martes, 6 de mayo de 2014

GUERRA EN UCRANIA.

Si nadie lo remedia, en Ucrania podría estallar una guerra civil en los próximos días. Parecen que han ido fracasando uno tras otro los intentos diplomáticos para detener el sinsentido, aunque aún quedan algunos pasos por dar.  Rusia mantiene su nivel de tensión en la zona y no está dispuesta a que los pro-rusos ucranianos, de las regiones del este y algunas del sur, sean masacrados por el ejército de Kiev.

Por su parte, la Unión Europea continúa con sus medidas Light ante la amenaza que supone que Rusia les corte el suministro de gas que para varios países es imprescindible. Justo cuando celebramos elecciones en Europa el conflicto va a entrar en sus peores momentos y el nivel de indecisión europeo será mucho mayor.

EE.UU. ha tomado la batuta para intentar frenar el asunto de la guerra y está mostrando todas sus cartas diplomáticas para frenar la intervención de Moscú, al tiempo que se prepara para una acción militar auspiciada por la OTAN. El despliegue de la Alianza no ha sido silencioso, querían que se conociera, situando fuerzas y armamento en las fronteras de mayor importancia, como un gesto de aviso y prevención.

El aumento de los movimientos de cazas y aviones de transporte en la base estadounidense de Morón de la Frontera (Sevilla), deja entrever que algo gordo se avecina y que los estrategas militares están preparándose para un escenario de guerra. La situación de máxima alerta ha sido declarada y no conocemos aún la implicación para las fuerzas armadas de nuestro país ni la presencia activa que tendrían en el conflicto.

La diplomacia de las cañoneras es la que se impone. Putin no está dispuesto a ceder ni un ápice sabedor de su potencial en recursos naturales y su poderío militar. Estados Unidos no va a permitir que la anexión de varias regiones ucranianas por Rusia se convierta en un hecho. En medio, la gran mayoría de la población ucraniana y la desestabilización de la paz en una Europa lenta, elefantiásica y momificada.

Aún queda un movimiento preventivo por parte de la ONU, enviando cascos azules a las zonas conflictivas para evitar el enfrentamiento armado, pero esa posibilidad no saldrá adelante sin el apoyo de la propia Rusia ni el de China, con derecho a veto en el Consejo de Seguridad.

Todo nos recuerda los peores momentos de la guerra fría y es posible que estemos recuperando los niveles de idiotez que marcaron tan ignominiosa situación. Pero el conflicto está servido y mucho me temo que Ucrania entrará en guerra civil más pronto que tarde. Ojalá me equivoque.



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