Durante este fin de
semana se celebra la 61ª reunión del siniestro y secreto grupo formado por el
Club Bilderberg, que se reúne herméticamente desde 1954. En esta ocasión el
lugar elegido es Hertfordshire, una
pequeña localidad de la campiña inglesa a 45km al norte de Londres.
Ciento cuarenta figuras europeas y norteamericanas del mundo de la
política, las finanzas, la comunicación, el mundo académico y miembros de casas
reales, se encierran para decidir los designios del mundo, con un oscurantismo
elevado al cubo, fuera de cámaras representativas y democráticas, alcanzando
acuerdos y diseñando estrategias que nos trasladarán a los ciudadanos mediante
políticas de cada Estado. Son los llamados “dueños del mundo”.
Por lo poquísimo que se haya podido filtrar, parece ser que este año el
debate fundamental es saber cómo pueden reducir la población mundial, partiendo
del análisis de que el crecimiento está tocando límites para la sobrevivencia
humana y marcando los topes de la capacidad del planeta para alimentar tantas
bocas.
Demasiadas personas invitadas a la mesa obligan a los líderes mundiales
de varios sectores a reflexionar sobre el asunto, como si no existieran marcos
intergubernamentales y supranacionales para hacerlo de forma clara y
transparente, como las propias Naciones Unidas. Ellos se saltan a la torera la
organización mundial y seleccionaran las acciones más convenientes para que no
haya tantos comensales. Les preocupa la cifra de 9.000 millones de habitantes y
lo finito de la producción mundial. Todos no podemos alimentarnos así que vamos
a ver qué decidimos para reducir las bocas a alimentar.
Que nadie se sorprenda de la aparición misteriosa de alguna hambruna,
alguna enfermedad endémica en cualquier zona o de una guerra regional que
ayuden a disminuir el número de seres humanos. Esto no es ficción. Se está
discutiendo durante 4 días mientras toman el té de las cinco.
Algún descuidado se ha dejado ver, quizás para adquirir renombre por
haber sido invitado a tan prestigioso Club de los tapados, entre ellos ni más
ni menos que D. Luis de Guindos, afamado Ministro de Economía español. Parece
ser que también han sido invitados D. Luis Cebríán, consejero delegado del
grupo Prisa y Pablo Isla, Consejero Delegado y Presidente del grupo Inditex.
Seguramente habrán pensado que para una vez que se les invita al menos que se
sepa.
La vergüenza de este grupo o club cuasi mafioso, no es que se reúnan y
hablen sobre temas de interés mundial, sino que tomen decisiones al margen de
los parlamentos democráticos de los países del mundo, que diseñen estrategias
para abordar según su escabroso entender los designios del mundo. Justo además
en un momento donde todos demandamos mayor transparencia, ellos continúan
jugando al escondite. Qué vergüenza.
1 comentario:
Estimado Paco, como bien dices este club programa lo que sucederá a medio-largo plazo, la subidas del petroleo,las guerras,etc...detrás debe de haber grandes multinacionales organizadas para su propio beneficio, pienso que como tu bien indicas algo ingeniarán para poner solución a la super población.
Saludos.
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