jueves, 16 de febrero de 2012

TENER AMPLITUD DE MIRAS.


La política española sigue secuestrada por el bipartidismo ahora alternando en el poder el Partido Popular. Me da la impresión en estos primeros meses de gobierno que no hemos cambiado de régimen, que seguimos instalados en el mismo, aunque gobernados por la otra cara de la misma moneda.

Y aunque los ciudadanos de momento observan con expectación cuáles serán los siguientes pasos, un poco para auto convencerse de que eligieron bien el 20 de Noviembre quitando a los socialistas, van perdiendo poco a poco las ilusiones de que la política pueda cambiar realmente en España.

Y no va a cambiar porque la instalación en el poder tiene eso en estos dos partidos que juegan a ser partidos de poder, el poder que una vez obtenido se convierte en un fin en sí mismo para ser mantenido. Dejando lejos a los ciudadanos, que como les han apoyado recientemente para asumir gobierno poco tendrán que decir.

Los representantes del bipartidismo del PP y del PSOE tienen asumido que esto de tener el poder va por ciclos y que basta sentarse unos años a esperar que el otro acumule suficientes errores como para regresar al poder. Cansan, de verdad cansan. Pero lo grave sigue siendo que continúan desencantando de la política y de la confianza en las instituciones públicas a los ciudadanos que decidirán alejarse de su obligación de votar.

En realidad esto es lo que persiguen los dos trasatlánticos de la política española, porque los ciudadanos críticos son molestos y cercenan sus ansias de poder por el poder. Ellos mantienen los escenarios en los que se mueven bien: el cortoplacismo, el pactismo, la componenda y la prebenda, porque saben que así podrán continuar estando arriba.

Es, por lo tanto, la ciudadanía la única con capacidad, responsabilidad e instrumentos para cambiar de una vez está ridícula situación. Uno de esos instrumentos es el voto, la capacidad de elegir, de colocar en el ejercicio de la responsabilidad pública a aquellas personas que no se alejen de la realidad ni de nuestros problemas para centrarse en los suyos como “casta política”.

Hemos de tener amplitud de miras para ser capaces de cambiar radicalmente nuestra representación política, otear el horizonte y recuperar la confianza en personas de partidos nuevos, que tienen en su ADN el no haber nacido para vivir de la política. Hemos de recuperar nuestra responsabilidad de ciudadanos comprometidos con los de todos, no regalando el voto, sino evaluándolo permanentemente, de forma continua, sin dejarnos engañar por los vividores que llevan en esto más de 30 años sin que les de vergüenza la situación en la que estamos.

Esa amplitud de miras es en la que confío para que en el breve plazo seamos capaces de recuperar el compromiso de los ciudadanos y ciudadanas de este país.

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