viernes, 12 de julio de 2013

¿VACACIONES?

Andamos tan enfrascados en los problemas del país que apenas nos da tiempo para disfrutar de los pequeños placeres que nos ofrece la vida. Entre primas de riesgo, bajadas de bolsa, el paro, la crisis, los corruptos de varios lados, gobiernos en la picota y malandrines de la política, se nos olvida hasta aprovechar los espacios de relax y la maraña de malnacidos nos estropean lo cotidiano.

No hay conversación en un café, en un paseo, en un chiringuito que no pase por darle un repaso a la actualidad de la desafección hacia la política, en un gira que gira de una espiral dolosa que convierte nuestra rutina en un sin vivir. Incluso en la época estival, donde deberíamos desconectar del peso de la losa, no podemos apartar demasiado tiempo del imaginario colectivo lo mal que estamos.

Tampoco deberíamos desconectar del todo, porque entonces estaríamos olvidando la cantidad de perrerías que están haciendo con nosotros saliendo impunes de todo o de casi todo. Pero un respiro sí que toca darse: unos buenos paseos por la orilla de la playa, por los paseos marítimos, jugar con los hijos o con los nietos, una cerveza fresca o tinto de verano contándonos lo que nos haya ocurrido durante el año, preguntarnos por la salud, refrescarnos la memoria de las amistades y tener la oportunidad de estar unos días sin hacer absolutamente nada.

Las vacaciones son cada vez más cortas, tanto por el presupuesto destinado a las mismas como por la necesidad de incorporarse cuanto antes a la actividad laboral, aquellos que como privilegiados la tenemos. Estaremos menos días disfrutando del ocio total, gastaremos menos reduciendo nuestras comidas en terrazas, pero es básico que tomemos estos días para poder enfrentar un otoño que no sólo se presenta caliente sino que es muy posible nos traiga algo de magma de volcanes en erupción.

Después de un cuasi apaciguado veranillo tendremos que resituar el asunto de la crisis económica, política y social que vivimos en nuestro país. Por unos días le daremos descanso (aunque hablemos de ella), pero la crisis forma parte ya de nuestro presente y de nuestro futuro, viéndonos obligados a enfrentarla en todas sus vertientes.

Así que a reponer fuerzas, a disfrutar lo que se pueda y a prepararse para lo que se viene encima. Aquellos instalados en el poder por el poder, los que nos han metido en este pozo que parece sin fondo, no deben respirar aliviados porque estemos de asueto. Deben preocuparse de la reacción porque han conseguido que la ciudadanía despierte y esté dispuesta a ponerlos en su sitio: mandarlos a la cola del INEM.


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