Hace un año los
españoles fuimos llamados a las urnas dando como resultado una mayoría absoluta
del Partido Popular. El Gobierno de Mariano Rajoy inició un plan de reformas y
ajustes estructurales que nadan tenían que ver ni con su programa electoral, ni
con sus discursos de oposición en los años precedentes.
Bajo las disculpas de
la herencia recibida y la necesidad de reducir el déficit del Estado para
converger de nuevo con Europa, Rajoy y el PP han aprovechado la ocasión para
instalar un retroceso en la concepción misma del estado del bienestar.
Todas las medidas
adoptadas por el gobierno, que no voy a relatar para no cansar, muestran una
pérdida de soberanía demasiado grande y un sometimiento a los dictados
alemanes, argumentadas por el Sr. Presidente bajo el paraguas del “no tengo más
remedio”.
No sólo hemos perdido
poder adquisitivo, sino que la situación de desempleo amenaza con alcanzar de
forma inminente los 6 millones de parados, baja la calidad de los servicios
públicos y nadie tiene idea de cuándo podremos empezar a recuperarnos como
país.
Un gobierno que miente,
que ha mentido reiteradamente, no puede seguir representando a los ciudadanos.
Y no valen los argumentos de que hace sólo un año esos mismos ciudadanos los
han elegido para que les representen, sencillamente porque la realidad de la
política aplicada es diametralmente opuesta a la que presentaron como tarjeta
electoral.
Los ciudadanos hemos de
volver a tomar la palabra, a ejercer de nuevo nuestro derecho a elegir, sin más
dilación, un nuevo mapa político en España. Es cierto que los mandatos son por
4 años, pero no es menos cierto que la única posibilidad de revocación que
tenemos en nuestro sistema electoral es el adelanto electoral.
No valen mociones de
censura en el congreso con la actual correlación de fuerzas. Somos los
ciudadanos los que hemos de asumir nuestra responsabilidad en las urnas y
decidir sobre qué programa político no falseado queremos apostar.
Todas las encuestas, a
un año de las anteriores elecciones, muestran que el gobierno no cuenta con el
apoyo preciso y no podemos permitirnos el lujo de aguantar por más tiempo la
aplicación de políticas dañinas a los intereses de todos los españoles.
Vaticino que, si no
adelantan ya las elecciones generales, el país entrará en una espiral de
violencia que puede ser considerada como autodefensa ante las afrentas de un
gobierno a las órdenes de intereses externos. Por eso, lo único que puede parar
esta sangría es una nueva convocatoria electoral a modo de moción de censura
ciudadana.
2 comentarios:
No podría estar más de acuerdo. Esto pinta muy mal con un Gobierno que miente tanto. El estallido social no está muy lejano, especialmente cuando nos sometan de lleno con las duras condiciones del rescate.
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