Se acabó el periodo de los
Objetivos del Milenio (ODM), marcados por Naciones Unidas entre 2000-2015, y
entramos en una nueva planificación que tendrá el nombre de Objetivos para el
Desarrollo Sostenible (ODS), dentro del periodo 2015-2030. El proceso de
transición de ambas etapas se producirá en este año. Por un lado, se evaluarán
los objetivos conseguidos en los ODM y, por otro, se iniciará una redefinición
de los nuevos objetivos para los ODS.
A nivel global, podríamos decir
que los Objetivos del Milenio han conseguido avanzar en muchos de los aspectos
señalados, especialmente en lo relacionado con la Educación y la Salud, y que
han hecho agua en lo relacionado con la pobreza extrema y la redistribución de
la riqueza. También por zonas geográficas se ha avanzado de forma asimétrica.
Así en América Latina los impulsos han sido bastantes eficaces, mientras que en
África los avances han sido mínimos. Asía ha sido un reflejo de continuo avance
en su desarrollo económico, diezmado por los permanentes desastres
climatológicos y lejos también de acercarse a un punto óptimo en cuanto a temas
de igualdad, equidad y empoderamiento de la mujer.
Entrar en un análisis de cada uno
de los ODM y sus resultados durante estos quince años, obligaría a un extenso
estudio por regiones y países, cosa que ya está siendo terminada por la ONU con
el apoyo de los países donantes. Lo que convendría resaltar del momento de
transición en el que nos encontramos es la necesidad de definir los Objetivos
Post-2015, es decir los Objetivos para el Desarrollo Sostenible 2015-2030.
Preocupa sobremanera el
estancamiento de la situación en los conflictos de Irak, Siria, Sudán del Sur,
República Centroafricana, Yemen y Ucrania. También el agravamiento de la situación
en la República Democrática del Congo, Mali, Nigeria y los avances del Estado
Islámico, así como los efectos del Ébola en varios países africanos. Al mismo
tiempo, hemos de observar el crecimiento de la población mundial, su migración
del campo a las ciudades y el envejecimiento de la misma.
El asunto de la redistribución de
la riqueza sigue sin resolverse. Los ricos son cada vez más ricos y los pobres
son cada vez más y más pobres. Se da un repunte en una tímida clase media en
América Latina, mientras que en África aumenta el sector de pobreza extrema o
pobreza media. La gestión de los recursos nacionales debe ser observada como
una de las grandes batallas en este nuevo periodo.
Naciones Unidas aprobará los ODS
en la Asamblea General de septiembre, pero previamente se celebrará en Etiopía
la Conferencia Internacional de Donantes en Julio de este año. Han de
multiplicarse los recursos para lograr avances serios en los ODS, pero además
de los recursos económicos de la Ayuda Oficial al Desarrollo, han de entrar en
juego medidas serias para la mejora de la gobernabilidad, aplicación de
políticas públicas que coloquen en sus agendas la eliminación de la pobreza y
acciones diplomáticas y de control que garanticen el éxito de la aplicación de
los fondos y cumplimiento de objetivos.