Que el aceite de oliva
español está en peligro no es ninguna novedad, pero conviene analizar los
últimos datos sobre dificultades a la exportación para concluir que se abre una
guerra sin cuartel a nuestra producción del líquido verde.
La producción media
anual de aceite de oliva español, supera las 800.000 toneladas, de las cuales
prácticamente la mitad son exportadas a Italia a granel, que se apropian de la
marca envasada, así como a Reino Unido, Francia y Alemania en envases
inferiores a 5 litros directamente a consumidores, restaurantes, tiendas, etc.
Fuera de la Unión
Europea, nuestro aceite de oliva se exporta fundamentalmente a Australia,
EE.UU, Brasil y Japón, apareciendo aquí el principal foco de inicio de una
batalla por la producción propia del aceite de oliva que puede generar un serio
desajuste en nuestra economía productora.
La plantación de olivos
ha ido creciendo a gran velocidad en Estados Unidos, Australia y, sobre todo,
Brasil, de tal forma que las producciones propias de aceite han aumentado y hoy
compiten a nivel interno reduciendo la necesidad de la exportación del aceite
español.
Las trabas que se están
poniendo a la entrada de nuestro líquido dan una muestra de lo que se pretende:
paralizar, detener y encarecer el valor del aceite de exportación español. En
el caso de Brasil, que está produciendo un aceite de oliva de alta calidad, se
han establecido controles y análisis de todos los aceites en sus laboratorios,
así como en Estados Unidos, que hacen demorar la entrada al mercado de los
aceites españoles.
Ya se ha dado el caso
de que tras meses de demora en los análisis y controles se hayan descartado
algunas partidas de exportación evitando su entrada en el país, siendo las
consecuencias para España, y especialmente para Andalucía, demoledoras:
encarecimiento del producto y bloqueo de las entradas en puerto, con la clara
intención de desacelerar las exportaciones en beneficio del consumo del aceite
de oliva local.
Si esta guerra se
consolida en nuestro mundo globalizado, dará como resultado que de la actual
producción de aceite español, del cual el 80%
se origina en Andalucía, van a dejar de exportarse en el corto plazo
unas 200.000 toneladas, cifra que puede llegar a las 400.000 toneladas al medio
plazo, lo que hundiría nuestra economía del sector y haría tambalear algunas
economías regionales como la andaluza.
Ante ello, las
autoridades españolas deberían poner en marcha con toda urgencia una nueva
estrategia de comercialización exterior del aceite de oliva, mirando hacia
China, India, Sudáfrica y Rusia, en busca de nuevos consumidores que permitan
mantener el nivel de producción actual. De lo contrario el campo del olivar
andaluz caería en picado y estrangularía nuestra economía en el sector
agrícola.
En lo referido a la
enorme rapidez en la que se mueven las producciones mundiales de aceite de
oliva, poniendo en peligro un rubro tan importante como nuestro aceite de
oliva, echo en falta una política de previsibilidad de nuestras
administraciones públicas, que andan entretenidas en lo suyo, mientras el
sector se ahoga a pasos agigantados.
4 comentarios:
Uno de nuestros grandes errores ha sido pensar que por producir más, sabemos mas que nadie de aceite. No somos buenos productores, nuestra calidad siempre ha sido mediocre, y nuestro olivar poco rentable. Ahora se están empezando a hacer cosas bien. Eso si, con retraso, como siempre.
Tenemos la oportunidad de hacerlo bien y mejorar mucho. Tenemos buenos expertos y gente capacitada. la pregunta es ¿queremos hacerlo o nos compadecemos una vez mas?
Prioritario, urgente, nos va la vida en esto. Los productos de calidad tienen que cuidarse al máximo. Pasa lo mismo con el turismo. No nos daremos cuenta de la importancia de este sector hasta que empiece a fallar y ya será demasiado tarde.
No le demos vueltas, como bien dice Paco vendemos "aceite de oliva", pero además de vocear no hacemos nada, los franceses ya impusieron la norma de que "champaña" solo era suyo, nos inventamos "cava"; mientras vendamos una marca blanca o miles de marcas "negras" nada cambiará.
Frente a esto el ministro está empeñado en solucionar los problemas de los agricultores con la subvención al almacenamiento privado; para que la defensa de una marca "aceite de oliva" recordar que el olivo da dos frutos en todo el mundo aceituna, en España olivas; saquemos punta a nuestras diferencias antes de morir produciendo.
de otro lado está la cada vez más frecuente "restricción técnica aduanera"; somos un país tremendamente liberal, en lo económico; tenemos pocas restricciones técnicas a las importaciones, cuando la OCM tiene una infinidad de multas a países miembros por este tipo de prácticas.
Por último y si hablamos de olivo no hay que olvidar los costos, competimos en un mercado globalizado y hay lugares en los que los costos son muy reducidos, pero no pensemos que solo fuera hacen las cosas más baratas; en Andalucía y en la misma provincia y en el mismo término municipal hay fincas intensivas (recolección mecanizada) y fincas tradicionales (recolección semimanual o manual); la diferencia es que si a una el costo de recolección es de 0,06-8€/kg a las otras les cuesta de 2 a 3 veces más; si tenemos en cuenta que hacen falta unos 5 kg de aceitunas, la diferencia está entre ganar dinero o no ganarlo... alguien tendrá que tomar alguna solución...
Gracias por explicar tan claramente un problema que está produciendo tal cantidad de bulos en la rumorología callejera que ya no sabe uno bien a qué atenerse. Por cierto, ¿podrías explicar lo que ocurre ahora con el almacenamiento privado?
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