martes, 12 de noviembre de 2013

RIESGOS GLOBALES.


Ha llegado a mis manos el informe de la compañía Marsh&McLennan sobre Riesgos Globales 2013, elaborado para su debate en el Foro Económico Mundial. El informe tiene una proyección a 10 años y nos presenta las posibles realidades con las que nos podemos encontrar y los riesgos que las mismas conllevan. Resulta sorprendente la afinidad entre algunos de los temas abordados por el Club Bilderberg (reunión secreta anual de líderes mundiales y VIP), y lo que analiza el Foro. De lo poco que ha trascendido del Club,  sabemos que este año han dado prioridad a la superpoblación mundial, planteando las alternativas y escenarios posibles sobre el dato de los 9.000 millones de habitantes en el planeta.

Algunas de las propuestas que recoge el informe de Riesgos Globales están íntimamente relacionadas con este asunto. Llama la atención que se detengan especialmente en los peligros de la complacencia respecto a la salud humana. Mantiene el informe que “el sistema de salud es un sistema crítico que se enfrenta constantemente a nuevos retos, ya sean nuevas pandemias o enfermedades crónicas” y advierten sobre “la posibilidad de que los actuales antibióticos dejen de estar a nuestra disposición en un futuro próximo, debido a la ineficacia de los mismos por las mutaciones bacterianas”.

Asegura el informe que en breve tiempo “corremos el peligro de regresar a una época preantibiótica en la que un simple rasguño podría ser fatal”. Los seguidores de la teoría de la conspiración, afirman que se estarían poniendo en marcha la inoculación de virus y bacterias por distintos métodos y medios para obtener un freno comedido a la superpoblación, siendo uno de los métodos más baratos el suministrar los antibióticos para enfermedades menos peligrosas a fin de conseguir la ineficacia en posteriores tratamientos complicados por mutación de las bacterias.

Sobre este asunto, concluye el informe que “hay una resistencia nacional a abordar los riesgos globales que en sí misma comporta un riesgo”. Es decir, orienta sobre la necesidad de que alguien o algo, ante la resistencia de los países, asuma el liderazgo y la acción para frenar los efectos de la complacencia sanitaria. Aquí los conspiradores apuntan que ya existen organismos secretos que, utilizando a ciertas poblaciones pobres y marginales, están poniendo a prueba los efectos de ciertos agentes externos para reducir o frenar el incremento de la población mundial.


Es cierto que en el informe también aparecen otros temas, como la fuga del cambio climático, el aumento significativo de los conocimientos científicos, el uso sin escrúpulos de la geoingeniería o el descubrimiento de vida alienígena. Pero resulta chocante que incluyan en el informe “los altos costos del aumento de la esperanza de vida”, señalando que sufragar los costos asociados con la tercera edad podría convertirse en un grave problema mundial. Como ven estamos en buenas manos.

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