jueves, 16 de agosto de 2012

SIN CONSENTIMIENTO


La teoría del consentimiento social no es nueva pero está de máxima actualidad. Ante la situación política y económica que se da en el país y a pesar de la relativa proximidad de las elecciones que dieron mayoría absoluta al Partido Popular en Noviembre pasado, hemos de preguntarnos si el Gobierno de Rajoy cuenta con el “consentimiento” de la población española.

Dicha teoría viene a indicarnos que se puede obtener fácilmente el gobierno de un país controlando las fuerzas armadas, la justicia, la policía y los medios de comunicación. Esto han podido hacerlo dictadores (véase los resultados de la primavera árabe), sin contar con el consentimiento del pueblo. En democracia, una elección nos coloca a determinados partidos en el gobierno dándose ese primer consentimiento de la población a las políticas presentadas en los programas electorales.

Cuando un partido en el gobierno se desvía 180 grados de su programa y, como en el caso de Rajoy, nos manifiesta que el “no quisiera poner en marcha esas políticas pero que no es libre y que no tiene más remedio”, estamos ante una situación que ha de volver a contar con el consentimiento de la ciudadanía.

En democracia la elección tiene un periodo determinado para la ejecución de los programas del partido o partidos vencedores (en nuestro caso 4 años), pero el consentimiento de la aplicación de dichas políticas ha de ser refrendado día a día, máxime si han cambiado radicalmente las propuestas con su programa electoral. Es decir, el control político y ciudadano que ha de ejercerse sobre el gobierno es cotidiano y no puede ni debe refugiarse en el parapeto de haber sido elegido para un periodo completo.

La teoría de Bukowski, según la cual “La diferencia entre una democracia y una dictadura es que en una democracia, primero votas y después recibes órdenes. En una dictadura no tienes que perder el tiempo votando”, quedaría superada por lo expuesto arriba desde la perspectiva del consentimiento.


Es el pueblo soberano quien ha de estar vigilante a las tareas que desarrollan los políticos elegidos para su representación, día a día, medida a medida, otorgando el consentimiento a las mismas si es que aquellas se alejan de las propuestas electorales por las que se apoyó a un determinado partido.

 

En esta realidad nos movemos en España, con un gobierno de mayoría absoluta que se aleja de su programa electoral y que pierde el “consentimiento” de la población en la aplicación de sus políticas. Una opción sería la de someter a referéndum el paquete de las propuestas no programáticas y otra, la más certera, sería convocar de nuevo elecciones para revalidar o no el apoyo directo de los ciudadanos.

 

 

 


2 comentarios:

pamdove dijo...

Paco, difícil coyuntura y más difícil encrucijada. Entre convocar nuevas elecciones o someter a referéndum el paquete de medidas sacadas de la manga, independientemente de que hayan sido obligadas por la UE o no, yo me inclinaría por el referéndum. Ambas tienen sus pros y sus contras, pero el referéndum lo veo más adecuado en este momento por ser una práctica que somete un asunto, o varios, al voto popular. Aún así, parecen inalcanzables ambas...

Unknown dijo...

Hola Paco y Paloma:
En realidad estoy seguro de que a vosotros tampoco se os escapa que si el actual Gobierno puede (que no debe) llevar a cabo una política diametralmente opuesta a la que pregonaba en su campaña, es por la mayoría absoluta (ya tenemos ejemplos de gobiernos que nos han metido hasta en guerras con la oposición frontal de la inmensa mayoría de la población); lo cual nos devuelve a la necesidad imperiosa del cambio de un sistema electoral que permite gobiernos con mayoría absoluta en la cámara baja, que gobiernan por Decreto sin sentir ninguna necesidad de, no ya recabar el apoyo de otras fuerzas políticas, sino hurtando al pueblo, pretendidamente soberano, si quiera el derecho de que sus (otros) representantes puedan hacer la mas mínima aportación en tramite legislativo. Yo afirmo que el sistema llevado a estos límites deja de ser democrático para ser autárquico, con mas motivo cuando se controlan el resto de poderes, a saber: Judicial (reparto del CGPJ Y T. Const.), Medios de comunicación (nombramiento del Presidente de RTVE por mayoría simple).
Lo peor es que tenemos Gobierno de Rajoy por 4 años (salvo que Merkel quiera otra cosa), el pueblo Pseudosoberano no tiene posibilidad constitucional de revertir este estado de cosas hasta que no haya nuevas elecciones. Y encima hay que aguantar que digan que somos nosotros los que nos situamos extramuros del sistema, como si "el sistema" fuese muy virtuoso y no hubiese necesidad de regenerarlo, máxime cuando UPyD quiere hacerlo desde dentro, y no como los llamados antisistema, a los que ellos alimentan con este tipo de política. O conseguimos encauzar nosotros el descontento o algún populismo vendrá que buenos les hará.