Se acerca inexorable la
navidad y en muchas empresas se aprestan a celebrar la típica “comida de
empresa”. Lejos del disfrute de años anteriores, estas comidas se han vuelto
bastante trágicas debido, fundamentalmente, a las personas que ya no forman
parte de la empresa por haber sido despedidos y porque los que aún trabajan
penden del hilo de estar en la calle el año próximo.
Con la paga extra de
navidad anulada, muchísimas familias verán recortadas sus opciones de consumo,
regalos y fiestas, pesando como una losa la necesidad de ahorrar, o dejar de
gastar, en previsión de peores tiempos.
Varios millones de
personas están en una situación bien distinta a las anteriores. Su situación
económica ya es gravísima y es bastante difícil que lleguen, no a final de mes,
sino simplemente al día 10. Para este enorme colectivo las navidades van a ser
un grave suplicio viendo como se despilfarra en la costumbre festiva sin poder
acceder a lo más básico para alimentar debidamente a la familia.
Los bancos de alimentos
multiplicarán su actividad procurando que todas las familias tengan algo que
llevarse a la boca en tan señaladas fiestas, pero la demanda es tan fuerte que
posiblemente no den abasto. Encomiable labor la de los voluntarios que demuestran
su compromiso social tapando las miserias de un Gobierno insolidario y
privatizador.
Aunque cantaremos los
mismos villancicos de todos los años y nos divertiremos casi por imperativo
legal, la procesión irá por dentro y muchos estarán pensando qué será de ellos
el próximo 2013, si continuarán trabajando o se irán al paro, si sus hijos
podrán estudiar en la universidad, si podrán seguir pagando la hipoteca o, el
mejor de los casos, si podrán comprarse algo en las rebajas.
Construir un Estado de
miseria es tan fácil que las políticas restrictivas del gobierno del PP lo han
llevado a cabo en un año. No le han importado los daños colaterales: millones
de personas bajando peldaños de clase social, adornar con la infelicidad la
vida de todo un país en la ruina. Pero por suerte no hay mal que dure cien
años.
No vamos a dejar que
nadie ni nada nos amargue la navidad y, sobre todo, no vamos a dejar que estos
políticos ineptos, los de antes y los de ahora, vuelvan a gobernar este país.
De momento, a los Reyes Magos les he pedido carbón para el PP y el PSOE, por
inútiles.
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