domingo, 25 de enero de 2015

ADIÓS A CARLOS VILLEGAS.


Sobrecogido por la noticia del fallecimiento de Carlos Villegas, un gran amigo boliviano con quien compartí desde 2004, me apresuro a escribir unas líneas desde España con el deseo para su familia de fortaleza en estos momentos tan difíciles.

De mi relación con Carlos, quisiera destacar algunos aspectos que me parecen bastante relevantes. En primer lugar, sus dos grandes preocupaciones y ocupaciones. De un lado sus hijos, de los que estuvo pendiente en todo momento y con los cuales pudimos compartir en varias ocasiones. Por otro, la empresa estatal YPF de Bolivia, donde en todas nuestras conversaciones dejaba de manifiesto su implicación en la mejora para obtención de beneficios, a sabiendas de que era un gran aporte económico para el Estado y que posibilitaría la puesta en marcha de políticas públicas sociales para el bien común del pueblo boliviano.

Desde nuestro primer encuentro en España, en el marco de la precampaña de 2005, donde por cierto agarró una neumonía que le obligara a hospitalizarse en La Paz a su regreso, hasta nuestra última conversación antes de entrar a quirófano en Santiago de Chile, siempre nos pudimos reconocer como grandes amigos.

Para mí, además de amigo, Carlos Villegas ha sido un Patriota (con mayúscula). Desde el primer momento se situó en la apuesta por el cambio y compartimos tantas reflexiones sobre las prioridades, la necesidad de cambiar algunas cosas para ser más eficaces, lluvia de ideas que provocaron muchas propuestas nuevas, adornado todo ello de una sencillez, camaradería y amistad, que muchos de ustedes podrían considerar envidiable.

En estos momentos tan difíciles, sabiendo lo que ha padecido en los últimos meses, quiero quedarme con su amistad irrenunciable e incondicional. En España éramos muchos los que le queríamos, porque como saben bien los que le conocían, Carlos sabía hacerse querer, por su forma de ser y su ternura. Por eso nunca olvidaremos su tenacidad sensible y le tendremos siempre presente.

Bolivia ha perdido un revolucionario, firme y comprometido. Pero no se ha ido hasta que el Presidente tomará posesión, como un último gesto de compromiso, encontrando en Chile su muerte. Bolivia le debe mucho a Carlos Villegas y, en concreto, el poder ejecutivo con su Presidente al frente. Con personas como Carlos el cambio no sólo es posible sino contundente.

Yo sólo me despido de un gran amigo, de esos que uno tiene pocos en la vida, y reitero a su familia un abrazo de los muchos amigos que Carlos Villegas supo y quiso mantener en España. Bolivia está de luto.


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