martes, 31 de mayo de 2011
TENGO LA SOLUCIÓN
Rubalcaba se dejó caer ayer, en su presentación ante los medios en la sede del PSOE, con un discurso ganador que basaba en dos hechos fundamentales. Primero que el se siente vencedor en las próximas elecciones generales y, segundo, que tiene un programa lleno de propuestas para solucionar la grave situación que vive la población española.
A lo primero se le contestará en las urnas, pero llama la atención lo segundo. Una persona que continúa acumulando tres cargos importantes del gobierno: Vicepresidente, Portavoz y Ministro del Interior, que ha acompañado, apoyado, defendido, las políticas de Zapatero en los últimos siete años, siendo uno de sus soportes fundamentales, ahora lanza un discurso hacia la galería indicando que el tiene la solución para los problemas de España.
Insultar al intelecto colectivo se ha convertido para los partidos clásicos de este país en un deporte cada vez más practicado, pero llega ya un momento en que comienza a generar una indignación irrefrenable. Las preguntas que surgen ante la afirmación del nuevo candidato socialista, que lleva en política más años Jordi Hurtado en saber y ganar, son varias:
Si los socialistas tienen un programa de propuestas ilusionantes para presentar a las elecciones, ¿por qué no lo han puesto en práctica en estos siete años de gobierno?, ¿es que quieren dosificarnos a los españoles la ilusión y la esperanza? ¿es que sabían lo que hacer pero no querían hacerlo por intereses estratégicos de los tempos políticos?.
¿Cómo un responsable político de alta jerarquía se atreve a decir: sé lo que hay que hacer y se lo voy a ir entregando en fascículos para que todos los españoles conozcan nuestras propuestas?. ¿Es que piensan que esto de la política no tiene que ver con la solución a los problemas de la comunidad y por eso desgranan su margarita interesada según corren los datos de las encuestas?.
Zapatero ha dejado en evidencia que es el presidente peor valorado por los españoles, por su falta de talento (aunque haya presumido de talante), pero sobre todo por su continua improvisación en la adopción de medidas clave para salir de la crisis. Y ahora nos encontramos con un sustituto designado por el soviet supremo de los socialistas, que lo primero que nos suelta es que el tiene un programa ilusionante y con medidas realistas para superar la situación y que sin duda será apoyado por una mayoría amplia de los votantes españoles.
Cuando la falta de previsibilidad de nuestro gobierno nos han hundido en la inercia de la improvisación, por fin contamos con una propuesta que nos sacará del atolladero, eso sí avalada por un candidato socialista que es corresponsable de la gestión de su partido al frente del gobierno. Amenaza Rubalcaba con explicarnos por todos los rincones del país sus propuestas. Ya podría dimitir de sus cargos en el gobierno para que no seamos los españoles los que tengamos que pagar sus gastos de desplazamiento para la propaganda socialista y continuar pagando sus retribuciones por tres tareas que llevará a cabo por teléfono.
De tanto insultarnos van a conseguir que les ignoremos totalmente, de tanto reírse de los ciudadanos van a obtener un rechazo masivo en las urnas que espero les haga reflexionar y salgan de una vez del concepto de Partido Institucional en el que viven instalados.
lunes, 30 de mayo de 2011
EL RECHAZO.
Los resultados del 22 M han sido calificados desde muchos analistas como de voto de castigo a la gestión socialista a nivel general y no tanto como apoyo al partido popular. Sin embargo, los votos para hacer visible ese castigo han ido mayoritariamente al PP, aunque otras fuerzas también han obtenido mejores resultados.
Ahora que se han cambiado de signo el control de muchos ayuntamientos, diputaciones y comunidades autónomas, muchas personas sienten cierto regusto amargo en la opción de su voto, porque siendo cierto que querían castigar a los socialistas (objetivo conseguido), se van dando cuenta que el apoyo dado al partido popular no es ninguna garantía de alternativa sino de alternancia, porque ambos partido juegan la misma baza del bipartidismo.
La opción ciudadana de cambiar las cosas está avanzando, poco a poco, hacia otra concepción de lo que debería ser la política, y saben absolutamente que el partido popular no es precisamente representante de esa otra forma de hacer política. Si en las urnas se ha rechazado con claridad al PSOE, cuando en las encuestas se pregunta por los líderes del PP reciben el rechazo de la mayoría de la población.
Es curioso que en esos sondeos de opinión y valoración de líderes sea Rosa Díez la política mejor valorada, que con sólo un escaño en el Congreso, se ha ido ganando la confianza de muchos ciudadanos y Unión, Progreso y Democracia entra en las quinielas como una opción clara y válida para plantear la alternativa necesaria para el avance de la democracia real en este país.
En las próximas elecciones generales y autonómicas en Andalucía, los ciudadanos van a aplicar otros criterios a la hora de emitir su voto. Ahora han rechazado a los socialista y han castigado sin paliativos su mala gestión. Cumplido el primero objetivo lo que toca es apostar por un verdadero cambio en la política española y saben que de eso el partido popular no entiende. Saben que juegan al quítate tú para ponerme yo, que ya han gobernado en este país, que han gobernado muchas comunidades autónomas, que llevan personas imputadas en sus listas, que cuentan con sector duro que no es nada de fiar, y que mantener el bipartidismo en España se ha convertido en una de las lacras del desarrollo democrático.
Por eso cobra vigor y fuerza que los resultados obtenidos por UPYD, sitúa esta opción política como la más interesante a la hora de dar un cambio total a los intereses creados y significa una opción de futuro para terminar con las viejas formas de entender la política. Ese tercer espacio que tanto necesita la política española, que plantee la regeneración democrática en serio, trasforme la administración pública del estado, reforme la Ley Electoral y haga viable una propuesta más simétrica del desarrollo autonómico español.
La ciudadanía sabrá valorar esta necesidad y de su voto de rechazo y castigo pasará a una opción real por el cambio en poco tiempo. UPYD es la alternativa necesaria.
sábado, 28 de mayo de 2011
OLLANTA O KEIKO: ELECCIONES EN PERÚ
EL próximo domingo cinco de junio, se celebrará en la República del Perú la segunda vuelta de las elecciones presidenciales a las que concurren los dos candidatos más votados en la primera del 10 de abril: Keiko Fujimori y Ollanta Humala.
Los últimos sondeos de opinión, publicados por empresas prestigiosas del ramo, muestran una ligera ventaja en la intención de voto hacia la hija de Alberto Fujimori, quien cumple condena de 25 años por delitos de lesa humanidad. El país se encuentra absolutamente dividido entre los dos candidatos y todo parece apuntar a un resultado muy ajustado para cualquiera de los presidenciables.
Los intelectuales peruanos rechazan de plano el regreso del fujimorismo, que marcara una década criminal. En un escrito suscrito por más de cien escritores e intelectuales peruanos, denuncian la década criminal del fujimorismo y muestran su apoyo a las formas democráticas de hacer política con el respecto a los derechos humanos, creyendo en el valor de la libertad, rechazo a la criminalidad y a la violencia de estado. Desde Bryce Echenique, Grecia Cáceres, Luis Freire, hasta Mario Vargas Llosa, han manifestado su respeto al juramento realizado por Ollanta Humala de respetar esos derechos y cumplir fielmente la ley en el país andino, solicitando el voto a dicha opción en defensa de la dignidad, la libertad y la democracia.
El recorrido político de la Fujimori es de libro. A los 19 años ya era primera dama del Estado, tras el divorcio de sus padres, posteriormente parlamentaria (casi nunca asistió al parlamento), hasta su candidatura a las presidenciales. Con 36 años se puede afirmar que Keiko Fujimori ha vivido de la política, defendiendo y apoyando los postulados de su condenado padre, intentado ahora recoger los frutos de las acciones populistas del catalogado como periodo triste del Perú.
Ollanta Humala, de 48 años, tiene el rango de capitán del ejército, y procede de una familia indígena de Ayacucho. El 1 de octubre del año 2000, se levantó en armas contra el propio Fujimori, y después de entregarse a las autoridades posteriores fue amnistiado de los cargos por el congreso. Político más cercano a las tesis socialistas, ha intentado desvincularse de la cercanía con Hugo Chávez, recogiendo las simpatías de la población indígena peruana y trasladando un mensaje de responsabilidad y respeto a la ley establecida para dar garantías a la gran masa de población limeña.
Lo que se juega Perú en estas elecciones no es simplemente la elección de un presidente, sino la opción real de la vuelta al oscurantismo y el populismo de los Fujimori, o el mantenimiento de una seriedad de Estado que el Perú necesita más que nunca para ser respetado en el contexto latinoamericano e internacional. La opción Ollanta es la única creíble en este duelo, aunque tiene que ser vigilada con atención.
jueves, 26 de mayo de 2011
EL CRECIMIENTO DE UPYD
La alternativa planteada por Unión, Progreso y Democracia, UPYD, va calando poco a poco entre las opciones de los ciudadanos. Principalmente, valorando sus propuestas, su otra forma de hacer política, el mensaje claro de romper con los partidos clásicos y tradicionales y el planteamiento de reformar la Ley Electoral, la independencia del poder judicial, la mejor gestión de las economías en las autonomías, controlando el despilfarro generalizado, tope a los mandatos de cargos públicos de 8 años, y un largo etc., mucho más cercano a lo que realmente demanda la sociedad española sumida en un letargo democrático gestado por el bipartidismo.
UPYD ha pasado de contar con 3 cargos públicos a recibir el apoyo para tener 160, con un aumento considerable en el número de votos, superando a los obtenidos en las elecciones europeas, a pesar de haberse presentado sólo en la mitad de las circunscripciones posibles.
Lo que realmente está valorando el ciudadano, al elegir la opción de UPYD, es la necesidad urgente de modificar las formas de hacer política, cansados del desgaste y utilización partidaria que provocan los partidos profesionales, demostrando que los españoles no están cansados de la política sino de la dinámica que la misma ha tomado en nuestra democracia.
Por eso, cientos de miles de personas, y subiendo, se suman a una propuesta que propiciará el tercer espacio dentro de la política española, lejos de retóricas trasnochadas de las izquierdas y las derechas, basada en la honestidad, la eficacia y la buena gestión para la aplicación de las políticas públicas.
Romper esa dinámica y ser una alternativa real es lo que plantea UPYD, recuperando nuestra dignidad de ciudadanos responsables para asumir la necesidad perentoria de acabar con estos planteamientos rancios y caducados.
Aún no se han cumplido 4 años desde la aparición de UPYD en el escenario español de la política y los avances de crecimiento son sorprendentes y definitorios de la opción real por una alternativa necesaria para reconducir los hilos de lo político en nuestro país.
El proyecto se va extendiendo, las propuestas van llegando cada vez más a los ciudadanos y la clave del éxito estará en la continua gestión institucional pegada a la calle, a los problemas reales, porque las personas que hemos optado pos sumarnos a este proyecto no nos hemos retirado de la calle, seguimos siendo ciudadanos de a pié, en nuestros trabajos, en organizaciones sociales y culturales, preocupados por el avance de nuestro país. Esa es una de las señas de identidad de UPYD que debe mimar como oro en paño, orientando su presencia institucional como necesaria para la democracia real.
En las próximas elecciones andaluzas y generales, UPYD va a contar con más apoyos de la población, que ha pasado de la indignación generalizada a optar por introducir los cambios necesarios.
miércoles, 25 de mayo de 2011
ANDALUCÍA, ¿CAMBIO O ALTERNATIVA?
El resultado electoral de 22M tiene una lectura en clave andaluza: el PSOE ha perdido una hegemonía que mantenía durante 32 años en la comunidad autónoma. A pesar de que los comicios han sido municipales y que en las próximas elecciones al Parlamento Andaluz pueden funcionar otras claves en la intención de voto, la pérdida del apoyo social de la ciudadanía al hasta ahora partido único en el gobierno de la Junta de Andalucía, nos marca una nueva era en la gestión de nuestra comunidad.
Al coincidir con las elecciones generales, si no se produce una separación definitiva en las convocatorias electorales, la previsión es que el resultado pueda ser aún peor para las listas socialistas, fruto del castigo general a las políticas de Zapatero, con lo cual la derrota está garantizada.
Mientras, el PP de Arenas ha sacado ya su libreta azul particular para incluir nombres que conformen el próximo gobierno de la Junta de Andalucía, aunque no deben confiarse demasiado porque insisto en que la clave puede ser distinta. El Partido Popular va a intentar la venta de su producto como el cambio real de Andalucía, pero no necesitamos un cambio considerado como alternancia del poder, sino una alternativa real a las formas de hacer política y de eso ni Arenas ni el PP entienden.
Ambos partidos, PPPSOE, parten de la misma visión sobre el poder que se disputan, lo que realmente les interesa es tenerlo, no importa para qué, mientras lo que se demanda por la ciudadanía es una alternativa clara de las formas de hacer política y de centrar la acción pública en los problemas reales de la población y alejar lo más posible los intereses particulares de los partidos por hacerse simplemente con el poder.
Arenas nunca ha conseguido ganarle al PSOE en Andalucía, pero si el PP ganara las elecciones tenemos como referencia la gestión de otras comunidades autónomas donde sí ha gobernado, sabiendo que no es la orientación que necesita Andalucía para la democracia real.
Andalucía precisa de algo más que una cura de arañazo, porque tanto nuestra economía y desempleo, como el desinterés por la política de los ciudadanos, se encuentran en la UCI y las propuestas de ambos bloques son de encefalograma plano. La ciudadanía quiere una alternativa real para alejar de la gestión de lo público a los de siempre, romper con el bipartidismo en la comunidad, y garantizar que la política realmente ha venido a preocuparse del todo y no de la parte que les interesa a ellos.
Ya estamos cansados de tener que elegir entre lo malo y lo peor, entre izquierdas y derechas que no significa desde hace años absolutamente nada, entre azul o rojo; necesitamos una transformación total de la forma de hacer política y por eso tenemos que apoyar propuestas nuevas y frescas, si queremos una alternativa y no una alternancia, que se lea simplemente en clave interna de acaparar poder por el poder.
lunes, 23 de mayo de 2011
ZAPATERO A LA ZARZUELA.
Si a Zapatero le quedara un poquito de dignidad, debería dirigirse de inmediato al Palacio de la Zarzuela para comunicar al Rey la disolución de las cámaras y la convocatoria anticipada de elecciones.
El resultado electoral del domingo 22 de Mayo, coloca a nuestro país en un claro deseo de cambio político, pero sobre todo los indicadores económicos y de empleo, que hacen imprescindible un cambio urgente en la gestión de las políticas públicas para revertir esta situación escandalosa.
Mantener la agonía del PSOE hasta el final de la legislatura sería una muestra de irresponsabilidad por mantenerse en el poder en beneficio propio y en contra de los intereses reales del país. Cuando un ciclo se acaba, es fundamental reconocer el fin del mismo y servir de cauce para que se renueve el escenario y puedan aplicarse otras políticas adaptadas a la realidad que los ciudadanos han marcado.
España necesita urgentemente la convocatoria de elecciones anticipadas que deberían celebrase como muy tarde a mediados de julio, para dar posibilidades de recuperación en nuestro país, permitir a los ciudadanos que decidan sobre lo que realmente necesitamos y poder ajustar cuanto antes la actualidad del sentir ciudadano.
Las demandas de cambiar nuestro sistema democrático son cada vez más fuertes, la urgencia de modificar la Ley electoral, una educación equitativa en todo el territorio nacional, la independencia del poder judicial, el adelgazamiento de las estructuras del Estado, fusión de ayuntamientos pequeños, desaparición de las diputaciones provinciales, mandatos máximos de 8 años para los cargos de responsabilidad política, no pueden esperar más.
La necesidad de poner en marcha reformas en el ámbito de lo económico y lo laboral, para devolver la confianza a los ciudadanos y trabajadores, a los empresarios y a las inversiones, tampoco pueden esperar ni un minuto más. Y un partido que ha perdido el apoyo masivo de los ciudadanos no puede enrocarse en un gobierno caducado, sin ideas ni propuestas, ni merecemos contar con una oposición que se mantiene expectante a ver cuando pasa el cadáver de su adversario político.
Por eso, necesitamos la convocatoria urgente de elecciones anticipadas. En la Zarzuela deben estar esperando a Zapatero desde el domingo por la noche y ya sabemos que al Jefe del Estado no debemos hacerle esperar. Así que un presidente digno estoy seguro que tomaría su auto y se dirigirá sin más demora al Palacio. Es el único gesto posible que espero que Zapatero cumpla por vergüenza torera.
domingo, 15 de mayo de 2011
ENCUESTAS
Hoy, último día oficial para la publicación de encuestas y sondeos electorales, nos hemos sorprendido de la gran cantidad de muestreos ofrecidos por la prensa escrita, lo que nos ha obligado a dedicarle más tiempo a navegar que el habitual.
Independientemente de los resultados que se ofrecen en los medios, absolutamente cocinados y en línea con los intereses de los partidos clásicos, quisiera destacar dos asuntos que merecen una reflexión.
Por un lado, el elevado porcentaje de abstención que se prevé en las elecciones del 22 M, que roza una media del 45%, en muchos lugares superando el 50% del electorado. Como ya he insistido en varias notas, es justo lo que les interesa a PP y PSOE, un electorado desmovilizado que garantice que ellos seguirán gobernando. No les importa para nada que disminuya la participación electoral, lo único que les importa es mantenerse ellos en el poder, para después continuar teniendo más poder.
De otro lado, el porcentaje de personas encuestadas que aún manifiestan abiertamente su voto como indeciso, cercano al 20%. Sin duda, este alto porcentaje de personas que aún no tienen decidido a quién votarán el 22 de Mayo será el que incline la balanza para unas opciones u otras.
Si se diera el caso, poco probable, de que al final se sumaran los dos porcentajes, es decir, que los indecisos decidieran no ir a votar, el porcentaje de abstención sería escandaloso. Y con la cara de sorpresa de los portavoces de los partidos tradicionales que han fomentado el bipartidismo hasta el hartazgo y la desesperación del personal, nos dirán que ha hecho un día muy bueno y la gente se ha ido a la playa, o que ha llovido y que la gente cuando llueve siempre se retrae en casa.
Jamás reconocerán en público lo encantados que están de que los ciudadanos no vayan a votar, porque es para lo que han estado trabajando todos estos años a sabiendas de que alejando al electorado de la ilusión por la política siempre ganarían ellos, que para eso tienen una fuerte maquinaria electorera, aunque votemos el 30% de los españoles.
El fracaso de un sistema se da cuando los principales actores de la película se dedican a sustraer el sentimiento de apoyo al propio sistema y cuando los ciudadanos se dejan engañar por el primer impulso del “todos son iguales”, dándoles así el gusto de ver cumplido su objetivo.
Por eso, la única opción de recuperar “los pasos perdidos”, como titulara Alejo Carpentier su novela, consiste en retomar la obligatoriedad ciudadana de convertirnos en verdaderos electores, eligiendo en libertad, sin cortapisas, y optando por alternativas reales para cambiar la política tan dañada en nuestro país. La mayor sorpresa que pueden llevarse estos partidos políticos profesionales, que funcionan como empresas de marketing vendiendo humo, es que las urnas se llenen de votos alternativos, orientando el futuro del cambio real en las formas de hacer política.
viernes, 13 de mayo de 2011
VAMOS A BOTARLOS.
“Echar fuera” es lo que significa este verbo “botar” tan usado en América Latina. EL 22 de Mayo, los ciudadanos nos enfrentamos a la posibilidad de cambiar las formas de hacer política en nuestro país, en esta ocasión con las elecciones municipales y en 13 comunidades autónomas.
Cuando los ciudadanos explican su valoración negativa de la clase política, lo hacen indicando que ya estamos cansados de siempre lo mismo y de los mismos. La reflexión última les lleva a afirmar que este país está gobernado por unas élites políticas cuyo interés es mantenerse en el poder, para tener más poder y luego volver a conseguir el poder.
Manifiestan su hartazgo de las mentiras electorales y apuestan por una queja permanente, que se concentra hacia los partidos hegemónicos mayoritarios PSOE-PP, porque han secuestrado las opciones políticas, convirtiéndose en grandes empresas y holding de la representación de los electores, a los que olvidarán hasta las próximas elecciones.
Ese sentimiento de desencanto profundo de la ciudadanía hacia lo político, lo han potenciado ambas formaciones, les interesa porque saben que la abstención les beneficia a ellos, el voto en blanco también, y es por eso que los ciudadanos que somos electores debemos reflexionar sobre nuestro voto del 22 de Mayo.
La única forma de cambiar las cosas, la forma de hacer política, recuperar nuestra responsabilidad para transformar y volver a confiar en la gestión de lo público, pasa, inexorablemente, por sacar de la representación en las instituciones a los monopolios políticos, rompiendo el bipartidismo absurdo, clásico y dañino, y haciendo llegar a las instituciones propuestas nuevas y de cambio real.
Por eso, el desencanto provocado no debe llevarnos a quedarnos en casa el día 22 de Mayo, ni a tomar opciones de votar en blanco. Hay que asumir el riesgo y la ilusión de ponerlos en la calle de las instituciones, recuperar los pasos perdidos y colocarlos en las filas del INEM.
No han sabido, no han querido, no les ha interesado hacer bien las cosas. Se han colocado por encima del bien y del mal y se han olvidado de hacer bien su trabajo. Ahora es el momento de llamarlos al orden, de mostrarles un nuevo camino y de hacerles ver que los ciudadanos tenemos la responsabilidad en nuestras manos de reconducir la democracia y la vida política en nuestro país.
Por eso, el 22M vamos a botarlos, a echarlos, optando por propuestas nuevas, regeneradoras de la vida política, apostando pos ciudadanos como nosotros que asumen el peso de la representación con una fuerte actitud de servicio a los demás y que no vienen a la política para servirse de ella. Por eso, la opción más clara que tenemos es votar a UPYD, como rechazo a lo realizado hasta ahora y como alternativa real que nos devuelva un poquito de dignidad a los sufridores ciudadanos de a pié.
viernes, 6 de mayo de 2011
CAMBIAR LA POLÍTICA
Nos quejamos permanentemente de la dinámica partidaria que impone una determinada forma de concebir y de hacer política. En nuestro país los partidos y la gestión pública han ido cayendo en un descrédito popular que se hace evidente cada vez que se les pregunta a los ciudadanos, colocándolos en el tercer problema que tenemos.
Los partidos clásicos se han instalado cómodamente en las instituciones en un sistema tradicional de alternancia, promoviendo el bipartidismo absurdo que consigue el adormecimiento de la población y el alejamiento del interés por la participación ciudadana en la vida pública.
Unión, Progreso y Democracia, se presenta a las elecciones municipales y autonómicas con el reto de romper esa dinámica tan dañina para el avance de nuestra democracia, abriendo un espacio a otra forma de hacer política, donde los ciudadanos se sumen a la transparencia, la equidad, la justicia y la recuperación de un espacio secuestrado por la hegemonía impuesta por los políticos profesionales.
Las instituciones públicas de nuestro país necesitan de una regeneración democrática profunda, que vuelva a ponerlas en el lugar que les corresponde y que sean gestionadas bajo los criterios de buena gobierno. La apuesta que hace UPYD, va más allá de los resultados concretos en cualquier circunscripción, situando la necesidad del cambio real en la forma de hacer política en primer lugar.
No nos olvidemos que posteriormente a las elecciones y hasta las siguientes, seguiremos quejándonos del tipo de políticos que tenemos y de las políticas que ejecutan. Y esa dinámica tiene que ser rota de raíz. Por eso es tan importante que el ciudadano asuma que su opción es clave en la alternativa necesaria para modificar la situación política española.
Unión, Progreso y Democracia, UPYD, el partido de Rosa Diez y de miles de ciudadanos más, apuesta por un cambio para afrontar la política y la vida pública, por eso pone al frente de sus candidaturas a ciudadanos que no vienen a vivir de la política, sino a servir como cauce en los cambios necesarios que imperiosamente tienen que darse.
Nada es definitivo y no podemos cerrarnos nosotros mismos como ciudadanos la posibilidad de cambiar las cosas. Somos los únicos responsables de que se produzca un cambio real. Dar el apoyo a las fuerzas políticas tradicionales es asumir que esto de la política no tiene solución.
Por eso os pedimos que analicéis con tranquilidad y la responsabilidad necesaria el sentido de vuestro voto. Que no os engañen más con lo del voto útil, ni con las izquierdas y las derechas. Ese discurso ya no sirve. Tenemos que optar por una transformación de la política y por el cambio de los políticos.
Por eso, voy a votar a UPYD, Unión, Progreso y Democracia, como garantía de que un tercer espacio en la política española es fundamental para recuperar la dignidad de nuestra democracia.
lunes, 2 de mayo de 2011
PRIMERO DE MAYO
Ayer participé durante un rato en la manifestación del primero de mayo en Málaga. Nunca antes habían asistido tan pocas personas, 1.000 manifestantes escasos, reclamando la supresión de la reforma laboral y pidiendo a gritos otra huelga general.
Los sindicatos convocantes, UGT y CCOO, cada vez tienen menos capacidad de convocatoria y en la función pública andaluza cada vez menos representación. En las pasadas elecciones del 28 de abril ambos sindicatos han salido vapuleados en los resultados por otras propuestas sindicales.
Me preocupa una participación tan exigua cuando las reivindicaciones son tantas, con casi 5 millones de parados en España y por encima del 21% de desempleo, llegando el juvenil al 50%. Pero es obvio que los parados no estaban en la manifestación. Los sindicatos mayoritarios se han ido ganando a pulso, con sus acuerdos en distintas etapas con varios gobiernos, que los trabajadores dejen de creer en ellos. No tienen capacidad ni de movilización ni de convocatoria y cada vez representan a menos.
Y es curioso que este distanciamiento se de cuando las condiciones de trabajo están bajando con respecto a años anteriores, no sólo a nivel de salarios sino de calidad en el empleo, aumentando el trabajo basura, mileurista en el mejor de los casos, aumentando el desempleo, bajando o congelando las pensiones, aumentando la edad de jubilación y cambiando los criterios para ajustar la cantidad de la misma.
Así como la ciudadanía critica a la clase política en cualquier tipo de encuesta o sondeo por su mal hacer y sus escasos niveles resolutivos, también se aleja de las organizaciones sindicales criticando su ineptitud e incapacidad de conseguir mejorar la calidad y cantidad del empleo y, sobre todo, una lucha sin tregua contra el desempleo que está ahogando a este país.
Esto, que es una realidad, no es bueno. Una sociedad debe contar con referentes sociales y políticos que sirvan de interlocución para la resolución de los problemas de la comunidad. Una sociedad sin participación ciudadana y organizaciones que la representen convenientemente, es una sociedad condenada a la oscuridad.
Lo que está claro es que el personal cada vez cree menos en las organizaciones clásicas actuales, tanto sindicales como políticas, y que estamos obligados a buscar nuevos tipos de organización, más abiertos, más cercanos a los ciudadanos, más comprometidos con el bien común que con los intereses propios partidarios. Por eso no desespero ante esta situación de rechazo, sino que confío plenamente en la responsabilidad de la ciudadanía para dar un vuelco completo a esta situación de ignominia y desencanto, recuperando la ilusión por mejorar nuestra situación social.
Para ello cada vez estamos más dispuestos a apoyar esas nuevas alternativas, que nos ayuden a todos a salir del bache del desencanto sabiendo elegir bien.
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