Nelson Mandela nació en
1918, un 18 de julio. Graduado en Derecho en 1942, inició su tarea política
desde muy joven como estudiante de secundaria. Vivió conmovido por la situación
de “apartheid” existente en su país y pronto ingresa en el Consejo Nacional
Africano (ANC) que más tarde liderará.
En 1962 fue arrestado y
condenado a cadena perpetua, permaneciendo 27 años encarcelado, su mayor parte
en Robben Island de donde fue liberado en febrero de 1990. Estuvo al frente de
las negociaciones para una democracia real en Sudáfrica y en 1994 es elegido
presidente del país, siendo Premio Nobel de la Paz en 1993 por sus acciones a
favor de la reconciliación nacional.
Mandela nos ha dejado
una gran cantidad de mensajes y enseñanzas que no deberíamos olvidar nunca. No
se explicaba como a finales del siglo XX aún se consentía a nivel mundial que
existiera un “apartheid” en Sudáfrica y no se hubiera puesto fin al mismo. Nos
mostró que el desinterés internacional estaba mediatizado por intereses económicos
relacionados con los diamantes y otros minerales, haciendo sonrojar a los
líderes del momento. Pero también nos traslado la responsabilidad a toda la
ciudadanía mundial: “si uno calla ante estas atrocidades se convierte en
cómplice”.
El preso 466/64 permanecerá
como un símbolo de lucha contra la esclavitud y las desigualdades sociales,
contra el desprecio hacia la población negra y a favor del cumplimiento de los
derechos humanos. Madiba, como es conocido en su país, pensaba que “Si yo tuviera el tiempo en mis manos haría lo mismo otra
vez. Lo mismo que haría cualquier hombre que se atreva a llamarse a sí mismo un hombre". Nos
mostró un camino de compromiso social irrenunciable: nadie puede estar por
encima de nadie.
Mandela es
de esas personas que estamos obligados a recordar en el tiempo. Referente para
reflexionar sobre los cambios ocurridos en los 90 y lo que aún nos queda por
hacer a nivel mundial. No debemos cejar en el empeño de transformar la
sociedad, si descansamos un solo minuto otros lo aprovecharán para continuar
creando desigualdades.
Gracias
Madiba, Gracias Mandela.
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