La Unión Europea, la Troika y el
FMI (Fondo Monetario Internacional), han encendido todas las alarmas ante la
convocatoria de elecciones anticipadas por el primer ministro griego, Andonis
Samaras. El próximo 25 de enero, los helenos están llamados a las urnas con una
intención de voto directo que coloca en primer lugar a Syriza y, como posible
ganador a Alexis Tsipras.
El miedo que quieren trasladar
los organismos supranacionales puede ser contraproducente, en una campaña en
que Syriza irá sumando voluntades acercándose al 50% del voto total. He hablado
con amigos griegos y manifiestan su ilusión porque este cambio se produzca en
base a tres ideas fundamentales. La primera, tiene que ver con la recuperación
de la Soberanía Nacional. Grecia ha vivido sumida en gobiernos a las órdenes de
Alemania y de la Troika que, apoyándose en la necesidad del rescate para evitar
el caos griego, han marcado la política de recortes en sanidad, educación y
prestaciones sociales, condenando a los griegos a una situación extrema, muy
parecida a la vivida en España.
En segundo lugar, terminar con
bipartidismo que no supo, o no quiso, aprovechar los momentos previos a la
crisis económica para hacer fuerte la economía griega y gastaron sin previsión.
Un bipartidismo muy parecido al español, entregado a las órdenes del poder
financiero y cómplices de la situación de miseria y desempleo que atenaza al
país. Jugando a la alternancia han cercenado durante décadas la posibilidad de
cambio real, gestionando lo público con despilfarro y no ocupándose de las
personas, sino de cumplir las órdenes foráneas.
Por último, una población que ha
visto disminuir sus salarios, su poder adquisitivo, la calidad de su empleo,
sus prestaciones sociales, con un 25% de paro y un 50% de paro juvenil. Datos
muy similares a los de España. El nuevo gobierno tiene que centrarse en las
personas y no en el sistema financiero. Una deuda impagable que habrá que
renegociar una y cien veces, hasta conseguir quitas y aplazamientos de pagos,
reducción de intereses y búsqueda de nuevos amigos prestatarios.
Los guardianes del sistema
capitalista y financiero, se preocupan de que un más que posible gobierno de
Syriza no cumpla con sus obligaciones de deuda ni con los límites establecidos
por la Unión Europea de endeudamiento global. Ya han comenzado a amenazar a los
griegos para que no apoyen a partidos como Syriza que puede colocar a Grecia en
el abismo y colapso total. Pero los griegos también han cambio su percepción de
la política y de los partidos. Creen en la necesidad de recuperar su soberanía,
en la posibilidad de cambio de lo de siempre y en que de verdad los gobernantes
se ocupen de la ciudadanía y sus problemas, dejando de ser gobernadores a
sueldo de la metrópolis.
Sin duda un reto apasionante que
se resolverá en pocos días y con muchas similitudes con la situación en España,
donde Podemos encarna un papel similar a Syriza y la población percibe la
realidad de una forma muy parecida a la de los griegos.
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