miércoles, 26 de junio de 2013

GRACIAS MADIBA.

Nelson Mandela nació en 1918, un 18 de julio. Graduado en Derecho en 1942, inició su tarea política desde muy joven como estudiante de secundaria. Vivió conmovido por la situación de “apartheid” existente en su país y pronto ingresa en el Consejo Nacional Africano (ANC) que más tarde liderará.

En 1962 fue arrestado y condenado a cadena perpetua, permaneciendo 27 años encarcelado, su mayor parte en Robben Island de donde fue liberado en febrero de 1990. Estuvo al frente de las negociaciones para una democracia real en Sudáfrica y en 1994 es elegido presidente del país, siendo Premio Nobel de la Paz en 1993 por sus acciones a favor de la reconciliación nacional.

Mandela nos ha dejado una gran cantidad de mensajes y enseñanzas que no deberíamos olvidar nunca. No se explicaba como a finales del siglo XX aún se consentía a nivel mundial que existiera un “apartheid” en Sudáfrica y no se hubiera puesto fin al mismo. Nos mostró que el desinterés internacional estaba mediatizado por intereses económicos relacionados con los diamantes y otros minerales, haciendo sonrojar a los líderes del momento. Pero también nos traslado la responsabilidad a toda la ciudadanía mundial: “si uno calla ante estas atrocidades se convierte en cómplice”.

El preso 466/64 permanecerá como un símbolo de lucha contra la esclavitud y las desigualdades sociales, contra el desprecio hacia la población negra y a favor del cumplimiento de los derechos humanos. Madiba, como es conocido en su país, pensaba que “Si yo tuviera el tiempo en mis manos haría lo mismo otra vez. Lo mismo que haría cualquier hombre que se atreva a llamarse a sí mismo un hombre". Nos mostró un camino de compromiso social irrenunciable: nadie puede estar por encima de nadie.

Mandela es de esas personas que estamos obligados a recordar en el tiempo. Referente para reflexionar sobre los cambios ocurridos en los 90 y lo que aún nos queda por hacer a nivel mundial. No debemos cejar en el empeño de transformar la sociedad, si descansamos un solo minuto otros lo aprovecharán para continuar creando desigualdades.

Gracias Madiba, Gracias Mandela.


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