sábado, 5 de diciembre de 2015

QUITANDO HIERRO


Como cada cuatro años, nos enfrentamos a la responsabilidad de elegir a los representantes del pueblo para el gobierno del país. A pesar de las campañas apocalípticas no se trata nada más ni nada menos que de eso, de elegir la composición de las cámaras baja y alta, Congreso y Senado y, de forma indirecta, mediante la representación obtenida en el Congreso, a la presidencia del gobierno. Lo mismo que cada cuatro años.

Con la aparición de dos partidos emergentes, PODEMOS y Ciudadanos, que claramente van a terminar con el bipartidismo español reinante durante todo el periodo democrático, lo único que cambia serán los pactos posibles que se darán según la correlación de representación obtenida. Pero cambian solo los partidos o las opciones, porque en varios gobiernos sin mayoría absoluta en el congreso, los pactos ya se dieron, fundamentalmente con las fuerzas nacionalistas de derecha.

Como en cada campaña, los partidos intentan meternos en el discurso de que es “ahora o nunca”, “que estas son las elecciones más importantes de nuestra democracia”, “que nos jugamos mucho”…. Como siempre. Se repite el mismo discurso de todas las campañas y de todos los momentos electorales. Así que nadie se sienta presionado ni tensionado por una situación que no varía ni un ápice de las contiendas electorales anteriores. La noche electoral todos habrán ganado y, al día siguiente, comenzará una etapa de cuatro años de gobierno. Esa etapa es la que debe interesarnos y para ello, debemos concentrarnos en leer muy bien las propuestas concretas de los programas electorales para poder exigir su cumplimiento al equipo de gobierno. De lo contrario las elecciones se decidirán por los momentos televisivos, las simpatías y las tendencias en las encuestas.

Hemos se sentirnos, como electores, con la responsabilidad de elegir a nuestro órgano de gobierno, como si de una cooperativa se tratase donde todos somos accionistas de nuestro país. Y para ello, insisto, más importante que las personas son las propuestas de acciones a implementar por el bien común, para caminar juntos y conseguir mejorar nuestra situación, la de todos.

Un día de reflexión me parece poco, deberíamos tener al menos una semana sin ver ni oír a los políticos por los medios de comunicación ni a tertulianos afanados en debates sobre unos y otros. Una semana completa para concentrarnos en leer las propuestas de gobierno de cada opción, para poder tomar una decisión seria y acorde con el pensamiento de cada persona.

Si entramos en el juego, en el que nos quieren meter una vez más, de que estas son las elecciones más importantes de la democracia, habrán conseguido su objetivo de alejarnos de los debates realmente importantes: las propuestas.

Por lo tanto, quitemos hierro al asunto, no le hagamos el juego a los postureos televisivos y vayamos al meollo del tema: Tenemos que elegir al mejor equipo que haga avanzar nuestro país en derechos sociales, económicos,  culturales y democráticos. Así que a estudiarse los programas de gobierno y a decidir bien.

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