Con el resultado abultado del
“NO” a las políticas de austeridad propuestas por la Troika, Grecia se dispone
a renegociar su deuda y encontrar dentro de la Unión Europea una salida digna,
coherente y que convenza a ambas partes. Sin embargo, otros hilos se están
moviendo en la geoestrategia internacional que conviene tengamos en cuenta para
contar con un análisis más holístico de la situación griega.
En primer lugar, si Grecia sale
del Euro podría contar con el apoyo inmediato de Rusia y de China. La primera
porque le interesa debilitar el proceso del Euro y a la propia Unión Europea,
ganando adeptos para continuar con sus políticas de control y expansión en
países de la antigua órbita de la URSS. Y China, porque está lampando por hacerse
con dividendos e inversiones en países europeos, tal y como viene haciendo en
América Latina, Asia y África en sus políticas de diversificación económica y
peso internacional.
En segundo lugar, habría que
preguntarse sobre la implicación de Obama, que ha escuchado con atención las
implicaciones económicas pero, sobre todo, las opiniones de los asesores de la
Casa Blanca sobre el problema más grave que tenemos en el tablero
internacional: Estado Islámico. Obama adelantó que hay que buscar una solución al
problema griego de inmediato y horas después, la directora del Fondo Monetario
Internacional anunciaba que la deuda griega precisaba de una “Quita” de
alrededor del 30%. Sin duda, ambas declaraciones están unidas y la explicación
es simple.
Los Kurdos se han convertido en
aliados clave y han sido armados hasta los dientes para frenar la expansión del
Estado Islámico en el norte de Irak, incluso en el noreste de Siria. No
olvidemos que los Kurdos son los enemigos históricos de Turquía y que esta es
el enemigo fundamental de Grecia, no sólo por la disputa chipriota, sino por
restos de las demandas otomanas que tienen a los dos ejércitos en tensión
permanente.
Desestabilizar ese tablero no le
interesa a nadie, pero pueden darse movimientos extraños que obedecen a esas
premisas. La Unión Europea ha rechazado por enésima vez la entrada de Turquía y
la mantiene a la espera de su cumplimiento de algunos temas relacionados con la
gobernanza y los derechos humanos, pero ahora podría acelerar el proceso de la
entrada de Turquía a la Unión Europea si con Grecia le van mal las cosas. Y es
obvio que ese movimiento crearía una desestabilización en la zona que pondría
en peligro el control actual de la OTAN y de EE.UU.
Los Kurdos, ahora, están a lo suyo: ganarse el apoyo de
occidente sirviendo de brazo armado contra ISIS, pero no pierden de vista sus
opciones de la creación del estado kurdo. Podrían entrar en juego sus demandas
y volver a atacar Turquía si esta entra en proceso de acercamiento a la UE,
sabiendo que si entra en la UE sus demandas costarán muchísimo más
conseguirlas.
En resumen: el problema griego tiene que resolverse en el
marco de la UE, se llegarán a soluciones que no convencerán a ninguna de las
partes, pero que son las impuestas por EEUU, para continuar controlando la
seguridad geoestratégica.
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