A bombo y platillo ha
sido anunciada la tramitación de la Ley de Transparencia Pública Andaluza por
parte del Consejo de Gobierno del pasado martes 4 de Junio, calificada por
Susana Díaz, Consejera de la Presidencia e Igualdad, como la “norma con más
trascendencia de esta legislatura”.
En la rueda de prensa
posterior al Consejo de Gobierno, Susana Díaz se atrevió a calificar la
propuesta de pionera y referencia para el resto de las comunidades autónomas,
incluso afirmó que será modelo para el debate de la Ley que se está tramitando
en el Congreso de los Diputados.
Quisiera hacer algunas
consideraciones sobre la propuesta y sobre el tempo de aplicación. En primer
lugar, desde 1982 el Partido Socialista gobierna en la Junta de Andalucía. Han
pasado 31 años completos para poder decidir que ha llegado el momento de que la
administración autonómica tiene que ser transparente. Treinta y un años ha
tardado el PSOE en darse cuenta de que tenían que aprobar una de las leyes de
mayor trascendencia de nuestra democracia.
En segundo lugar,
cuando un gobierno (en este caso el autonómico pero igual le ha pasado al
central) nos propone una Ley de Transparencia, la pregunta no es sólo por qué
no se hizo antes, sino por qué no se ha sido transparente a pesar de no haber
tenido Ley. Es decir, al amparo de obligado cumplimiento de una Ley de
transparencia todos hemos de serlo y bienvenida, aunque tardía, sea. Pero no
haber practicado la transparencia durante más de treinta años no tiene nada que
ver con que no hubiera Ley que obligara, sino simple y llanamente que no han
querido ser transparentes.
Hemos contado con una
serie de gobiernos del mismo partido que han practicado el ocultismo, la mala
gestión, muchas veces el amiguismo y el enchufismo, en todo el periodo
democrático autonómico, sin ninguna calidad de transparencia e información. El
derecho de acceso a la información pública deberíamos de haberlo tenido desde
el primer momento. Han tardado en darse cuenta y más vale tarde que nunca. Pero
que no quieran colocarse ninguna medalla por ello, los ciudadanos ya habíamos
tomado nota del oscurantismo de treinta años.
La publicidad activa,
como elemento que favorece la participación ciudadana, ha sido una demanda
permanente no sólo se las fuerzas políticas sino de toda la sociedad
organizada. Así que hay que recordarle tanto a PSOE como a IU, socios de
gobierno, que si no han sido transparentes hasta ahora es porque no han
querido, porque no había ninguna Ley que les prohibiera ser transparentes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario