Tras las primarias no
celebradas en el PSOE de Andalucía, Susana Díaz ha sido proclamada candidata a
la Presidencia de la Junta de Andalucía para las próximas elecciones. Los de
marketing electoral, los de pata negra, saben que un candidato proclamado no
puede estar 36 meses esperando que se celebren las elecciones para las que ha
sido nominado. En tantísimo tiempo pueden ocurrir cien males, desde peleas
internas, metidas de pata, cohabitación imposible, dar tiempo al adversario a
consolidar alternativas, etc…
Por lo tanto, todo
parece apuntar a una convocatoria inminente de elecciones anticipadas en
Andalucía. El expediente de los ERES sigue su curso y a nadie se le escapa que
Griñán y Chaves podrían ser imputados pasando el caso al tribunal supremo por
su aforamiento. También nos consta, por avisado, que el presupuesto 2014 va a
contar con algunos recortes achacados al gobierno central a los que Izquierda
Unida se pensaría mucho si les da su apoyo o rompe la baraja.
De momento, lo que sabemos
es que Ferraz es quien marca la batuta, pues están esperando ver cómo se
desarrolla el follón Bárcenas y si pudiera tener consecuencias en el mapa
electoral nacional. Tienen la estrategia de esperar un poco en Andalucía para
comprobar el alcance de la repercusión de la manta del ex tesorero. Las fechas
las ponen ellos: Si en Septiembre no ha habido una crisis de gobierno o, más en
concreto, una crisis presidencial que lleve a convocatoria de elecciones,
Andalucía disolvería el Parlamento para el mes de octubre y podrían celebrarse
las andaluzas a finales de noviembre.
Mientras el PP andaluz
sigue buscando candidato, porque a pesar de que manifiesten que tienen una
larga lista de posibles, lo cierto y verdad es que sus apuestas cuentan con
flecos diversos y les va a costar decidirse a sabiendas del batacazo. IU nada
en la abundancia pensando que cualquier escenario les beneficia: Si adelantan
porque ha sido un fracaso del PSOE y tendrán más votos, si mantienen el
Gobierno porque ellos están gobernando.
Lo que a nadie se le
escapa es que a los tres partidos con representación en la Junta se las trae al
pairo lo que pasa en Andalucía y los problemas de los andaluces. Son
maquinarias electorales listas para la afrenta en cualquier momento, como han
dejado de manifiesto en sus últimas declaraciones. Les interesan sus resultados
y al día siguiente de ser elegidos ponerse a trabajar para volver a ser
elegidos. El tiempo entre elecciones para ellos es un espacio que hay que pasar
con estrategias para conseguir más votos.
Esto es lo que tiene
que cambiar para contar con personas dedicadas a la política, al servicio de lo
público y no al servicio de sus intereses de partido.
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