lunes, 30 de mayo de 2011

EL RECHAZO.

Los resultados del 22 M han sido calificados desde muchos analistas como de voto de castigo a la gestión socialista a nivel general y no tanto como apoyo al partido popular. Sin embargo, los votos para hacer visible ese castigo han ido mayoritariamente al PP, aunque otras fuerzas también han obtenido mejores resultados. Ahora que se han cambiado de signo el control de muchos ayuntamientos, diputaciones y comunidades autónomas, muchas personas sienten cierto regusto amargo en la opción de su voto, porque siendo cierto que querían castigar a los socialistas (objetivo conseguido), se van dando cuenta que el apoyo dado al partido popular no es ninguna garantía de alternativa sino de alternancia, porque ambos partido juegan la misma baza del bipartidismo. La opción ciudadana de cambiar las cosas está avanzando, poco a poco, hacia otra concepción de lo que debería ser la política, y saben absolutamente que el partido popular no es precisamente representante de esa otra forma de hacer política. Si en las urnas se ha rechazado con claridad al PSOE, cuando en las encuestas se pregunta por los líderes del PP reciben el rechazo de la mayoría de la población. Es curioso que en esos sondeos de opinión y valoración de líderes sea Rosa Díez la política mejor valorada, que con sólo un escaño en el Congreso, se ha ido ganando la confianza de muchos ciudadanos y Unión, Progreso y Democracia entra en las quinielas como una opción clara y válida para plantear la alternativa necesaria para el avance de la democracia real en este país. En las próximas elecciones generales y autonómicas en Andalucía, los ciudadanos van a aplicar otros criterios a la hora de emitir su voto. Ahora han rechazado a los socialista y han castigado sin paliativos su mala gestión. Cumplido el primero objetivo lo que toca es apostar por un verdadero cambio en la política española y saben que de eso el partido popular no entiende. Saben que juegan al quítate tú para ponerme yo, que ya han gobernado en este país, que han gobernado muchas comunidades autónomas, que llevan personas imputadas en sus listas, que cuentan con sector duro que no es nada de fiar, y que mantener el bipartidismo en España se ha convertido en una de las lacras del desarrollo democrático. Por eso cobra vigor y fuerza que los resultados obtenidos por UPYD, sitúa esta opción política como la más interesante a la hora de dar un cambio total a los intereses creados y significa una opción de futuro para terminar con las viejas formas de entender la política. Ese tercer espacio que tanto necesita la política española, que plantee la regeneración democrática en serio, trasforme la administración pública del estado, reforme la Ley Electoral y haga viable una propuesta más simétrica del desarrollo autonómico español. La ciudadanía sabrá valorar esta necesidad y de su voto de rechazo y castigo pasará a una opción real por el cambio en poco tiempo. UPYD es la alternativa necesaria.

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