El resultado de la primera vuelta
de las elecciones presidenciales en Brasil, ha sido una sorpresa. No tanto
porque la actual Presidenta Dilma Rousseff (PT) haya sido la candidata más votada, sino por el resultado
obtenido por Aecio Neves, Partido Socialista, que ha desbancado de la opción de
la segunda vuelta a Marina Silva, posiblemente la gran víctima política de
estas elecciones.
La segunda vuelta será disputada
el domingo 26 de Octubre por Dilma y Neves, esperándose una victoria de la
actual Presidenta para repetir mandato. Sería muy extraño que Aecio Neves
consiguiera darle la vuelta a los resultados de la primera ronda y los votos
obtenidos por Marina Silva (21%), pueden repartirse por igual entre ambos
candidatos.
La Presidenta, cuenta con tres
ventajas fundamentales para el balotaje. Por un lado, la propaganda
gubernamental que hace de su aparición en los medios una constante y que ha
sabido aprovechar en la campaña de la primera vuelta. De otro, que la experiencia
de gobiernos anteriores del Partido Socialista permanece en la memoria de los
más desfavorecidos de Brasil, por los que no hicieron absolutamente nada. Y,
por último, que las protestas en la calle que pudimos ver ante y durante la
celebración del mundial de futbol, no llegaron a cuajar en ninguna opción
política nueva, ni ningún partido fue capaz de hacerse con las demandas para
captar el descontento de las clases medias del gigante americano.
Dilma Rousseff ha jugado muy bien
sus cartas. Primero, orientando su campaña contra su principal adversaria
Silva, evitando un enfrentamiento con ella en segunda y considerando que el
rival más fácil a batir sería Aecio Neves. Al mismo tiempo, ha implementado
políticas sociales de largo alcance, tras las protestas, que se comprometen a
universalizar en todo el país y ha recurrido de nuevo a la figura de Lula para
recordar que Brasil está en un proceso de cambio que con ella al frente
llegaría a los dieciséis años de gobierno del Partido de los Trabajadores.
América Latina respira aliviada,
pues el papel de Brasil en los avances de la integración latinoamericana es
fundamental. Mercosur, Unasur y Celac, son instrumentos para la integración que
quedarían relegados al absurdo si Brasil no continúa empujando los mismos. Su
importancia en los BRICS, como nexo para América Latina, ha sido determinante
para profundizar en la constitución de nuevos bloques capaces de romper la
hegemonía de Estados Unidos y la Unión Europea.
Así que, salvo una sorpresa
mayúscula, Dilma Rousseff volverá a ser elegida Presidenta de Brasil para un
mandato de consolidación de los logros obtenidos, continuar con la erradicación
de la pobreza (que ya ha disminuido en un 30%), avanzar en la mejora de la
calidad y universalización de la salud y la educación, conseguir más seguridad
en el país y seguir al frente los procesos integradores de América Latina.
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