Mariano Rajoy
comparecerá el próximo jueves día 1 de Agosto ante el Congreso pero en el
Senado por obras del primero. Lo hará no solo ante los parlamentarios sino,
sobre todo, ante la opinión pública que espera del Presidente una explicación
suficientemente convincente de los escándalos que salpican la financiación del
Partido Popular.
La agosticidad se ha
puesto de moda en el accionar político español y aunque la mitad de los
españoles estén saliendo de vacaciones y la otra mitad regresando, no había
otro día en el calendario para que Rajoy nos contara la verdad, toda la verdad.
La mayoría de los
españoles tienen dudas muy serias sobre las derivas del caso Bárcenas y lo que
implica de supuesta financiación ilegal, sobresueldos, sobres y otras
zarandajas. En un momento de austeridad y de cinturón apretado, la relevancia
de los hechos crea mayor indignación en el común de los mortales que apenas
llega a fin de mes.
Rajoy no va desvelar
nada que no sepamos ya. Lo va resumir en que un delincuente (Bárcenas), ha
robado al partido 48 millones de euros que se sepan y que nunca y bajo ningún
concepto él ha recibido sobresueldos ni sobres en B.
Echará en cara a la
oposición que hayan intentado aprovechar las declaraciones del delincuente para
acosar y derribar un gobierno con mayoría absoluta y luego contara el cuento de
la lechera de que España no va bien pero va mejor y que a finales de año
comenzaremos a salir de la recesión económica.
La apuesta del PP es
pasar por encima de la comparecencia con la táctica del aburrimiento de las
masas y del resto de los grupos parlamentarios. Su intervención será larga y
quizás algo más lenta y pesada que de costumbre, para que los que sigan el
discurso por radio o televisión desistan de quedarse hasta el fin porque la
playa espera.
El Presidente tiene en
su palabra recuperar la estima de la población por la política, recuperar el
reconocimiento incluso de su propia presidencia. Pero mucho me temo que
continúa sin aprender la lección y se aferrará a las verdades a medias y las
mentiras a media jornada.
Los españoles no nos
merecemos esto. Ya nos han engañado hasta la extenuación con su programa
electoral y las acciones de reformas y recortes que han emprendido desde
diciembre de 2011. Ahora volverán a hacerlo tomándonos el pelo de la más que
evidente irregularidad en la financiación y contabilidad del partido. Saben que
más mayoría absoluta no tendrán y se esforzarán por no perder demasiados votos
más. Una vergüenza