domingo, 13 de diciembre de 2015

CAMPAÑA SIN POLÍTICA EXTERIOR.


De los mensajes lanzados por los partidos en los debates y mítines, se ha hablado sobre todo de economía, de desempleo, de pensiones de jubilación, de corrupción, de justicia, de violencia de género, sanidad y educación. Poco más. De soslayo aparece alguna referencia al pacto antiyihadista y ahora la seguridad de las embajadas en territorios hostiles por el atentado en Kabul. Pero ni una sola referencia a nuestra política exterior y de cooperación, sin duda, la gran perdedora en estas elecciones.

Margallo ha ejecutado, como Ministro del ramo, una de las peores etapas de nuestra Política Exterior y de Cooperación. Ha disminuido a cantidades ridículas los fondos de Ayuda al Desarrollo, hemos estado desaparecidos del panorama internacional, más allá de la presencia in tempore en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que ya tocaba y hemos perdido el pequeñísimo margen de presencia en America Latina arruinando la Marca España en sólo cuatro años.

La Política Exterior española siempre ha sido la gran olvidada en las estrategias de los partidos y de los gobiernos, cuando hoy día la mayoría de las transformaciones, acuerdos, cambios y compromisos, se toman en la esfera internacional. Suele decirse entre los expertos del ramo, que la mejor política exterior es aquella de la que no se habla, siempre haciendo referencia a las artes de la diplomacia y los contactos que preparan, consolidan y afrontan nuestra presencia en el mundo, nuestro peso específico. Pero no podemos caer en la trampa de pensar que eso es lo que se ha hecho en los últimos cuatro años del gobierno del PP. Lo que realmente se ha hecho, tanto en Política Exterior como de Cooperación es, simplemente, nada. Y por eso hoy pintamos menos que nunca en el campo de las relaciones internacionales.

Para Latinoamérica, España no es ya ningún referente. Nos limitamos a acudir a la toma de posesión de algunos presidentes y a convocar las famosas e importantes Cumbres Iberoamericanas, que cada vez están más vacías de contenido. Hemos perdido nuestra capacidad de diálogo, de interlocución, de comercio y de conexión con la Unión Europea.

Por eso, los partidos en la campaña electoral han decidido pasar del tema, principalmente porque no tienen ni idea de lo que harán, a excepción del PP que ya sabe que no hará absolutamente nada, como hasta ahora. Nuestra presencia en el mundo es tan importante que, si no diseñamos una nueva estructura diplomática, marcamos nuevos objetivos y revisamos y evaluamos los mismos, corremos el peligro de continuar haciendo el ridículo más espantoso en la Política Exterior y de Cooperación.

La Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) española ha caído a cifras realmente irrisorias, apareciendo en los presupuestos generales como una limosna de domingo más que como una línea estratégica de apoyo y consolidación de nuestra política exterior. Los temas domésticos son importantes pero los externos también.


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