Desde que la heredera tomara el
relevo de Griñán, hace apenas un año, tiene pendiente revalidar en las urnas su
apoyo popular. Ha jugado bien con los tiempos, dejando pasar la renovación del
Secretario General del PSOE y a su juicio se encuentra en el mejor momento para
adelantar las elecciones en Andalucía. Estas serían algunas de las claves que
Susana Díaz ha tenido en cuenta para convocar las elecciones en Noviembre 2014:
1)
En los sondeos y encuestas de opinión, su figura
personal ha salido reforzada y antes de que entre en análisis del Supremo el
caso de los ERES, con sus dos antecesores y cinco consejeros imputados y el
consiguiente desgaste para el PSOE, quiere recoger la simpatía con la que
cuenta.
2)
El falso crecimiento económico anunciado a bombo
y platillo por el Gobierno del PP y la recuperación de la crisis, podrían tener
un pequeño repunte a mediados del próximo año. Repunte escaso e insuficiente,
pero que pondría en peligro algunos apoyos ciudadanos si aguantara su gobierno
hasta marzo de 2016.
3)
Las relaciones con su socio de gobierno están
agotadas. Izquierda Unida tiene la obligación electoral de diferenciarse ya del
PSOE si quiere aguantar el tipo con PODEMOS. El momento idóneo para escenificar
este agotamiento serán los debates previos sobre presupuestos 2015.
4)
Revalidar la mayoría (simple) en Noviembre,
sería un impulso para las municipales y autonómicas de mayo 2015, sirviendo de
empuje a la consolidación del PSOE a nivel Federal de cara a las generales de
Noviembre 2015.
5)
En plena crisis del Estado con Cataluña, mostrar
credibilidad y sosiego desde Andalucía, puede ser una baza que ayude con sus
resultados. A la vez que reduce las opciones de PODEMOS que todavía estará en
fase de organización en su Asamblea Ciudadana del 15 de Noviembre.
El escenario dibujado le puede
ser propicio para haber tomado la decisión de adelanto electoral. Sin embargo,
el mapa que nos podríamos encontrar en el futuro parlamento andaluz puede ser
muy distinto al actual. El PSOE ganaría las elecciones sin mayoría absoluta,
seguido del PP y en tercer lugar, muy posiblemente PODEMOS. Izquierda Unida
quedaría relegada a un cuarto puesto y entrarían en el parlamentos formaciones
residuales e irrelevantes como PA, Ciudadanos y UPyD. Izquierda Unida tendría
que analizar si repite la fórmula de cogobierno apuntalando al PSOE como hasta
ahora o por el contrario se desmarca de la opción con apoyos puntuales a
políticas de cambio real.
Lo cierto es que desde los
actuales partidos de gobierno (PSOE-IU) ya están preparando las elecciones para
noviembre de este año, adelanto que veníamos oliendo desde que heredera la
presidencia Susana Díaz.