Cuando la mitad de los españoles
están de vacaciones y la otra mitad se apresta para preparar las maletas,
España no descansará este verano de los vaivenes políticos en el año electoral.
Ya hemos pasado la andaluzas, las municipales y autonómicas y, después del
verano, nos encontraremos de sopetón con las catalanas (27S) y las generales,
aún por determinar la fecha.
Este verano los partidos se
quedan sin vacaciones, máximo una semana para retomar fuerzas y de nuevo a la
faena. La campaña en Cataluña va a ser dura. A pesar del verano sus espacios
políticos de campaña se desgañitarán por conseguir el disputado voto del
elector. Las encuestas vaticinan un triunfo de la candidatura independentista,
pero la suma del resto puede conseguir frenar el proceso que no lleva a ninguna
parte.
A Rajoy le interesa el lío. Nada
mejor para demostrar fortaleza y vigorosidad que enfrentar las ansias
catalanistas de independencia. Dispuestos a aplicar el art. 155 de la
Constitución y a meter en prisión a quien haga falta, el Partido Popular va a
aprovechar el monumental disparate de Artur Mas para sacar pecho y venderse a
los españoles como el único capaz de mantener el orden, el estado y la
tradición. Al tiempo, utilizará las ocurrencias para desmerecer y arremeter
contra todos los demás, especialmente contra Podemos y el PSOE.
Todos los partidos catalanes
están preparando su cartelería, sus listas, actos y mítines, que abrirán varios
telediarios en el mes de agosto. Y, al mismo tiempo, en el resto del país, los
demás elaboran sus programas electorales para las generales, sus alianzas
previas y post, sus discursos, postureos y apariciones públicas. Va a ser este
un agosto poco convencional, pues aunque nos encontremos en el chiringuito con
el tinto de verano y el espeto de sardinas, se nos van a atragantar las
vacaciones con Cataluña y las generales. No nos van a dejar desconectar del
todo y, a lo sumo, nos dejarán en paz el 15 de agosto, verdadero día clave en
el calendario nacional.
Así que este verano la clase
política estará trabajando, para variar, perturbando nuestras ansiadas
vacaciones con el zumbido molesto de la mosca cojonera o el mosquito inoportuno
de sus intereses electorales. Siempre nos quedarán algunas opciones que
utilizaremos en legítima defensa de nuestro descanso. Aunque ellos estén
abiertos por elecciones, nosotros podemos atrincherarnos en nuestro clásico
cerrado por vacaciones y pasar de tantas estupideces.
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