domingo, 20 de junio de 2010
LA HISTORIA SIEMPRE SE REPITE.
Pareciera que la historia se repite si comparamos el último mandato de Felipe González (93-96) con lo que está viviendo el periodo zapateril. En aquella ocasión recuerdo como fueron los escándalos de corrupción económica, los GAL, Luis Roldán, Mariano Rubio, la directora general del BOE, el hermanísimo de Alfonso Guerra, y un largo etc de corruptelas con mayúsculas las que llevaron al presidente del “cambio” a adelantar las elecciones generales y a perderlas frente al PP. Los dos años anteriores, en ese último gobierno de González, el PSOE gobernaba sin mayoría absoluta, ya que había venido perdiendo diputados en las dos elecciones anteriores, y logró mantenerse en el poder aguantando a trancas y barrancas, gracias al apoyo del CIU en las aprobaciones de los presupuestos.
Recuerdo, en esa época, que los diputados catalanes de CIU y la sombra agigantada del menudo Jordi Pujol, sembraban la duda sobre quién gobernaba realmente el país, pues la dependencia de Cataluña era tal que diríase que España pudiera estar gobernada desde dos frentes, el madrileño y el de Barcelona. Efectivamente, Pujol consiguió todo lo que quiso para Cataluña y más, mucho más. A cambio, en esta relación comercial, tuvo que mantener a Felipe González con su apoyo parlamentario, produciéndose en esa época el mayor grado de autogobierno financiero para Cataluña.
Hoy no encontramos en una situación muy parecida, cambiando obviamente los actores y los motivos de la crisis política y económica que vive el país. Zapatero amenaza con mantenerse en el gobierno hasta el final de la legislatura y sabe perfectamente que para ello tiene que contar con el apoyo de los diputados de CIU. Estos, a su vez, están esperando el resultado de las elecciones catalanas para resituar el escenario de la presión. Si de nuevo los resultados en Cataluña propiciaran un tripartito, no les quepa ninguna duda que tendremos elecciones el año próximo. CIU provocaría las mismas no aprobando los presupuestos del estado para 2011 o incluso apoyando una moción de censura presentada por el PP, que tuviera la garantía de convocar elecciones inmediatamente.
Si, por el contrario, Convergencia y Unión, se hace con el gobierno de la Generalitat, las reglas del juego pueden cambiar, puesto que desde Cataluña las demandas sobre el presupuesto para su comunidad serían feroces y determinaría su apoyo para mantener a Zapatero a que se desbloqueara el informe sobre el statut por el Tribunal Constitucional, obviamente en sentido positivo para los intereses de la región.
Zapatero juega con sus posibilidades como en las fechas señaladas lo hacía González, como esperando que algo suceda que haga posible un cambio significativo en la tendencia de caída libre que tienen los socialistas. González lo vio claro. Ya no había opciones de cambio en las tendencias y antes de que se produjeran una sangría catastrófica en los resultados para el PSOE adelantó las elecciones siendo conocedor de que iban a perderlas. Zapatero está siendo mal asesorado si cree en la esperanza de lograr un final de ETA para recuperar su espacio de voto. Y en eso es en lo que están pensando. Recuperar algunos números del rojísimo al rojo, y ser capaces de hacerse con el mérito de la pacificación definitiva del conflicto con la banda terrorista.
Pero la suerte está echada. Son los catalanes de CIU, una vez más, los que tienen en sus manos el rumbo político del país. Dependiendo de sus intereses tendremos una opción u otra. Lo que están intentando vendernos de su responsabilidad hacia el Estado Español es cuento chino. Y si no, tiempo al tiempo. No hay que olvidar nuestra historia más reciente porque en ella vamos a encontrar muchas claves de por dónde irán los próximos pasos.
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