Como cada cuatro años, nos
enfrentamos a la responsabilidad de elegir a los representantes del pueblo para
el gobierno del país. A pesar de las campañas apocalípticas no se trata nada
más ni nada menos que de eso, de elegir la composición de las cámaras baja y
alta, Congreso y Senado y, de forma indirecta, mediante la representación
obtenida en el Congreso, a la presidencia del gobierno. Lo mismo que cada
cuatro años.
Con la aparición de dos partidos
emergentes, PODEMOS y Ciudadanos, que claramente van a terminar con el
bipartidismo español reinante durante todo el periodo democrático, lo único que
cambia serán los pactos posibles que se darán según la correlación de
representación obtenida. Pero cambian solo los partidos o las opciones, porque
en varios gobiernos sin mayoría absoluta en el congreso, los pactos ya se
dieron, fundamentalmente con las fuerzas nacionalistas de derecha.
Como en cada campaña, los
partidos intentan meternos en el discurso de que es “ahora o nunca”, “que estas
son las elecciones más importantes de nuestra democracia”, “que nos jugamos
mucho”…. Como siempre. Se repite el mismo discurso de todas las campañas y de
todos los momentos electorales. Así que nadie se sienta presionado ni
tensionado por una situación que no varía ni un ápice de las contiendas
electorales anteriores. La noche electoral todos habrán ganado y, al día
siguiente, comenzará una etapa de cuatro años de gobierno. Esa etapa es la que
debe interesarnos y para ello, debemos concentrarnos en leer muy bien las
propuestas concretas de los programas electorales para poder exigir su
cumplimiento al equipo de gobierno. De lo contrario las elecciones se decidirán
por los momentos televisivos, las simpatías y las tendencias en las encuestas.
Hemos se sentirnos, como
electores, con la responsabilidad de elegir a nuestro órgano de gobierno, como
si de una cooperativa se tratase donde todos somos accionistas de nuestro país.
Y para ello, insisto, más importante que las personas son las propuestas de
acciones a implementar por el bien común, para caminar juntos y conseguir
mejorar nuestra situación, la de todos.
Un día de reflexión me parece
poco, deberíamos tener al menos una semana sin ver ni oír a los políticos por
los medios de comunicación ni a tertulianos afanados en debates sobre unos y
otros. Una semana completa para concentrarnos en leer las propuestas de
gobierno de cada opción, para poder tomar una decisión seria y acorde con el
pensamiento de cada persona.
Si entramos en el juego, en el
que nos quieren meter una vez más, de que estas son las elecciones más
importantes de la democracia, habrán conseguido su objetivo de alejarnos de los
debates realmente importantes: las propuestas.
Por lo tanto, quitemos hierro al
asunto, no le hagamos el juego a los postureos televisivos y vayamos al meollo
del tema: Tenemos que elegir al mejor equipo que haga avanzar nuestro país en
derechos sociales, económicos,
culturales y democráticos. Así que a estudiarse los programas de
gobierno y a decidir bien.
No hay comentarios:
Publicar un comentario