Mientras los
Estados se empecinan en fortalecer los nacionalismos y levantan barreras cada
vez más infranqueables, la conciencia de que somos planeta avanza en todos los
órdenes de nuestra vida. Los efectos del cambio climático nos sitúan por igual
ante una apuesta global que hemos de abordar con prontitud y energía; la
pobreza y la desigualdad mundial es un problema de la humanidad a la que
pertenecemos y no solo de los países que la sufren; la alimentación, la
educación y la salud de todos los habitantes del planeta deben ser asunto
global; el cuidado y sostenibilidad de la Tierra debe ser garantía para las
generaciones futuras.
Cada día
sentimos con mayor nitidez la necesidad de abordar las cuestiones globales
desde posicionamientos comunes. Lamentablemente, la división en Estados
condiciona en todos los niveles las posibilidades de avance como sociedad
planetaria. Naciones Unidas sigue sin cumplir un papel de Gobierno Global,
viéndose condicionada permanentemente por los intereses económicos de las
multinacionales que presionan a sus respectivos gobiernos en interés propio. Es
obvio, que prima más el control sobre las materias primas, los hidrocarburos,
minerales, aguas y el negocio de las guerras, que la necesidad de caminar
juntos hacia un mundo mejor.
Tenemos
pendientes como humanidad muchos retos: acabar con la desigualdad económica,
social, de género, política y de derechos civiles; poner punto final a la
contaminación de la Tierra; cuidar cauces y ríos, bosques y océanos; hacer
sostenible el desarrollo mundial en armonía con el resto de seres vivos;
trabajo digno, vivienda, agua, electricidad, salud y educación. Pero está claro
que el sistema que nos hemos dado a nivel mundial no funciona. Establecer
líneas fronterizas que nos separan en todos los órdenes solo sirve para que se
sostenga un modelo financiero y económico internacional, que exclusivamente
vela por sus intereses para obtener utilidades.
Es hora de
darle una repensada a estructuras internacionales que asuman realmente el caminar
juntos en la resolución de los principales problemas que nos afectan. Mientras
que nos entretengan con los temas domésticos nacionales, regionales o locales,
la globalización económica vencerá en todos los órdenes, convirtiéndonos en
meros espectadores de nuestro paso vital mientras desde sus laboratorios
maquiavélicos nos dibujan el mundo y un escenario para que cada quien cumpla el
papel preestablecido.
Hemos de tomar
conciencia global de que Somos Planeta y que todo aquello que ocurra en el
mismo nos afecta por igual. Actuar localmente, pensando en la globalidad. O nos
salvamos todos o perecemos todos. Cuando analicen en siglos venideros nuestro
actuar como especie nos darán un suspenso general por no haber entendido
nuestra pertenencia planetaria.
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