Los datos de avance
emitidos por el Consejo Europeo, indican que en el mejor de los casos España
mantendrá el nivel del 27% de desempleo para el año 2014. Así muy a pesar de lo
que nos cuente el Gobierno Español, nos mantendremos en un número de 6 millones
y medio de parados en 2013 y 2014, sin saber muy bien cuáles serán las
previsiones para los años siguientes.
La crisis económica
generada en Europa por la políticas de austericidio, nos colocan en un
escenario bastante imprevisible para el futuro mediato. Todos los datos nos
indican que España se encuentra a punto de tocar fondo (elemento con el que
todos soñamos), pero nadie es capaz de predecir cuánto tiempo estaremos en el
fondo, es decir, cuándo empezaremos a salir del mismo.
Estabilizar la cifra de
desempleo en torno a los 6,5 millones de desempleados (27’4%) puede significar
el fondo de la desocupación española. El problema se concreta en saber cuándo
comenzaremos a generar empleo en nuestro país.
En la comparación
mundial sobre el desempleo, España ocupa el puesto 168 de 200 países. Todos los
países de América Latina están por delante, así como todos los asiáticos. Solo
un número reducido de países de África, Serbia y Bosnia Herzegovina, nos ganan
en desempleo.
Resulta muy triste ver
en los cuadros de desempleo mundial que España esté en la cola de todos los
países, pero esa tristeza se traduce en grave preocupación cuando no sabemos la
temporalidad para revertir esa situación ni las medidas concretas que se
aplicaran para ello.
De momento, el Gobierno
español ha anunciado los datos macro económicos sin ofrecer ningún tipo de
alternativa, ha tirado la toalla y pareciera como si se desentendiese del
asunto mirando permanentemente a Europa para poner cara al culpable. A nadie se
le escapa que los errores los hemos cometido en casa y que las políticas que
emanan de Europa son apoyadas, votadas y asumidas por nuestro Gobierno. Así que
no vale mirar para otro lado.
Si nos mantenemos por
un periodo superior a diez años en ese pozo tremendo del desempleo, el consumo
continuará cayendo, el ahorro será muy escaso, peligrarán los ingresos para
mantenimiento de las pensiones de jubilación y el país estará sumido en una
desesperanza muy parecida a la vivida en los años 60 donde la emigración era la
única salida a la misma.
Es claro que hay que
cambiar radicalmente de política económica potenciando el crecimiento sostenido
y racional del empleo. Si no se acometen de forma urgente reformas en el modelo
económico, institucional y financiero, nuestro país consolidará el mayor
fracaso de nuestra democracia.
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