sábado, 20 de febrero de 2016

EL CAMBIO EN BOLIVIA

Después de 10 años de gobierno de Evo Morales en Bolivia, el país se enfrenta a un referéndum  constitucional que pretende alargar las posibilidades de mandato presidencial. Aquellas personas que no quieran reconocer que la transformación y el cambio en Bolivia han sido espectaculares, o no conocían previamente la situación o, simplemente, utilizan argumentos interesados para catapultar otras propuestas políticas con una miopía galopante.

Bolivia ha cambiado radicalmente, es decir, desde la raíz, con la aplicación de toda una batería de propuestas económicas y sociales que han conseguido la integración política, económica y social de un pueblo, mayoritariamente indígena, que había sido desplazado y marginado por siglos. El Estado, actuando como agente de transformación social, ha garantizado toda una serie de procesos y derechos que sitúan hoy a Bolivia en mejores condiciones para salir de la pobreza, hacer viable la equidad e ir eliminando definitivamente las diferencias étnicas que atenazaban al país.

Reconociendo todo ello, no puedo dejar pasar la crítica a ciertos elementos y estructuras del cambio que, o bien no han funcionado debidamente, o todavía no han conseguido calar en la población boliviana. Los gobiernos de Evo Morales han cometido muchos fallos, algunos frutos de su inexperiencia, otros relacionados con personas que se acercaron a la propuesta política para obtener réditos personales y otros motivados por la propia personalidad del mandatario que a veces se pasa de frenada.

Es posible que los detractores a ultranza del modelo social acusen a Evo Morales de intentar perpetuarse en el poder mediante la reforma constitucional que se vota el domingo 21 de Febrero. Pero esa acusación carece de fundamento, toda vez que las elecciones presidenciales son las que ponen y quitan Presidentes, no el hecho de que pueda haber o no reelección. Les recuerdo que en la mayoría de estados europeos, incluido España, no hay limitación de mandatos y no ocurre absolutamente nada, las presidencias van cambiando o no en las elecciones presidenciales.

Aquellos que pretenden cercenar la posibilidad de la reelección en Bolivia están apostando por tomar atajos para conseguir las alternancias de gobierno. Quizás frustrados por el apoyo que ha mantenido Evo Morales soñaban que la limitación de mandatos acabaría con la fortaleza de un líder apoyado por la mayoría de la población. Deberían revisar sus estrategias y preguntarse por qué la población no les apoya a ellos y dejar de utilizar el cambio constitucional como arma electoral para obtener sus resultados. Ganar a Evo Morales en unas elecciones presidenciales es posible y a ello deberían reorientar sus trabajos, sin buscar trochas ni triquiñuelas.

De los resultados del referéndum podremos obtener algunas lecturas. La primera, sin duda, si el actual mandatario continúa teniendo o no el apoyo de la población. La segunda, el nivel de participación de los bolivianos en la consulta, como dato para medir el compromiso con la reforma. Por último, una lectura sobre las posibles alternativas que se plantean de cara a las elecciones de 2019, ya que actualmente no hay ninguna cabeza visible que referencie una alternancia a Evo Morales. Así que observaremos con atención el voto de los bolivianos.



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