A pesar de que 31
españoles hayan conseguido empleo durante el mes de agosto, uno por día, siendo
uno de los agostos más fructíferos desde el año 2.000, no podemos dejar pasar
el dato de que más de 99.000 personas han dejado de cotizar a la seguridad
social, lo que puede indicar que la gente pasa olímpicamente de las oficinas
del INEM al haber agotado sus prestaciones y que muchos inscritos se han ido
fuera del país a buscar trabajo. Este dato es muy preocupante, habida cuenta de
la necesidad de más cotizantes para mantener la hucha de las pensiones, siendo
muy posible que los datos de la futura EPA difieran en mucho con los resultados
de parados inscritos.
Mientras el gobierno
saca pecho e insiste en que se ha acabado la recesión y la creación de empleo
se aproxima, la realidad en la calle dista mucho de percibir los brotes verdes
de una economía estancada, con escaso gasto familiar, trabajo precario y
salarios cada vez más bajos. Septiembre será un mes a tener muy en cuenta, ya
que habrá culminado la temporada veraniega y los empleos estacionales engrosarán
las listas del paro. Si a ello unimos nuestras cifras de déficit y
endeudamiento, más la preparación de los presupuestos 2014 donde se recogen
mayores recortes en los servicios públicos y en obra pública, de ninguna manera
se puede afirmar que ya hemos tocado suelo y que comenzamos a ver la luz al
final del túnel.
El principal problema
del gobierno del PP en estos momentos se llama Luis Bárcenas, que mantiene a la
cúpula popular entre las cuerdas de la posible financiación ilegal del partido,
cobro de sobresueldos de los dirigentes y que parece contar con pruebas
suficientes para emplumarlos a todos. El gobierno está entretenido en eso,
contando con muy poca credibilidad ni en sus afirmaciones sobre la situación
económica ni en las medidas que piensa aplicar para el año electoral 2015. Cada
vez menos personas confiamos en la capacidad del PP para abordar con seriedad
la grave situación española y a pesar de que Rajoy se enroque en su mayoría
absoluta, todas las encuestas y sondeos indican que ya no cuenta con el apoyo
que tuvo en las urnas en 2011.
En lo económico estamos
viviendo una de las etapas más grises de nuestra reciente historia, poniendo en
peligro no sólo las economías familiares que cada vez pueden gastar menos, sino
sobre todo la prestación de unos servicios públicos que otrora habían gozado de
fama internacional, como la sanidad y la educación. La deriva independentista
en Cataluña, Gibraltar, Siria, las elecciones alemanas, las olimpiadas para
Madrid, serán elementos que entretengan el cotarro mientras la ciudadanía
permanece estancada en sus posibilidades de empleo, su capacidad de ahorro y
las posibilidades de acceso al crédito.
Una entrada de curso
político presidida por la mentira y la desidia que no permite vislumbrar ni
brotes verdes, ni luces, ni nada que se le parezca. Un gobierno inestable, en
encefalograma plano y pendiente de la UCI de Soto del Real.
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