sábado, 7 de febrero de 2015

ENFRIAMIENTO GLOBAL.


La crisis del petróleo, con la bajada de los precios del barril a 45 dólares, ha puesto en solfa las economías petrodependientes del globo terráqueo. Acostumbrados a tres lustros de bonanza, que han permitido a los estados productores sanear sus economías y crecer en torno a un 4-5% sostenido, ahora se encuentran en una situación real de enfriamiento de sus ingresos, lo que repercutirá en serios recortes de los servicios públicos hacia los ciudadanos.

Aunque la bajada de los precios afecta de desigual manera a los países productores, dentro y fuera de la OPEP, a nivel global la economía sufrirá un freno espectacular. Mientras Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait y Qatar, apenas sufrirán por un prolongado periodo con estos precios, países como Argelia, Venezuela, Ecuador, Angola, Nigeria o Libia, sitúan en grave peligro sus ingresos para soportar el gasto social, lo que puede traer consecuencias en sus propios Planes Estratégicos de Desarrollo.

A pesar del aumento del consumo por la bajada de precios del gas y el carburante, nunca llegarán a obtener los ingresos de otrora, estimándose la duración de esta situación al menos hasta 2020. Muchas de las políticas públicas que se han puesto en marcha en los países citados como afectados, serán puestas en cuestión al no contar con fondos para cubrir el gasto. De igual modo, el gasto social, que va desde los subsidios para los precios de productos básicos (pan, leche y carne), en alguno de estos países se verán obligados a eliminarlos. Ambas afectaciones pondrán en serio peligro la situación de “paz social”, que por ejemplo se ha vivido en Argelia, Indonesia o Nigeria. Gravísimo el efecto sobre la economía de Venezuela e Irán.

Otros países, como es el caso de Ecuador, han ido incorporando a sus políticas económicas una diversificación que ayudará a paliar los efectos de la bajada del precio del petróleo. Sus inversiones en Turismo, Desarrollo Agropecuario e Industrial, permitirán al gobierno ecuatoriano reducir el enfriamiento de su economía, al menos sin recortes drásticos para la población. Países como Bolivia, Argentina o Brasil, sufrirán una merma importante en sus ingresos, dañando sus posibilidades de crecimiento en los próximos años.

Así pues, la derivada de los precios bajos del barril de petróleo, provocará un enfriamiento global de la economía mundial, que tendrá serías repercusiones en el avance social de muchos países y estancará procesos de desarrollo iniciados recientemente. Esperemos que los gobiernos aprenda la lección y, como en el caso de Ecuador, pongan en marcha planes diversificados de desarrollo económico, no dependiente de los hidrocarburos (al menos en exclusividad), para sortear crisis venideras. En época de vacas gordas han se saber planificar para la de vacas flacas.



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