En Europa son muchos
los países que viven en permanente tensión entre ciudadanos y estado debido a
los recortes en las prestaciones básicas del llamado Estado del Bienestar que
está siendo pulverizado por las medidas anti crisis impuestas desde Alemania y
Francia. Nos esperan graves disturbios callejeros, multitud de manifestaciones,
huelgas generales, aumento de la inseguridad y un sinfín de movilizaciones que
pueden dar lugar a mayores grados de represión gubernamental.
El conflicto en Oriente
Próximo está servido, sólo falta indicar día y hora para que estalle en mil
pedazos. La situación en Siria expandirá a otros países como Líbano (incluso
Jordania) la inseguridad en la zona y habrá estallidos graves de violencia. A
ello hay que sumar la inestabilidad generada contra Irán, no sólo a cuenta de
su producción nuclear sino por su fuerte presencia militar en la zona, con un
amenazante Israel y las primaveras verdes no cerradas con el suficiente grado
de sutura ni en Egipto ni en Libia.
Al otro lado del
Atlántico, la situación a cuenta de las Islas Malvinas no se presenta
precisamente calmada. Varios países de la Comunidad de Estados Latinoamericanos
y del Caribe (CELAC) apoyan a Argentina y considerarán como una agresión propia
la que pudiera realizarse sobre el país de la Patagonia. Reino Unido continúa
en sus trece de no ceder ni un metro de terreno ni aguas territoriales (lo
mismo que con Gibraltar) corriendo el peligro de repetirse situaciones
anteriores que no descartan una guerra en la zona.
Los conflictos en Irak
y Afganistán, lejos de estar cerrados abren cada vez nuevas brechas de
inseguridad implicándose Pakistán y otros países fronterizos en lo que podemos
denominar intentos fallidos de la comunidad internacional para solucionar ambas
crisis.
Si a ello unimos la
inseguridad en Centroamérica y México, provocada por los movimientos de los
cárteles y los zetas, que han convertido la zona en el área más peligrosa e
insegura del globo, podemos comenzar a afirmar que esta amalgama de conflictos
puede ocasionar un fuerte deterioro de la seguridad mundial.
Algunos analistas
norteamericanos ya presentan la situación como de pre-guerra mundial no
declarada, con conflictos internacionales de baja intensidad, sin descartar que
varias empresas multinacionales de armamento, municiones y pertrechos
militares, hayan diseñado toda una estrategia internacional que garantice un
incremento en los niveles de tensión mundial.