viernes, 19 de julio de 2013

RAJOY PASAPALABRA

Ya nadie en España espera que el Presidente Rajoy hable. Bueno, al final hablará para decir lo que ya ha dicho hasta ahora, o sea, nada de nada. En medio de un escándalo monumental por el caso Bárcenas, que afecta nuestra credibilidad como país y de nuestra democracia como sistema, Mariano se ha negado a ponerse al frente de semejante fiasco pasando por alto las responsabilidades que corresponden al cargo.

Desoye Rajoy al Parlamento, al Congreso de los Diputados que está pidiendo su comparecencia como un clamor en el desierto, incluso amenazando con presentar una moción de censura como último recurso, a sabiendas de que el Presidente podría obviar su presencia a pesar de la moción. Es una acción a la desesperada.

Desoye a la ciudadanía que le reclama que aparezca, que de la cara, que informe y que sea transparente. La transparencia se deja de momento para plasmarla en alguna Ley aunque nadie haya dicho que no se pueda ser transparente aunque no exista la Ley.

Desoye a los grandes bancos internacionales, a las agencias de noticias mundiales, que casi unánimemente indican la opción de que dimita y deje la presidencia en manos de alguien no “manchado”, como pudiera ser la vicepresidenta Soraya. A todo el mundo desoye y amenaza con concluir su legislatura porque no ve ninguna razón para tener que plantearse otra cosa.

Su estruendoso silencio debe orientarnos sobre los efectos perniciosos para la situación que vive nuestro país. Nuestra deuda aumenta y prácticamente debemos en estos momentos lo misma cantidad de nuestro PIB. Pasando la estacionalidad veraniega para el empleo, se vaticina que el paro volverá a crecer y que nuestra economía, lejos de recuperarse y comenzar a crecer, continuará cayendo en 2014.

Posible corrupción, pésima gestión económica que ha congelado el gasto familiar y por tanto el crecimiento, recortes insufribles en sanidad, educación, subida de tasas e impuestos hasta la saciedad, colocan a Rajoy en el punto de mira para ser catalogado como el peor Presidente de nuestra democracia.

El PP sabe que está tocado y a punto de ser hundido. Por eso se realizan varios movimientos dentro de sus filas para reparar el barco y poder continuar la partida antes de que se produzca el desastre. Saben perfectamente que el castigo en las próximas elecciones, sean cuando sean las mismas, está garantizado por una población cada vez más cabreada con tanto despropósito.

Lejos de caer en el desencanto o desafección hacia la política, abultando la abstención, la ciudadanía debe asumir su responsabilidad y cambiar de representantes apoyando aires frescos y políticas nuevas para recuperar nuestra dignidad que pretenden robarnos.


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