Durante 2014
comenzaremos a ver en nuestras ciudades como los Alcaldes ponen en marcha un
sinfín de obras menores, levantando aceras, arreglando calles y pavimentados,
al tiempo que intentarán dejar alguna inauguración grande para primeros del año
próximo. Efectivamente, se acercan las elecciones municipales y los gobiernos
locales se ponen manos a la obra para que la gente se acuerde de que existen.
Esta planificación se
viene realizando desde los primeros ayuntamientos en 1979, cuando se descubrió
que las obras tan necesarias en barrios de la ciudad donde faltaba casi de
todo, tenían un rédito electoral inmediato si los ciudadanos se acordaban de
que se había realizado por el ayuntamiento tal o cual obra en su barrio. Se
trataba de adecuar fechas para mantener vivo el recuerdo y de seleccionar obras
menores que cupieran dentro de los presupuestos del año anterior a las
elecciones. De primaria de política local.
Sin embargo, en la
actual situación de crisis económica y de vacío de las arcas municipales,
parece que los Alcaldes lo tendrán un poco más difícil a la hora de abordar
todos los barrios y llegar al máximo de población. Además tendrán que ir con
mucho cuidado no vaya a ser que les aparezca algún Gamonal. Los ciudadanos han
ido tomando conciencia de que la gestión de los municipios ha de realizarse
durante los cuatro años de mandato y no sentirse por la población en los
últimos meses. Y difícilmente vamos a olvidar la desmesurada subida del IBI,
las alzas en las tasas de basura y agua, impuestos de vehículos de tracción
mecánica, transporte y otros impuestos municipales.
Tampoco van a descuidar
los electores la procedencia política del Alcalde en cuestión. Se ha ido
rompiendo la separación entre el partido político que sustente al Alcalde y el
Alcalde como persona. Una cosa es el partido y otra lo bien o mal que lo haga
el primer edil. Así, tendrá mucha más importancia el partido al que representa
como candidato en una ciudad. A nadie se le escapa que si los habitantes de una
ciudad han salido vapuleados de la crisis nacional se debe a determinados
partidos y los Alcaldes no pueden lavarse las manos o mirar para otro lado con
el “yo no he sido”, ya que son parte del partido que les sustenta.
Así pues, me da la
impresión de que en esta ocasión intentarán levantar todas las aceras posibles,
embellecer algún rincón, pintar las líneas blancas en el pavimento y algunas
miserias más. Pero al mismo tiempo serán conscientes de que se la juegan por la
política general de sus propios partidos. Por cierto, habrá que analizar que
han hecho los alcaldes por cambiar la grave situación económica de sus vecinos.
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