miércoles, 14 de octubre de 2015

LA FIESTA NACIONAL


El Gobierno se ha esforzado en indicar que la celebración de la fiesta nacional del pasado 12 de Octubre ha sido todo un éxito, pero la verdad es que la misma ha quedado para la realización del desfile de las Fuerzas Armadas y el estrechamiento de manos de 1.500 autoridades y personalidades invitadas por la casa real. Para el resto de los mortales, la fiesta nacional ha sido un soberbio puente de lunes que hemos podido disfrutar.

Y es que el amor patrio en nuestro país siempre ha estado muy devaluado. En primer lugar, porque aún recordamos las excelencias del Caudillo durante 40 larguísimos años utilizando el tema y rechazamos la realidad por el parecido. En segundo lugar, porque muchos de aquellos políticos participantes, empresarios, e incluso miembros de la casa real, se lo han llevado presuntamente calentito y utilizado paraísos fiscales para dejar de pagar impuestos o falseando cuentas en sus negocios. Demasiado patriota de banderita en la muñeca defraudando al fisco y corrupción política a raudales.

Además, el 12 de Octubre tiene una consideración muy española de celebrar el día del Pilar, el encontronazo con América (otros lo llaman descubrimiento) y a lo largo de nuestros años de democracia es evidente que en España nunca lo hemos asumido como otros países: Estados Unidos, Francia o Portugal.

Así que sin ganas de molestar ni pretendiendo darle prioridad al tema, los políticos que todo lo piensan deberían imaginar y proponer otro día para la celebración de la fiesta nacional. Las Fuerzas Armadas ya tienen su día y celebran un bonito desfile. Se podría pensar en una celebración de la Fiesta Nacional sin necesidad de desfiles militares y mucho más participada por la población con miles de actos lúdico recreativos y culturales: Una explosión de vida en común.

Las fechas a proponer pueden ser diversas, basta con dar un repaso a los calendarios festivos y buscar el más idóneo. Perdimos en su día el 19 de marzo como día festivo nacional y se podría recuperar teniendo en cuenta que la Constitución de 1812, la “Pepa”, fue promulgada ese día en sesión extraordinaria de las Cortes Generales reunidas en Cádiz. Lo importante sería cambiar el chip de celebración exclusivamente institucional y asumir que para que el pueblo realmente celebre debe sentirse implicado y motivado a hacerlo. Si se elige otra fecha y continuamos con los mismos esquemas sempiternos y trasnochados, seguiremos pasando de celebrar ninguna fiesta nacional.












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