Desde que comenzaran los
bombardeos por la coalición internacional, encabezada por Estados Unidos, sobre
el ejército de ISIS, la actividad militar de avance yihadista no se ha
detenido, aunque tampoco ha avanzado de una forma significativa.
La táctica del miedo y la
implantación de su doctrina en las poblaciones que han ido ocupando, dan paso
ahora a una consolidación en las mismas de una disciplina férrea, imponiendo
toda una serie de leyes y normas con el objetivo de consolidar lo que denominan
“la realidad del ISIS”.
Sus incursiones militares se han
fijado concentrar fuerzas en dos objetivos estratégicos de importancia, el
norte kurdo iraquí y el noreste sirio, a fin de mantener dispersa la atención
en dos fuertes frentes. Pero, por otro lado, continúan con la toma de pequeños
municipios dispersos que engrandezcan el Califato y presenten problemas de
ubicación para los bombardeos occidentales.
Sin embargo, a pesar de que a
través de los medios se nos insiste en una posible debilidad de Estado
Islámico, su plan actual pasa por reagrupar algunas fuerzas y aumentar el peso
de las mismas. Están llegando muchos nuevos aspirantes para integrar las filas
del ejército y las cifras de 30.000 efectivos que indica la CIA pueden estar
muy lejos de la realidad. En estos momentos, según datos indicados por la
cadena de TV Al Jazeera, no menos de 70.000 personas conformarían los distintos
escalones del ISIS.
Al mismo tiempo, según las
alertas declaradas en varios países de occidente, entre ellos EEUU, Reino
Unido, Alemania, Holanda, Canadá y Francia, el peligro de que se comentan actos
terroristas por lobos solitarios o células dormidas en occidente se acrecienta.
De momento, el terror lo están lanzando a través de las redes sociales en
videos propagandísticos, que pretenden tensar a los servicios secretos y de
seguridad de esos países. Pero algunos expertos señalan que en los mismos puede
adivinarse toda una suerte de mensajes casi cifrados para ordenar la ejecución
de algunas acciones diseñadas de antemano.
Si en las últimas semanas la
atención se ha centrado en asuntos como el Ébola, en la zona no se ha dejado ni
un solo día la contienda militar ni los bombardeos occidentales. El avance del
Califato será imparable hasta que no logre frenarse con la intervención de la
infantería y eso lo saben perfectamente los miembros de Estado Islámico, que no
dudarán en utilizar como escudos humanos a la población civil de las zonas que
van ocupando para hacer poco efectiva la acción desde el aire. Estados Unidos
intentará por todos los medios no llegar a poner las botas en la tierra de la
contienda, pero son muchos altos cargos militares los que insisten en que, de
no ser así, se corre el peligro de perder opciones para destruir las
intenciones de los radicales. Los frentes territoriales aumentan y sigue
aumentando un ejército bien armado y cada día mejor formado.
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