobernadores del país patagónico.

Desde ese momento las reinversiones de REPSOL en la Argentina prácticamente se paralizaron, iniciando un juego bursátil sobre el valor de la acción a sabiendas de que más tarde o más temprano la venta estaba garantizada. La idea base era llegar a un precio en la acción que permitiera también obtener beneficios en el proceso de venta.

De otro lado, los movimientos que inician en el país los gobernadores de los territorios donde opera YPF/REPSOL, suben todas las alarmas de que el proceso nacionalizador o de expropiación se ha iniciado. Se trataba de una escalada en las trabas, en las dificultades para la compañía que fueran subiendo el grado de inseguridad para la propia empresa y que culminara con la intervención por parte del estado argentino. Con ello se pretendía la bajada en el valor de la acciones de REPSOL para así conseguir su compra por un precio más moderado.

En esta última fase del proceso es cuando entra en juego la propia presidenta de Argentina, Cristina Fernández, conocedora de todas las estrategias sobre la compañía. Un último empujón mediático y político, para acelerar la bajada en bolsa. Brufau sabía que contaría con el apoyo del gobierno español en defensa de los intereses de las empresas españolas en el exterior (sea cual fuera el gobierno) decidiendo echar un pulso a las intenciones expropiatorias del gobierno argentino.

En medio del proceso aparecen (cómo no), los chinos, que están detrás de la alternativa de futura explotación, sobre todo en los nuevos yacimientos, con ofertas suculentas de regalías para las provincias beneficiadas y sus gobernadores. Con ello se cierra el círculo y las incógnitas. Un entramado de intereses económicos, políticos y geoestratégicos, demasiado alejados de nuestra realidad como para poder manejarlos.

Como en todas las cuestiones se pueden dar varias versiones del asunto pero sería bueno para la transparencia en estos momentos convulsos que nos contaran toda la verdad, por si hay que salir con la bandera española a las calles que sepamos por qué lo hacemos.

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