El Gobierno se ha esforzado en
indicar que la celebración de la fiesta nacional del pasado 12 de Octubre ha
sido todo un éxito, pero la verdad es que la misma ha quedado para la
realización del desfile de las Fuerzas Armadas y el estrechamiento de manos de
1.500 autoridades y personalidades invitadas por la casa real. Para el resto de
los mortales, la fiesta nacional ha sido un soberbio puente de lunes que hemos
podido disfrutar.
Y es que el amor patrio en
nuestro país siempre ha estado muy devaluado. En primer lugar, porque aún
recordamos las excelencias del Caudillo durante 40 larguísimos años utilizando
el tema y rechazamos la realidad por el parecido. En segundo lugar, porque
muchos de aquellos políticos participantes, empresarios, e incluso miembros de
la casa real, se lo han llevado presuntamente calentito y utilizado paraísos
fiscales para dejar de pagar impuestos o falseando cuentas en sus negocios.
Demasiado patriota de banderita en la muñeca defraudando al fisco y corrupción política
a raudales.
Además, el 12 de Octubre tiene
una consideración muy española de celebrar el día del Pilar, el encontronazo
con América (otros lo llaman descubrimiento) y a lo largo de nuestros años de
democracia es evidente que en España nunca lo hemos asumido como otros países:
Estados Unidos, Francia o Portugal.
Así que sin ganas de molestar ni
pretendiendo darle prioridad al tema, los políticos que todo lo piensan
deberían imaginar y proponer otro día para la celebración de la fiesta
nacional. Las Fuerzas Armadas ya tienen su día y celebran un bonito desfile. Se
podría pensar en una celebración de la Fiesta Nacional sin necesidad de
desfiles militares y mucho más participada por la población con miles de actos
lúdico recreativos y culturales: Una explosión de vida en común.
Las fechas a proponer pueden ser
diversas, basta con dar un repaso a los calendarios festivos y buscar el más
idóneo. Perdimos en su día el 19 de marzo como día festivo nacional y se podría
recuperar teniendo en cuenta que la Constitución de 1812, la “Pepa”, fue
promulgada ese día en sesión extraordinaria de las Cortes Generales reunidas en
Cádiz. Lo importante sería cambiar el chip de celebración exclusivamente
institucional y asumir que para que el pueblo realmente celebre debe sentirse
implicado y motivado a hacerlo. Si se elige otra fecha y continuamos con los
mismos esquemas sempiternos y trasnochados, seguiremos pasando de celebrar
ninguna fiesta nacional.
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