Tal y como habíamos analizado en
otros artículos sobre el tema, Estado Islámico tiene en su punto de mira la
extensión del terror a occidente. Su objetivo es tensar la situación de
seguridad en Europa y EE.UU., creando miedo y garantizándose el que se hable de
ellos.
A los pocos días de iniciarse
2015, han iniciado su capítulo de terror en Francia con los resultados que
todos conocemos, consiguiendo que hoy patrullen las calles de París 10.000
militares franceses para garantizar la seguridad, aumentar los estados de
alerta en todos los países europeos y la aplicación de medidas restrictivas de
libertades individuales a favor de la seguridad. No es poco de una sola tacada.
Sin embargo, el conflicto no ha
hecho más que empezar. ISIS avanza y consolida sus posiciones territoriales en
Irak y Siria, controlando ya un territorio con más de ocho millones de
personas, recursos petrolíferos, su propia moneda y la aplicación del gobierno
del Califato en un gran número de municipios y ciudades. Esta es su principal
diferencia con Al Qaeda, en el resto comparten el diseño de acciones y
estrategias.
El número de yihadistas que
conforman su ejército, crece día a día, estimando en más de 80.000 sus
efectivos. A lo que habría que sumar los grupos que actúan bajo su bandera
negra, en Nigeria y Mali, que pronto se integrarán en una estructura superior
para el Magreb. Si se abren dos brechas de desarrollo territorial del Estado
Islámico, Siria e Irak por un lado y, por otro, Nigeria y Mali, nos
encontraremos con dos frentes cuyo objetivo será el acercamiento de ambos
territorios conquistados para dar forma al Califato. Al mismo tiempo,
continuarán las acciones aisladas de células durmientes o lobos solitarios en
Europa, muy posiblemente en España, Reino Unido y Alemania, además de la ya
atacada Francia.
Mientras, los aliados continúan
intentando frenar los avances yihadistas con aviones no tripulados o bombardeos
aislados que apenas tienen repercusión. Los mandos militares occidentales son
conscientes de que la única forma de frenar con eficacia la instauración del
Estado Islámico y sus avances, pasa por la infantería. Precisamente, lo que
está deseando el califa, pues todos saben del efecto demoledor que
tendrían los muertos occidentales
en combate. Pero todo apunta a que será la única solución para frenar
definitivamente su consolidación.
La guerra se juega es escenarios
muy distintos a los convencionales de los dos frentes. Hoy se tiene muy en
cuenta los efectos al interior de las sociedades occidentales (de ahí los
atentados), jugar con el miedo como elemento de control, alimentar la
islamofobia al interior de los países para radicalizar a los jóvenes musulmanes
y tensar la cuerda mientras avanzan en sus territorios y consolidan posiciones.
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