domingo, 30 de mayo de 2010

PAN Y CIRCO

Eurovisión no nos ha ayudado mucho a recuperar la sonrisa nacional. Una vez pasada la fallida opción del chiquitito, todas las esperanzas se vuelcan en la selección española de futbol. Es terrible que muchos cargos públicos del PSOE estén recuperando aquellos tiempos gloriosos de la dictadura donde se ofrecía al pueblo futbol y toros, como el pan y circo romanos, con la intención de despistar sus malestares sobre la situación interna del país. La frase oída esta misma semana de boca de un dirigente socialista de Andalucía, no tiene desperdicio: “Menos mal que la roja y las vacaciones de verano nos salvarán de la quema, porque a la gente pronto se le olvidan estas cosas”. Me pareció de tal magnitud la barbaridad política que sentí, sin remedio, vergüenza ajena. Es el colmo del insulto a la inteligencia ciudadana. Meternos en un saco donde entre el calorcito y la cervecita del chiringuito, los partidos del mundial y la ilusión de que la selección española obtenga un nuevo triunfo, anularía el cabreo monumental que la ciudadanía española está digiriendo por la mala aplicación de la política en el país. El problema es que así lo piensan realmente. Consideran que los ciudadanos somos meros votantes, electores, y que ellos (la clase política), son los que realmente saben de estas cosas (de la política). Están tan acostumbrados a los coches oficiales, a las alfombras rojas y a las recepciones oficiales, que ignoran que hay un pueblo al que rendir cuentas de su trabajo y al que no se puede castigar permanentemente con la dejadez tortuosa de quien no sabe donde tiene la cabeza. Pero los españoles ya le hemos visto las orejas al lobo en varias ocasiones. Sabemos que los derechos sociales adquiridos durante tanto sacrificio y muchísimos años de trabajo, no se pueden ir al traste por la ineficacia de la clase política, que teniendo la misión doble de administrar nuestros recursos y planificar para que en el futuro las cosas vayan mejor, se han dedicado al triste desempeño del despilfarro, la foto y el lujo. Por suerte, la ciudadanía ya está cansada, más que harta, y ni un hipotético triunfo en Sudáfrica de la roja, ni que encontráramos petróleo en Badajoz, van a salvar del castigo más que merecido a estos políticos tradicionales, arcaicos, trasnochados, irresponsables, que nos han colocado al borde del abismo quedándose tan panchos. Podemos disfrutar del mundial los que apreciemos el futbol, intentar disfrutar de la cerveza de verano y el helado, el paseo por la playa y la siesta, pero que no les quepan dudas que el cambio político a propuestas innovadoras y acordes a los tiempos en que vivimos no se nos van a olvidar.

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