jueves, 1 de enero de 2015

GRECIA Y SYRIZA


La Unión Europea, la Troika y el FMI (Fondo Monetario Internacional), han encendido todas las alarmas ante la convocatoria de elecciones anticipadas por el primer ministro griego, Andonis Samaras. El próximo 25 de enero, los helenos están llamados a las urnas con una intención de voto directo que coloca en primer lugar a Syriza y, como posible ganador a Alexis Tsipras.

El miedo que quieren trasladar los organismos supranacionales puede ser contraproducente, en una campaña en que Syriza irá sumando voluntades acercándose al 50% del voto total. He hablado con amigos griegos y manifiestan su ilusión porque este cambio se produzca en base a tres ideas fundamentales. La primera, tiene que ver con la recuperación de la Soberanía Nacional. Grecia ha vivido sumida en gobiernos a las órdenes de Alemania y de la Troika que, apoyándose en la necesidad del rescate para evitar el caos griego, han marcado la política de recortes en sanidad, educación y prestaciones sociales, condenando a los griegos a una situación extrema, muy parecida a la vivida en España.

En segundo lugar, terminar con bipartidismo que no supo, o no quiso, aprovechar los momentos previos a la crisis económica para hacer fuerte la economía griega y gastaron sin previsión. Un bipartidismo muy parecido al español, entregado a las órdenes del poder financiero y cómplices de la situación de miseria y desempleo que atenaza al país. Jugando a la alternancia han cercenado durante décadas la posibilidad de cambio real, gestionando lo público con despilfarro y no ocupándose de las personas, sino de cumplir las órdenes foráneas.

Por último, una población que ha visto disminuir sus salarios, su poder adquisitivo, la calidad de su empleo, sus prestaciones sociales, con un 25% de paro y un 50% de paro juvenil. Datos muy similares a los de España. El nuevo gobierno tiene que centrarse en las personas y no en el sistema financiero. Una deuda impagable que habrá que renegociar una y cien veces, hasta conseguir quitas y aplazamientos de pagos, reducción de intereses y búsqueda de nuevos amigos prestatarios.

Los guardianes del sistema capitalista y financiero, se preocupan de que un más que posible gobierno de Syriza no cumpla con sus obligaciones de deuda ni con los límites establecidos por la Unión Europea de endeudamiento global. Ya han comenzado a amenazar a los griegos para que no apoyen a partidos como Syriza que puede colocar a Grecia en el abismo y colapso total. Pero los griegos también han cambio su percepción de la política y de los partidos. Creen en la necesidad de recuperar su soberanía, en la posibilidad de cambio de lo de siempre y en que de verdad los gobernantes se ocupen de la ciudadanía y sus problemas, dejando de ser gobernadores a sueldo de la metrópolis.

Sin duda un reto apasionante que se resolverá en pocos días y con muchas similitudes con la situación en España, donde Podemos encarna un papel similar a Syriza y la población percibe la realidad de una forma muy parecida a la de los griegos. 

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