miércoles, 14 de enero de 2015

EL CALIFATO


Tal y como habíamos analizado en otros artículos sobre el tema, Estado Islámico tiene en su punto de mira la extensión del terror a occidente. Su objetivo es tensar la situación de seguridad en Europa y EE.UU., creando miedo y garantizándose el que se hable de ellos.

A los pocos días de iniciarse 2015, han iniciado su capítulo de terror en Francia con los resultados que todos conocemos, consiguiendo que hoy patrullen las calles de París 10.000 militares franceses para garantizar la seguridad, aumentar los estados de alerta en todos los países europeos y la aplicación de medidas restrictivas de libertades individuales a favor de la seguridad. No es poco de una sola tacada.

Sin embargo, el conflicto no ha hecho más que empezar. ISIS avanza y consolida sus posiciones territoriales en Irak y Siria, controlando ya un territorio con más de ocho millones de personas, recursos petrolíferos, su propia moneda y la aplicación del gobierno del Califato en un gran número de municipios y ciudades. Esta es su principal diferencia con Al Qaeda, en el resto comparten el diseño de acciones y estrategias.

El número de yihadistas que conforman su ejército, crece día a día, estimando en más de 80.000 sus efectivos. A lo que habría que sumar los grupos que actúan bajo su bandera negra, en Nigeria y Mali, que pronto se integrarán en una estructura superior para el Magreb. Si se abren dos brechas de desarrollo territorial del Estado Islámico, Siria e Irak por un lado y, por otro, Nigeria y Mali, nos encontraremos con dos frentes cuyo objetivo será el acercamiento de ambos territorios conquistados para dar forma al Califato. Al mismo tiempo, continuarán las acciones aisladas de células durmientes o lobos solitarios en Europa, muy posiblemente en España, Reino Unido y Alemania, además de la ya atacada Francia.

Mientras, los aliados continúan intentando frenar los avances yihadistas con aviones no tripulados o bombardeos aislados que apenas tienen repercusión. Los mandos militares occidentales son conscientes de que la única forma de frenar con eficacia la instauración del Estado Islámico y sus avances, pasa por la infantería. Precisamente, lo que está deseando el califa, pues todos saben del efecto demoledor que tendrían  los muertos occidentales en combate. Pero todo apunta a que será la única solución para frenar definitivamente su consolidación.

La guerra se juega es escenarios muy distintos a los convencionales de los dos frentes. Hoy se tiene muy en cuenta los efectos al interior de las sociedades occidentales (de ahí los atentados), jugar con el miedo como elemento de control, alimentar la islamofobia al interior de los países para radicalizar a los jóvenes musulmanes y tensar la cuerda mientras avanzan en sus territorios y consolidan posiciones.


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